Los galardonados en la celebración anual del canal Comer de La Vanguardia, que tuvo lugar el pasado martes en el Hotel Arts de Barcelona, son chefs, artistas y fervientes defensores de la gastronomía como un motor de transformación social. Con una profunda responsabilidad, cada uno de ellos entiende su oficio no solo como una oportunidad para crear, sino para inspirar, comunicar y promover causas sociales desde una perspectiva ética y comprometida. Cada categoría de los premios refleja un aspecto esencial del arte culinario, y estos profesionales sobresalen en cada una de ellas.
Premio especial
Gastón Acurio
Gastón Acurio, chef, empresario y embajador de la cocina peruana, es reconocido a nivel mundial por su papel en la promoción de la gastronomía de Perú en los restaurantes que posee alrededor del mundo. Nacido en Lima en 1967, Acurio ha elevado la cocina peruana a nuevos niveles de prestigio, destacándose como defensor de los productos autóctonos, la biodiversidad y la riqueza cultural del país.
“La cocina peruana tiene en su valor fundamental la diversidad y su capacidad para abrazar todas las culturas que forman parte del Perú para traducirlas en algo nuevo”, explica Acurio. Esto se refleja en la fusión de influencias que caracteriza la gastronomía peruana, donde “a veces parece italiana, andina o española, pero es peruana”. Gracias a este enfoque, la cocina del Perú ha cruzado fronteras, y como dice Acurio, “todos los peruanos nos convertimos en embajadores del Perú”, al ver cómo los sabores de su tierra “hoy en día están presentes en todo el mundo”.
Compromiso
Andrés Torres
La semana previa a la celebración de los Premios Comer, el chef, reportero y trabajador social Andrés Torres se subió a un avión militar y sobrevoló la Franja de Gaza para lanzar 70 toneladas de alimentos en la localidad de Jan Yunis, en medio del conflicto que afecta a la región. “Ese es el trabajo que hacemos tanto de mi restaurante Casanova como en la fundación que cree hace 30 años”, dijo Torres.
Al frente de la ONG Global Humanitaria, el cocinero lidera un equipo de casi 600 personas que trabajan en proyectos en más de una decena de países como Líbano, Ucrania, Guatemala, India o Costa de Marfil. “Las próximas acciones seguirán siendo las mismas: alimentar almas, a personas que necesitan comida, en zonas de conflicto bélico de difícil acceso”.
Origen
María Solivellas
María Solivellas se autodefine como una “cocinera autodidacta”. Atribuye sus conocimientos gastronómicos a una observación cuidadosa de sus antepasados y su relación con el territorio. “Observar cómo nuestros ancestros interactuaban con el entorno me ha permitido crear una base sólida sobre la que hemos construido nuestra casa”, explica la cocinera. “A través de ellos aprendí conceptos tan actuales como la circularidad y la sostenibilidad”.
Su cocina refleja una conexión íntima con el entorno natural y cultural de Caimari, el pequeño pueblo mallorquín donde se ubica su restaurante Ca Na Toneta, que dirige junto a su hermana Teresa. Solivellas ha sabido transformar lo autóctono en una propuesta contemporánea, donde el territorio marca los ritmos y pautas que alimentan su creatividad gastronómica.
Mirada
Marta Rivera
La de Marta Rivera, doctora en veterinaria y sociología, es una mirada consciente que reconoce cómo las decisiones sobre lo que comemos están conectadas con el uso de los recursos naturales y el equilibrio ecológico. “Ahora mismo el sistema alimentario está globalizado; ha sufrido una transformación en las últimas décadas y no sabemos de dónde vienen los alimentos ni quién los ha producido”.
Su enfoque promueve una alimentación basada en el sentido común, respetuosa de los ciclos naturales, que reduzca el desperdicio y fomente el consumo consciente. “Sistemas alimentarios localizados que sean sostenibles, que sean saludables y que realmente nos permitan garantizar una cosa fundamental que es el derecho humano a la alimentación, que ahora mismo no se cumple”.
Enología
Ferran Centelles
El sumiller Ferran Centelles es reconocido por su profundo estudio del universo del vino pero también por su incansable labor para transmitir su complejidad. “Uno de los hitos de El Bulli restaurante, fue el compartir; el compartir información. Yo recuerdo a los compañeros y a Ferran (Adrià), escribiendo todo lo que hacían, todo, hasta la última coma. Está en nuestro ADN, está en la filosofía el compartir, el compartir para ser mejores”.
Centelles ha sabido organizar y estructurar este vasto conocimiento de una manera accesible y comprensible para todos los apasionados del vino. El proyecto Sapiens del Vino es la obra más ambiciosa realizada sobre el conocimiento integral del sector, una monumental enciclopedia que lo explora desde una perspectiva integral y científica. “Hemos vivido un boom, un boom de marcas, un boom de estilos, de formas de hacer, de personajes. Hoy en día, este link entre gastronomía y vino es mucho más rico y muy potente”.
Relato
Juan Vilá
El escritor madrileño, Juan Vilá, fue este año el ganador del Premio Familia Torres de Relato Gastronómico, dotado con 3.000 euros. Aunque la gastronomía, confiesa el autor, es una parte importante de su vida y está presente en todas sus novelas, en el texto ¿Recuerdas aquella vez que te pusiste a llorar en Balzac? , Vilá profundiza sobre el rol de los restaurantes.
“Los restaurantes como espacios donde sentirse a salvo, protegido y también muy afortunado, muy afortunado de estar ahí”. Ya sea en compañía de las personas que más quieres o en solitario. “Yo he venido a Barcelona, que he estado muchos años sin venir y he ido a comer solo. Me he sentido muy privilegiado”.
Creatividad
Montse Guillén y Antoni Miralda
“Yo he estado siempre en el mundo de la cocina y me gustaba muchísimo que pasara algo más en mi restaurante”, recuerda la cocinera Montse Guillén. Fue en el año 1970 cuando decidió cambiar comida por arte en su restaurante de Barcelona. Allí conoció al artista Antoni Miralda. Juntos, Miralda y Guillén han desarrollado proyectos visionarios como FoodCultura, una investigación artística que celebra la comida como un lenguaje universal y examina sus significados culturales, sociales y políticos.
Según Miralda, “la comida es el medio perfecto para comunicar, para dialogar o para echarse los platos en la cabeza”. Este enfoque se ha plasmado en proyectos tan creativos como El Internacional Tapas Bar, un espacio pionero que abrió sus puertas en Nueva York hace exactamente 40 años. Además, a través de figuras simbólicas como Sant Stomak, Miralda y Guillén han defendido la necesidad de una alimentación justa, sostenible y saludable, reivindicando la comida no solo como sustento, sino como un acto político.