Los olores agradables de los productos químicos de uso diario –desde ceras perfumadas hasta difusores de aceites esenciales, desinfectantes, ambientadores u otros aerosoles perfumados– crean una contaminación del aire dentro de casa que iguala o incluso puede llegar a superar la contaminación de la calle.
Esa es la afirmación que hacen ingenieros de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) tras constatar en una serie de estudios que, cuando se liberan fragancias en espacios interiores, reaccionan rápidamente con el ozono que entra en los edificios a través de los sistemas de ventilación y llenan el aire de partículas de escala nanométrica capaces de llegar a lo más profundo de los pulmones.
El último de sus estudios se ha focalizado en las ceras perfumadas, que se publicitan como no tóxicas porque, a diferencia de las velas, no producen llama. Pero la conclusión de los profesores de ingeniería civil de Purdue Nusrat Jung y Brandon Boor es que, en realidad, contaminan el aire interior al menos tanto como las velas porque los terpenos (los compuestos químicos responsables de sus aromas) que liberan reaccionan rápidamente con el ozono formando una cantidad significativa de partículas a escala nanométrica.
Lee tambiénLos productos de limpieza liberan cientos de sustancias volátiles peligrosas
Jung y Boor han hecho sus mediciones en una minicasa-laboratorio equipada con sensores para monitorear el impacto que tienen las actividades cotidianas en la calidad del aire doméstico. Y afirman que los productos químicos perfumados igualan o superan a las estufas de gas y a los motores de los automóviles en la generación de nanopartículas más pequeñas de tres nanómetros. “Entre 100.000 y 10.000 millones de estas partículas podrían depositarse en el sistema respiratorio en tan solo 20 minutos de exposición a productos perfumados”, explica el artículo que resume su último trabajo.
Impacto en la salud
¿Y cuál es el impacto de esas nanopartículas para la salud? La doctora Sandra Dorado, coordinadora del área de enfermedades respiratorias de origen ocupacional y medioambiental de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) asegura que la clave es que las nanopartículas, debido a su tamaño, alcanzan los bronquios más pequeños e incluso el alveolo, que es la zona donde se realiza el intercambio de gases con la sangre, de modo que esa contaminación afecta a las vías respiratorias pero las partículas más pequeñitas pueden incluso llegar a la circulación sanguínea y, a través de ella, afectar a otros órganos.
Por eso, dice, las nanopartículas pueden provocar estrés oxidativo y reacciones inflamatorias a lo largo de las vías aéreas empeorando el asma, la EPOC u otras enfermedades pulmonares, o pueden causar enfermedades respiratorias crónicas. Además, “sabemos que la contaminación puede dar lugar a trombosis, cardiopatías sistémicas y enfermedades neurovasculares”, agrega Dorado.
Las nanopartículas pueden provocar o agravar enfermedades respiratorias como el asma
Precisa que, no obstante, para saber el daño que pueden ocasionar las nanopartículas según su origen habría que hacer estudios dirigidos a cada una de ellas porque las hay de diferentes compuestos, si bien tiene claro que los terpenos tienen efecto irritativo tanto para las vías respiratorias como a nivel cutáneo.
Con todo, la doctora asegura que es difícil decir si la contaminación de estos aromas domésticos es superior o inferior a la que causan, por ejemplo, los coches en la calle, puesto que dependerá de cuánto se usen estos productos, de lo que se ventile la casa, de si se utilizan purificadores de aire...
La ventilación de la casa (y el momento en que se hace) es muy importante
“Si se usan ceras con fragancia o se queman velas muchas veces, muchas horas y estamos mucho tiempo en casa, pues probablemente vamos a inhalar mucho esos contaminantes; al final lo que hemos de tomar conciencia -como ya lo hemos con la contaminación del aire exterior-, es de que hay que mitigar nuestra exposición a contaminantes también en espacios interiores y que la ventilación de la casa (y el momento en que se realiza según el entorno) es muy importante”, dice la especialista de Separ. Y pone un ejemplo: si la hora punta de tráfico son las ocho de la mañana y nuestra casa está expuesta a una carretera, quizá no sea buena idea ventilar a esas horas y sea mejor hacerlo por la noche.
También Germán Castillo, director ejecutivo de la Asociación Española de Fragancias y Aromas Alimentarios (Aefaa), destaca que “la formación de partículas ultrafinas en el aire interior puede depender de múltiples factores, incluyendo ventilación, temperatura y otras fuentes del hogar”.
Los productos de limpieza liberan cientos de compuestos orgánicos volátiles potencialmente perjudiciales para la salud
Por ello cree que los resultados de estos estudios hechos en un ambiente controlado como la minicasa-laboratorio de la Universidad de Purdue pueden variar en entornos reales que tengan, por ejemplo, otros niveles de ventilación. También cuestiona que se hayan estudiado varios tipos de ceras y velas pero no una muestra representativa de todos los productos perfumados en el mercado, puesto que las diferencias en sus formulaciones pueden influir en que emitan más o menos compuestos volátiles y en la formación de nanopartículas.
Por otra parte, los fabricantes de fragancias y aromas defienden que sus productos siguen estándares internacionales de seguridad y se realizan estudios sobre exposición, toxicología y ecotoxicología para asegurar que su uso en condiciones normales no represente un riesgo para la salud.
En este sentido, Castillo destaca que los estudios de Jung y Boor indican que las concentraciones de nanopartículas derivadas de los terpenos pueden ser similares a las de fuentes de combustión como los motores diésel o las estufas de gas “pero no se evalúan los efectos específicos de las primeras (en la salud) en comparación con las nanopartículas generadas por combustión de hidrocarburos”.
Si usas aromas para recrear un bosque en tu hogar estás creando una enorme contaminación que no deberías respirar
Los autores del estudio reconocen en su artículo que deberán ser los toxicólogos los que, basándose en sus datos averigüen exactamente lo perjudicial que puede ser inhalar mezclas complejas de sustancias químicas volátiles y partículas nanométricas en espacios interiores.
Ahora bien, la profesora Jung se muestra tajante al asegurar que “un bosque es un ambiente prístino, pero si usas productos de limpieza y aromaterapia llenos de fragancias fabricadas químicamente para recrear un bosque en tu hogar, en realidad estás creando una enorme cantidad de contaminación del aire interior que no deberías respirar”.
La neumóloga Sandra Dorado subraya que la clave está en cuidar el aire que entra en nuestros pulmones tanto dentro como fuera de casa, y en el caso de las ceras o velas perfumadas y de los productos con fragancia, utilizarlos con moderación: "si sabemos que emiten compuestos, pues intenta no usarlos a diario ni en exceso”.
