Nada como vivir en EE.UU. para sentirse europeo. Y es lo que está haciéndonos sentir el “Make America great again” (MAGA) sin salir de la UE: que nos sintamos ciudadanos del mayor, más justo y más feliz Estado de bienestar del planeta: MAGA hace a Europa great again. Nos une ante su desafío.
Como en los años treinta, vivimos un momento de aceleración histórica en el que hay que elegir futuro. Entonces era entre Stalin, Hitler o la democracia; hoy entre nuestras democracias y las dictaduras euroasiáticas rusa y china aliadas de un presidente que traicionó a su país al perder las elecciones y ordenar el asalto al Congreso. Después Trump ha ganado unas elecciones, sí; pero también las ganó Hitler.

Les invito a sentirnos europeos orgullosos de nuestra prosperidad compartida, pero también conscientes de que para defenderla no bastan los votos; necesitamos balas. Si vis pacem para bellum, preparémonos para la guerra si queremos la paz.
Defendamos Europa fabricando nuestras propias armas sin depender como hoy de las del Pentágono. Lograremos así un impulso keynesiano a nuestro crecimiento, aumentando el gasto público para un I+D que al innovar, por ejemplo, en misiles, también optimizará nuestros satélites que predigan el cambio climático. Internet nació como pura investigación militar.
Defendamos Europa fabricando nuestras propias armas sin depender como hoy de las del Pentágono
Solo así tendremos la independencia estratégica, ergo la soberanía, que nos permita evitar que un día Washington decida ceder una base en nuestro territorio a Rusia a cambio de otra en el Ártico. ¿Disparatado? No más que comprar Groenlandia como quiere Trump.
Europa tiene enemigos dentro, como la ultraderecha pro Trump-Putin en el poder en Hungría o Eslovaquia y avanzando en Alemania y Francia. Pero también saludables reacciones como la del antaño atlantista y hoy europeísta y flamante canciller Merz anunciando que rompe el techo de deuda alemán para defender la soberanía europea con armas fabricadas en la UE.
Si los alemanes ya no fabrican ni venden coches como antes, fabricarán y venderán tanques y aviones. Así mantendrán nuestra soberanía y nuestro crecimiento. Con ese fondo para el rearme europeo tal vez logremos que el euro sea alternativa al dólar como divisa global. Como aperitivo, nuestra bolsa ya es alternativa a Wall Street, a la que supera en lo que va de año.
Y si Trump detiene como ahora a algunos de sus universitarios, la UE ofrece a quienes huyan de EE.UU. un refugio intelectual e investigador imbatible. Estamos como en los años treinta, pero esta vez los españoles podemos evitar que Washington nos imponga un dictador.