Rearmar Europa. Este es el nombre del plan presentado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y que ayer fue debatido en una reunión extraordinaria del Consejo Europeo en Bruselas, en la que también estuvo un Volodímir Zelenski, que recibió –y agradeció– la solidaridad de la UE tras ser humillado por Donald Trump. Un encuentro para dar respuestas a la necesidad de que Europa aumente masivamente su gasto en defensa no solo para seguir apoyando a Ucrania después de que Trump prácticamente la haya abandonado a su suerte, sino también para reforzar la propia seguridad europea, que Washington ya no está dispuesto a garantizar, ante posibles futuras agresiones rusas.
La cumbre constató un amplio consenso sobre la necesidad de ese rearme y de asumir mayores responsabilidades para garantizar la seguridad del Viejo Continente, por lo que el debate giró sobre cómo pueden los estados elevar su gasto militar en 1,5 puntos del PIB. Von der Leyen ha propuesto un plan para movilizar 800.000 millones de euros para financiar ese rearme, una cantidad similar a la del programa impulsado para la recuperación de la UE de la crisis de la covid.
Para ello, Bruselas propone cuatro actuaciones. La primera es facilitar el gasto en defensa a escala nacional de modo que no compute dentro de las reglas fiscales comunitarias y los estados puedan aumentar su déficit. La CE calcula que así se podrían obtener 650.000 millones de euros en cuatro años. La segunda es crear un nuevo instrumento financiero que proporcione a los estados préstamos por valor de 150.000 millones. La tercera es que los países recurran a los fondos de cohesión para invertir en proyectos de seguridad. Y la cuarta es que el Banco Europeo de Inversiones suavice las restricciones a los estados para invertir en defensa y seguridad y crear una Unión de Ahorros e Inversiones que permita movilizar el capital privado de los europeos para invertir en defensa.
La UE arropa a Zelenski y da luz verde al plan para financiar una masiva inversión en defensa
Los líderes europeos han respaldado estas propuestas, y el
debate ahora es cómo financiar ese rearme, si de manera conjunta entre los Veintisiete o con el gasto y la deuda repartidos entre cada uno de los estados miembros. Alemania ha propuesto una revisión a fondo del pacto de estabilidad para que los países se puedan endeudar más.
Los Veintisiete también han estudiado el envío de tropas a Ucrania para garantizar su seguridad, un tema sobre el que aún existen serias diferencias entre los países y que el Kremlin rechaza abiertamente por considerar que ese despliegue sería “una implicación de la OTAN” y supondría “entrar en guerra con Rusia”. Hasta ahora solo Francia y el Reino Unido –que no pertenece a la UE– han dicho que estarían dispuestos a enviar tropas. La voz discrepante en este capítulo ha sido, una vez más, el premier húngaro, Viktor Orbán, que se alinea con Trump y con la posición rusa y exige que la UE abra negociaciones con Moscú. Finalmente, aunque Hungría se desmarcó del documento de conclusiones sobre Ucrania, apoyó el plan de Von der Leyen, que obtuvo un respaldo total.
La cumbre también abordó la propuesta de Emmanuel Macron de abrir un debate para extender el uso de la disuasión nuclear francesa a los aliados europeos, una idea en estado embrionario y recibida con cautela, pero bien acogida por parte de Polonia, los países bálticos y los escandinavos, todos ellos cercanos o con frontera con Rusia. Moscú ya ha calificado como una “amenaza” la “retórica nuclear” de Macron, de quien Putin dijo ayer que “algunos quieren volver a los tiempos de Napoleón y olvidan cómo acabó”.
La cumbre debate el envío de tropas a Ucrania y la extensión del paraguas nuclear francés
Lo cierto es que la situación sobre el futuro de Ucrania está evolucionando estos últimos días. Un Zelenski abocado al pragmatismo –y más después de que EE.UU. le haya suspendido la ayuda militar y haya congelado el suministro de información de inteligencia, clave para frenar la ofensiva rusa– ha capitulado y ha enviado una carta al presidente republicano diciéndole que está dispuesto a trabajar “bajo el firme liderazgo de Trump” y a firmar con EE.UU. el acuerdo sobre la explotación de los recursos minerales ucranianos, sin que incluya explícitamente las garantías de seguridad que para Kyiv eran imprescindibles. Ayer, Zelenski pidió a los líderes europeos que apoyen la idea de una tregua aérea y marítima con Rusia como primer paso para avanzar hacia la paz.
La UE busca más dinero para ser más autónoma en defensa, pero ni quiere ni puede romper los puentes con EE.UU. porque sabe que ella sola no puede seguir asistiendo a Ucrania ni ganar una guerra contra Rusia. El objetivo, una vez asumido que se ha quedado sola, es ahora afrontar el desafío de rearmar Europa, reafirmar el apoyo militar a Ucrania y asegurar la participación de Kyiv en las negociaciones de paz.