El PP repite triunfo y tendría mayoría con Vox frente a un PSOE a la baja

Sondeo de Ipsos para ‘La Vanguardia’

Feijóo evita el castigo por la tragedia de Valencia y los ultras salen reforzados

Más del 60% suspende al Gobierno, aunque la misma cifra cree que Feijóo lo haría “peor” o “igual de mal”

Sondeo de Ipsos para La Vanguardia

Sondeo de Ipsos para La Vanguardia

LVD

La tragedia de agua y lodo que anegó Valencia el pasado 29 de octubre no parece haber afectado por igual a las expectativas electorales de todos los partidos. Más de tres semanas después de la catástrofe, el escenario político registra un ligero ascenso del PP, y más sensible de Vox, mientras la izquierda retrocede (tres puntos el PSOE) o directamente se derrumba (Sumar y Podemos) a causa de la división interna. Esa es una de las principales conclusiones del estudio realizado por Ipsos para La Vanguardia entre los días 18 y 22 de noviembre.

El resultado de esa estimación de voto dibujaría un Congreso de los Diputados con una abrumadora mayoría conservadora, de 190 escaños, entre el PP (145) y Vox (45). Eso sí, Feijóo no podría zafarse del abrazo de la ultraderecha, ya que no superaría los 160 diputados junto a los nacionalismos de centro catalán, vasco y canario. Por su parte, el PSOE cedería solo dos escaños (y cosecharía 119), mientras que Sumar (con siete asientos) y Podemos (con dos) pagarían la división de ese espacio de izquierda con una pérdida de 22 parlamentarios

Ahora bien, los restantes indicadores del sondeo dibujan un país sumido en un profundo pesimismo que el impacto material y emocional de la DANA solo habría venido a acentuar. Es decir, el pronóstico de la encuesta respondería a tendencias que ya vendrían dibujándose desde hace meses.

Vox rentabilizaría la catástrofe y sumaría 12 escaños más, hasta 45, mientras el PP añadiría ocho y llegaría a 145

En cualquier caso, el resto de la topografía electoral delimita un panorama de cierta continuidad por lo que respecta a las fuerzas minoritarias que dan apoyo al actual Gobierno de coalición. Esquerra, con un cómputo de ocho escaños, registraría un levísimo ascenso que le permitiría romper el empate con Junts, que mantendría los siete de julio del 2023. A su vez, el PNV (con seis diputados) y Bildu (con siete) ganarían un escaño cada uno, aunque ambas fuerzas estarían más cerca del empate en sufragios. Y también mejoraría su cómputo el Bloque gallego (de uno a dos diputados), mientras que Coalición Canaria y UPN retendrían su solitario representante. En cambio, con solo un 2% de los sufragios, el ultraderechista Alvise (SALF) no lograría entrar en el Parlamento.

La izquierda pasaría de 152 a 128 diputados mientras la derecha alcanzaría una sólida mayoría absoluta de 191

Estas estimaciones se sostienen sobre unos índices de fidelidad de voto particularmente bajos en la izquierda, lo que reflejaría su elevada desmovilización, frente a unas tasas más elevadas en la derecha. Solo un 54% de los electores socialistas del 23-J repetiría ahora su voto, mientras que un 7% apoyaría al PP y casi un 30% se quedaría en casa o aún no lo tiene decidido. Por contra, los populares mantienen una fidelidad de voto del 60% y Vox, del 63%, aunque el intercambio de votantes entre ambas fuerzas arroja un saldo algo más favorable a los ultras.

El PSOE perdería solo dos diputados, pero Sumar y Podemos reunirían nueve frente a los 31 del 23-J

Más significativo aún es el impacto de la voladura del espacio a la izquierda del PSOE. Solo un tercio de los votantes de Sumar respaldaría hoy a Yolanda Díaz, otro 20% apostaría por el Partido Socialista y un 16%, por Podemos. Pero los indicadores que explican el retroceso de la izquierda en el Gobierno son aún más elocuentes.

Para empezar, casi el 70% de los consultados por Ipsos piensa que “las cosas en España van por mal camino”. Y pese a los índices de crecimiento y creación de empleo, solo un 23% opina que el país va en la buena dirección. Incluso un 44% de los electores socialistas tiene una percepción pesimista. Solo entre los votantes de Sumar son mayoría (el 56%) quienes reflejan optimismo. Las opiniones negativas entre el electorado de la derecha alcanzan al 95%.

Sánchez y Yolanda Díaz superan a Feijóo en niveles de aprobación, con más del 31%, frente al 28% del líder del PP

Estos registros responden a un país polarizado, pero no de forma simétrica, ya que en el caso de la izquierda lo que cunde es un cierto desánimo. En este sentido, el principal problema citado por el 60% de los consultados es la clase política, seguido a enorme distancia por la vivienda (8%). De hecho, casi la mitad de los votantes socialistas o de Sumar sitúan la clase política como el primer problema.

A partir de ahí, dos de cada tres ciudadanos (el 62%) consideran mala o muy mala la gestión del Gobierno central, y solo un 28% la valora positivamente. Lo relevante de estas cifras es que únicamente el 53% de los votantes socialistas aprueba la labor del Gobierno, una tasa que, eso sí, alcanza al 73% de electorado de Sumar. La paradoja que explicaría el elevado pesimismo general se resume en el dato comparativo: una cifra similar (el 60%) considera que un gobierno encabezado por Núñez Feijóo lo haría “peor” o “igual de mal” que el Gabinete actual. Incluso uno de cada seis votantes populares comparte esa opinión, una tasa que roza la mitad entre los seguidores de Vox.

Esquerra sumaría un escaño más, ocho, y se pondría ligeramente por delante de Junts, que repetiría con siete

Las únicas noticias positivas para el Ejecutivo de Sánchez se registran en el ámbito de la valoración del liderazgo. Ahí, Yolanda Díaz (con el 32% de aprobación) y el propio Sánchez (31%) superan a Feijóo (28%), y ello a pesar de que un tercio de los votantes socialistas suspende la labor del presidente (aunque algo similar le ocurre al líder de la oposición con el 30% de sus seguidores). Además, el PSOE figura como más capacitado que el PP para gestionar la vivienda, controlar la inmigración o combatir la corrupción. Los populares solo adelantan al Partido Socialista en la gestión de la economía. El problema es que un porcentaje mayoritario de los ciudadanos responde que, en realidad, “ningún” partido está capacitado para resolver esas cuestiones.

En este contexto de desafección hacia la política, destaca el dato de que casi el 90% de los españoles defienda el sistema democrático frente a un modelo autoritario. Solo uno de cada diez ciudadanos se inclina por un sistema autoritario, una tasa que supera el 15% entre los menores de 35 años (un porcentaje cercano al 20% de los votantes de Vox).

El 90% prefiere una España democrática, pero el funcionamiento de la democracia cosecha un suspenso

Sin embargo, los españoles (y más en concreto el electorado conservador) otorgan un suspenso al funcionamiento de la democracia española: un 4,6. Esa nota se convierte en más de un seis entre los votantes del PSOE, pero cae al 4 entre los del PP y a menos de un tres entre los seguidores ultras. De nuevo, los jóvenes son quienes puntúan más bajo (un 4,3), junto a aquellos que confiesan tener ingresos totalmente insuficientes (3,6).

Más dela mitad apoya que las decisiones más relevantes las tome el pueblo y no los políticos 

Finalmente, el germen para el populismo antisistema se aprecia en algunas posiciones significativas que manifiestan los consultados por Ipsos. Así, el 54% cree que “el pueblo y no los políticos debería tomar las decisiones más importantes”, una cifra que alcanza al 60% de los jóvenes, de los más desfavorecidos o de los electores de Sumar, y a más del 70% de los votantes de Vox. En paralelo, un 46% opina que “todos los políticos son iguales”, una tasa que supera el 60% entre las clases con menores ingresos. Y como un triste consuelo, son mayoría (el 54%) quienes admiten que los políticos “son un reflejo de la sociedad española” (aunque rechaza ese diagnóstico el 65% de los más pobres).

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