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Vuelta al cole: retos emocionales y pedagógicos para niños y profesores

Curso escolar

Además de cumplir con las medidas de higiene, a la comunidad educativa le toca gestionar la incertidumbre y conseguir un aprendizaje efectivo

Los niños se reencuentran con sus compañeros seis meses después del cierre de colegios.

Marcial Guillén / Marcial Guillén / EFE

La vuelta al colegio no está siendo nada fácil. Mascarilla, distancia de seguridad, grupos burbuja e higiene constante de manos son las medidas más sonadas. Normas y protocolos que buscan prevenir un posible contagio y cierres de aulas. Cumplir con todas estas reglas es el primer reto para alumnos y profesores, que se enfrentan a uno de los cursos más difíciles por la incidencia del coronavirus. Pero niños y docentes afrontan desafíos aún mayores: la gestión psicológica y la puesta en marcha de estrategias pedagógicas eficaces.

La gestión de las emociones nunca es sencilla. Menos aun cuando los niños llevan seis meses sin ver a sus amigos y profesores, que antes les acompañaban en su día a día. “Es recomendable que, estos días, los padres hagan lo mismo que hicieron cuando se empezó a salir a la calle: explicarles cómo va a ser todo. Con los niños funciona mucho el anticipar y explicar. Los menores tienen mucha plasticidad mental, su capacidad de adaptación es muy grande. Creo que van a responder muy bien”, apunta la profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación en la UOC y psicóloga en el centro GRAT de Barcelona, Amalia Gordóvil.

Preparados antes un cierre de aulas

Para esta experta, la situación más compleja puede venir con el cierre de una clase. “En el caso de tener que volver a casa por un positivo o por aislamiento por un posible contagio, tendremos que gestionar la tolerancia y la frustración del menor. No es nuevo para ellos. Esto pasa en cualquier ámbito de su vida: cuando un amigo se va del centro y no lo ven más o cuando se ponen enfermos y no pueden asistir a un evento”, explica Gordóvil.

A profesores y alumnos les toca gestionar la incertidumbre. Ante la creciente incidencia del coronavirus y el posible cierre de centros educativos, toca preguntarse si estas circunstancias pueden tener consecuencias psicológicas para los menores. “Es una situación transitoria. Si se diera ese caso, y se prolongara durante años, sí podríamos hablar de efectos duraderos. No estamos en ese escenario y no prevemos que pueda haber efectos psicológicos. Mientras se resuelve la crisis sanitaria, es recomendable un buen acompañamiento. Ir hablando con los niños sobre cómo se sienten”, sostiene la experta.

Es recomendable una constante interacción con los niños, para saber cómo se sienten.

SerrNovik / SerrNovik / Getty Images/iStockphoto

Ante posibles episodios de estrés emocional, asegura que los docentes están sobradamente preparados para diagnosticarlos. Precisamente, Gordóvil cree que serán los docentes los que más apoyo requieran en esta vuelta al colegio: “Se les está pidiendo que sean policías para mantener las distancias, que sean docentes para enseñar, que hagan contención emocional, que orienten a los padres con sus dudas. A nivel psicológico, sería recomendable que pudieran tener un acompañamiento. La pregunta sería, ¿quién cuida de nuestros profesores”.

Cómo conseguir un aprendizaje efectivo

Conseguir un aprendizaje efectivo es otro de los grandes retos de este curso. “Llevamos años defendiendo que las metodologías activas son las más adecuadas para fomentar un aprendizaje realmente significativo. En la situación, es prácticamente imposible ponerlas en práctica. Las metodologías activas fomentan que el alumno sea el centro del aprendizaje, el eje a través del cual se da el proceso de enseñanza, algo que sigue siendo viable. Pero estos también son métodos que fomentan la cooperación y el trabajo en equipo. Dadas las limitaciones de contacto, esto resultará imposible”, señala el director del Máster en Neurociencia y Educación de UNIR, Aitor Álvarez Bardón.

Este experto confía en la capacidad de adaptación de los profesores: “Los más probable es que el aprendizaje sea vea afectado y que dada la situación este año sea atípico también a este nivel, pero la capacidad de adaptación de los alumnos y de los docentes hará que poco a poco se revierta la situación para poder normalizar el proceso de aprendizaje”.

La vuelta al colegio no parece fácil tampoco para los profesores, que saltan de la educación presencial al aprendizaje online cuando menos se lo esperan. Para ellos, Bardón deja una serie de pautas: “Este curso es más importante aún trabajar las emociones en la clase. Pueden comenzar con un repaso de contenidos anteriores y fomentar así la adaptación. Han de reorganizar el método y el currículo. Los contenidos son muy importantes, pero tanto o más las competencias. Es el momento de que el alumno desarrolle sus competencias de la forma más eficaz posible. Además, es recomendable que continúen con su formación en TIC y plataformas”.