Satisfacción y determinación. Este es el estado de ánimo que dijo sentir ayer Carlos Mazón al anunciar el preacuerdo alcanzado con Vox para aprobar los presupuestos de la Generalitat Valenciana. El presidente se blinda en su cargo con el apoyo del partido de Santiago Abascal a cambio de asumir, entre otras cosas, el ideario en agenda verde e inmigración de Vox. La dirección del PP nacional se apresuró a informar inmediatamente de que “estaba al tanto de las negociaciones” y bendijo el acuerdo, a diferencia de lo sucedido en la investidura de Mazón, que cerró el acuerdo con Vox sin esperar el beneplácito de Génova.
No hay duda de que Mazón es un político audaz y determinado. Para lograr su investidura, convenció personalmente al entonces cabeza de lista de esta formación, Carlos Flores, para que dejara su escaño. Tenía una condena por maltrato a su exmujer, y Mazón no podía asumir que fuera vicepresidente de su futuro gobierno. Al ver que ni Abascal le podía persuadir, el hoy presidente valenciano se presentó en su casa a las diez de la noche y estuvo con Flores hasta altas horas de la madrugada hasta convencerlo de que abandonase su acta de diputado.

Carlos Mazón, en una imagen de archivo.
El objetivo de Mazón ahora es mantenerse en el cargo, pese a quien pese. Quiere estar en primera línea en la fase de recuperación de los destrozos de la dana, diga lo que diga la oposición, la mayoría de la prensa o los mensajes crípticos que le llegan de forma continua de la dirección del PP. En estos momentos, a expensas de lo que depare la investigación judicial, a Mazón solo lo puede echar Vox. Alberto Núñez Feijóo ha ido distanciándose cada vez más de él, pero sin enseñarle de forma clara la puerta de salida. En este contexto, el acuerdo de ayer supone su ratificación al frente de la Generalitat.
Que no haya acudido hasta la fecha a ningún acto de las
Fallas es todo un síntoma de su debilidad política y social. Pero esto no parece inquietar al PP nacional, que destacó ayer que “la Comunidad Valenciana puede tener presupuestos, mientras que el Gobierno de España no es capaz de pactar consigo mismo si se aumenta o no el gasto en defensa”. Mazón, pues, tiene vía libre para seguir.