¿Dónde está el techo de la AfD?

'El boletín del director'

La gran coalición no puede fallar

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Alice Weidel, candidata a canciller por Alternativa para Alemania (AfD), en la noche electoral tras conocer el auge de su partido, hoy segunda fuerza en el Reichstag 

Wolfgang Rattay / Reuters

Buenos días,

Esta vez sí que las encuestas acertaron plenamente y los resultados de ayer en Alemania no cogieron a nadie desprevenido. Se esperaba la victoria de la coalición de CDU/CSU, el mejor resultado nunca alcanzado por la derecha extrema de la AfD y la debacle socialista del SPD. Todos estos pronósticos se cumplieron. A pesar de la intensa campaña dialéctica de apoyo desde Washington y el apoyo algorítmico de la red X, la formación liderada por Alice Weidel no logró la victoria. Hubiera sido una sorpresa mayúscula.

La gran pregunta que cabe hacerse ahora es dónde está el techo de esta formación y si realmente puede ser una alternativa en las siguientes elecciones. La AfD ha ganado en los länder de la antigua RDA, pero cuesta imaginar que lo puede hacer en toda Alemania. La clave estará en cómo gobierne a partir de ahora Friedrich Merz, el ganador democristiano, político muy discutido en su país y al que le ha llegado el honor de ser canciller a sus 69 años y con una carrera política llena de altibajos. Merz puede ser como esos políticos que no fueron muy buenos candidatos, pero una vez llegados al poder se transforman por completo para bien. Eso es lo que necesita Alemania, y también Europa, que ha visto cómo en esta última legislatura, el socialista Olaf Scholz no ha tenido apenas trascendencia en la política europea, a diferencia de Helmut Kohl o Angela Merkel.

Un primer aspecto positivo para Merz es que con los resultados definitivos parece que no va a ser necesario formar un gobierno tripartito, como el que ha gobernado hasta ahora, y podría gobernar solo con el SPD, que ha quedado en tercera posición. Sería un retorno a lo que los alemanes llaman la Grosse Koalition (gran coalición), como las que encabezó la canciller democristiana Angela Merkel en tres de sus cuatro mandatos (2005-2009, 2013-2018 y 2018-2021) entre democristianos y socialistas. Algo que, como ustedes saben, es materialmente imposible en España. Ciencia ficción.

La última vez que pactaron ambos partidos se pasaron muchos meses de negociación hasta cerrar un acuerdo. Pero eran otros tiempos: socialistas y democristianos dominaban claramente la política alemana y la AfD prácticamente no existía. La situación requiere ahora rapidez. Es significativo que, en la misma noche electoral, el propio Merz haya salido en público apremiando a la negociación y marcándose el objetivo de cerrar un acuerdo antes de Semana Santa. La situación es crítica en Alemania y también en Europa con el agresivo planteamiento que está haciendo la Administración Trump en el conflicto de Ucrania y en la relación con sus socios de la UE.

De izquierda a derecha, la ultranacionalista Alice Weidel, el conservador Friedrich Merz, el verde Robert Habeck y el socialdemócrata Olaf Scholz

De izquierda a derecha, la ultranacionalista Alice Weidel, el conservador Friedrich Merz, el verde Robert Habeck y el socialdemócrata Olaf Scholz, el gran derrotado en las elecciones alemanas 

Agencias

Si este futuro gobierno fracasa, la gran alternativa para los alemanes será la AfD. Por eso esta gran coalición es una oportunidad, pero, al mismo tiempo, un grave riesgo si no mejora la situación de Alemania y no actúa con firmeza para superar los graves problemas del país en materia económica y social. Para hacerse una idea, les dejo la entrevista que el equipo de La Contra hizo al analista económico Wolfgang Münchau que ha publicado el libro Kaput. El fin del milagro alemán.

El reciente fracaso del gobierno tricolor, de socialistas, verdes y liberales, presentaba en estas elecciones una clara alternativa que eran los democristianos. A partir de ahora, pese al crecimiento de Die Linke (La Izquierda), el partido de oposición real que tendrán los alemanes como recambio si el futuro Gobierno no funciona será el de la derecha extrema de la AfD. Es una situación similar a la que se vive en Francia, donde a pesar de los cordones sanitarios contra la formación de Marine Le Pen, su Reagrupamiento Nacional es favorita para ganar las próximas elecciones. La alternativa verde ha dejado de ser una opción y la cuestión medioambiental ha pasado a un segundo plano como nos ha explicado muy bien estos días nuestra corresponsal María-Paz López.

En un país como Alemania donde el nazismo dejó una huella imborrable, cuesta imaginar cómo una formación como la AfD pueda llegar algún día a ser la formación más votada. En todo caso, es preocupante ver que al igual que sucede en otros lugares de Europa, como España, los más jóvenes se inclinan por votar por estas formaciones extremistas de derecha. Por eso es muy importante la educación y no olvidar de dónde venimos. En este sentido, es positivo que jóvenes estudiantes alemanes visiten los viejos campos de concentración, como nos descubrió Jordi Basté, cuando acudió a ver el antiguo centro de reclusión de Sachsenhausen.

El futuro gobierno de Merz es, pues, una gran oportunidad para mejorar el mal balance del último de Scholz. Pero si no acierta en la receta, la AfD está a la espera en un mundo que mira cada vez más a la derecha, pero muy mucho a la derecha.

Feliz lunes.

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