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Prueba nuevo Seat León: seguirá siendo la referencia

Vídeoprueba

Probamos una de las primeras unidades del nuevo Seat León, un coche que evoluciona el excelente compromiso de anteriores generaciones

Durante la presentación de un día, postpuesta hasta ahora por la pandemia de la Covid 19, hemos tenido la oportunidad de probar la nueva generación del Seat León, concretamente en su versión 2.0 TDI 150 DSG y acabado FR.

De momento, esta variante será la tope de gama, al menos para el lanzamiento del modelo, aunque más adelante se completará la oferta con otras más potentes e interesantes variantes, como por ejemplo la versión híbrida enchufable de 204 CV que llegará a finales de verano.

Pero de momento nos centraremos en este León 2.0 TDI FR, que además es uno de los más interesantes, tanto por su equipamiento, como por el rendimiento de su motor diésel.

A nivel visual, tal vez en las fotos y vídeos, el modelo no es excesivamente llamativo, aunque en general eso lo apuntamos más al color sobrio de la unidad que no al buen trabajo de sus diseñadores.

En general nos proponen un coche más fluido que antaño, con una marcada personalidad tanto en su frontal; más largo y musculoso que los modelos precedentes, como en su zaga; con una línea de luces horizontal continua que une las atractivas ópticas con tecnología Led y las letras León de letra caligráfica y sin acento, que marcan la personalidad del modelo.

Sin duda, es mucho más elegante, pero sin renunciar al toque sport ya histórico en el modelo. Si he de criticar algo, aunque tal vez sea algo personal, es que, si bien todas las líneas del coche están perfectamente integradas y fluidas, veo que las manetas de las puertas desentonan un tanto por ser excesivamente grandes y poco integradas. De todas formas, es algo personal y que no desmerece el buen trabajo en este sentido.

Solo habrá carrocerías de cinco puertas y la familiar denominada Sportourer

Como ya sabrás, este nuevo León se ofrece tanto en carrocería familiar, denominada Sportourer, como en esta de carrocería de cinco puertas -no habrá de tres- y en este caso que nos ocupa hoy, crece 10 cm con respecto a la anterior generación, hasta alcanzar los 4,38 metros de largo, lo mismo que su distancia entre ejes que crece 5 centímetros extras (2,68 m)

Estas son unas cotas que apenas tienen influencia en parámetros de movilidad, ni de su posicionamiento, donde milita en lo más reñido del segmento medio, pero sí que ayudan a ofrecer un interior mucho más amplio.

El acceso a las plazas traseras destaca por lo amplio de sus puertas, algo limitado en altura, pero sobre todo por la altura de su banqueta que, al no ser excesivamente baja ni escondida en el habitáculo, facilita la entrada y salida de personas de poca movilidad.

Una vez sentados vemos que la banqueta sigue siendo óptima para dos pasajeros, con un tercero en la plaza central, más ajustado. Aun así, el espacio para la cabeza y en especial para las piernas es claramente superior al anterior León e incluso a la mayoría de sus rivales directos y acercándose a modelos de segmentos superiores.

También mejora con detalles funcionales y de confort como las conexiones de usb tipo C, nuevo estándar presente en todo el coche, y mandos de climatización de tres zonas para las variantes más equipadas.

Delante la habitabilidad es más que correcta, tanto a nivel de anchura, como de altura, además de contar con unos asientos, en este caso de acabado deportivo para esta variante FR.

Si hablamos de diseño el cambio es enorme. La consola central se despeja, especialmente para esta versión con cambio automático que prescinde de cualquier tipo de pomo por unos prácticos y sencillos pulsadores que tienen un manejo rápido y sin fallos de accionado cuando necesitamos hacer rápidamente alguna maniobra en parado.

El tablier está dividido en dos secciones horizontales, marcadas por una tira de iluminación led y personalizable. Esta iluminación, además de ser un plus estético, también contribuye a la seguridad, pues ésta se ilumina en forma de aviso con algunos elementos de seguridad activa, como por ejemplo si intentamos abrir una puerta y el sensor de cercanía detecta que viene un coche o una bicicleta.

Al margen de esta iluminación, el nuevo interior ofrece un copkit que da más protagonismo al conductor con una consola central inclinada hacia el piloto y por supuesto presidida por una pantalla central, que puede ser de 8,2 o esta de 10,2 pulgadas, de serie para el FR.

Ésta es una pantalla muy especial y que marca la personalidad de este coche y que es capaz de dar tantos imputs positivos como algunos negativos.

El infotaiment del nuevo León cuenta con todas las aplicaciones y sistemas de emparejamiento actuales

Se trata de una pantalla táctil de retina con sensor de gestos y gestión de voz mediante el comando “hola, hola” de serie en Seat. Tiene un tacto muy preciso y cuenta con una infografía y menús bastante claros, pero que integra prácticamente todos los mandos del vehículo, eliminado casi todos los botones físicos del león.

Esta es una opción atractiva para las generaciones más digitalizadas, pero no tanto para asegurar una conducción plenamente concentrada, pues detalles como gestionar el climatizador, o cambiar los parámetros del sistema de chasis adaptativo Drive Profile, por ejemplo, requiere varios toques a además de desviar la mirada de la carretera.

Digital también es el cuadro de mandos principal con una excelente visibilidad y alta capacidad de personalización.

Si hemos de hablar de calidad, el salto de esta generación es enorme y ahora, junto al Tarraco, estamos ante unos de los mejores compromisos de materiales y montaje de la casa de Martorell.

Otro punto donde la calidad ha mejorado es en el maletero, con un tapizado de aspecto más duro que antes pero con cierto toque brillante. Por lo demás, el volumen se mantiene en los mismos 380 litros de la anterior generación, así como la posibilidad de abatir los asientos asimétricamente. Lo que la marca no nos facilita es el volumen total una vez abatidos estos asientos.

En cuanto a comportamiento, la nueva plataforma MQB EVO y unas cotas superiores, han cambiado la filosofía del modelo, no de modo radical, pero sí muy marcada y positivamente.

Este acabado FR cuenta con unas suspensiones más firmes que el resto de la gama, además de la suspensión independiente para el tren trasero, exclusivo para las versiones de 150 CV para arriba, en vez de eje torsional del resto de la gama.

También monta de serie el chasis dinámico Drive Profile con cinco modos de trabajo. En el Confort, este aspecto es sobresaliente, mientras que en el Sport cambian algunos parámetros para asegurar una respuesta más ágil y efectiva, pero sin caer en la excesiva firmeza de los antiguos modelos FR. Pero es que además en este FR se incorpora un modo individual que permite regular el rendimiento con más de 14 puntos intermedios mediante una sencilla barra de deslizamiento, pudiendo llegar a tarados más confortables que en el propio modo Confort estándar y más firmes que el mismo Sport.

Pero la realidad dinámica de este León en general nos aleja de lo que hasta ahora entendíamos como la firma inequívoca de Seat, con unos bastidores compartidos en el grupo Audi-VW, pero hechos a medida con un tarado claramente más firme y deportivo que sus primos. Ahora el nuevo León gana muchos enteros a nivel de confort, tanto por su bastidor más elástico, como por el excelente aislamiento de su carrocería, donde alcanza cotas superiores, ofreciendo en este aspecto un rendimiento que calificaríamos de Premium.

Por tanto, pierde ese punto firme de antes para asegurar una respuesta más convencional, pero sin renunciar del todo al buen hacer dinámico y seña de identidad de la marca. En los modos más deportivos la carrocería sigue manteniendo la buena estabilidad y capacidad de retención de inclinación, mientras que la dirección sigue siendo precisa, aunque con una ligera mayor asistencia que en anteriores generaciones.

Llegaran nuevas variantes, incluida una versión híbrida enchufable de 204 CV

Este motor, el 2.0 TDI de 150 CV, no es el más moderno y ecológico de la gama, pero hoy en día sigue siendo el que mayor rendimiento nos ofrece en toda su banda de utilización, además de garantizar un consumo realmente ajustado.

Esto se refuerza con el eficaz cambio automático DSG de siete velocidades, que en esta versión parece refinar aún más su funcionamiento y permite gestionar el enorme par del 2.0 TDI (360 Nm disponibles desde 1.700 rpm) para ofrecer un rendimiento tan efectivo ante conducción tranquila y desarrollos largos, como en una conducción más deportiva y su eficaz gestión de cambios de marchas de su sistema de doble embrague.

Por supuesto, esta versión cuenta con etiqueta verde de la DGT y un consumo de 4,3 litros homologados y que durante esta prueba hemos certificado al alza con una media de 5,6 litros. Un valor que pocos motores de la gama podría igualar.

La gama se ofrece con los clásicos acabados Reference, Style, Xcellence y el FR, con un equipamiento de menos a más, y con el Xcellence y el FR cambiando aspectos de estética y alguna dotación específica más sport para el FR.

Por supuesto toda la gama ofrece un amplio catálogo de seguridad activa y funcional que se ve reforzada con los packs M o L para el lanzamiento del modelo.

La gama del nuevo Seat León aún está por completarse con la llegada de nuevas motorizaciones y variantes, pero actualmente arranca con en un precio base de 22.000 euros y tiene el tope en esta versión 2.0 TDI en su acabado FR que cuesta 30.400 euros de serie.