Si se logra el acuerdo al menos en uno de los temas que hoy lunes están sobre las mesas de negociaciones en Riad, se habrá dado un gran paso en los esfuerzos por solucionar el conflicto entre Rusia y Ucrania. Una delegación rusa y una delegación ucraniana celebran en al capital de Arabia Saudí negociaciones indirectas con la mediación de Estados Unidos. Ninguno de sus integrantes se reunirá con los de la otra delegación. Sus interlocutores serán los delegados de EE.UU., que trasladarán a las otra parte propuestas y contrapropuestas.
El encuentro forma parte del proceso impulsado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, desde su regreso a la Casa Blanca. Hace dos semanas Washington propuso un alto el fuego completo de 30 días de duración. Kyiv aceptó, pero Moscú lo rechazó. La semana pasada Trump habló personalmente con sus homólogos ruso, Vladímir Putin, y ucraniano, Volodímir Zelenski. Se logró alcanzar un principio de acuerdo sobre una tregua parcial.

Un bombero ucraniano trabaja en un edificio de viviendas de Kyiv alcanzado ayer por un ataque con drones rusos (Vladyslav Musiienko / Reuters)
El objetivo de Ucrania es “acercar una paz justa”, dice su ministro de Defensa, Rustem Umérov
Ese es el primer objetivo de estas negociaciones indirectas. En los contactos habrá que aclarar los parámetros del alto el fuego, ya que las tres partes han dado diversas versiones de lo pactado.
La Casa Blanca se refirió a “energía e infraestructuras”. El Kremlin fue más específico, habló de “infraestructuras energéticas” y Putin dio orden de cesar los ataques sobre estos blancos. Zelenski, que apoyó la tregua tras su llamada con Trump el miércoles, se abstuvo de hacer los mismo porque quería conocer los detalles del acuerdo y tenerlo por escrito. Además, Kyiv también quiere que el alto el fuego incluya las infraestructuras civiles, especialmente ferrocarriles y puertos.
En medio de esta situación ambigua, ambas partes han estado acusándose mutuamente de romper lo pactado pero aún no plasmado sobre papel o de no tener voluntad de cumplirlo porque los ataques siguen.
Las autoridades rusas denunciaron ayer que sus defensas antiaéreas habían derribado 59 drones ucranianos en el sur del país. Una persona falleció en Rostov.
Por su parte, Zelenski pidió aumentar la presión sobre Moscú para que ponga fin a los bombardeos contra la población civil tras fallecer en Kyiv al menos tres personas, incluida una menor y su padre , en el ataque nocturno con 150 drones contra el país.
La delegación ucraniana, encabezada por el ministro de Defensa, Rustem Umérov, llegó ya ayer a Riad y tuvo reuniones preliminares con la estadounidense. “Estamos cumpliendo la directiva del presidente de Ucrania de acercar una paz ajusta y fortalecer la seguridad”, dijo Umérov en Facebook.
A Umérov le secundan en su misión Pavló Palisa, vicejefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, y un equipo técnico compuesto por expertos en energía y en infraestructuras portuarias.
La delegación rusa la integran dos expertos negociadores, según el Kremlin “conocedores de la problemática internacional”: Grigori Karasin, que preside la Comisión de Exteriores del senado ruso; y Serguéi Beseda, asesor del director del FSB.
Finalmente, según adelantó The New York Times , la misión mediadora de Estados Unidos la integran el enviado especial de Trump para Ucrania, el general Keith Kellogg, varios de sus ayudantes; el director de Planificación de Políticas del Departamento de Estado, Michael Anton; y representantes del consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz.
Desde EE.UU. Steve Witkoff, enviado especial de Trump, se mostró optimista y aseguró que Putin quiere poner fin al conflicto. “Siento que quiere la paz”, aseguró en Fox News.
Waltz señaló, por su parte, que si se pactan los objetivos fijados en Riad, luego “hablaremos de la línea de control, que es la línea del frente” actual. “Eso incluye detalles de los mecanismos de verificación, el mantenimiento de la paz, la congelación de las líneas donde están. Y luego, por supuesto, la paz más amplia y permanente”, añadió.