Loading...

Ruta por los caminos de ronda de la Costa Brava

Propuestas

El trayecto resigue el perfil de un litoral abrupto, lleno de acantilados y pequeñas calas rodeadas de pinos, en el pasado utilizado por pescadores y contrabandistas

Camino de Ronda de la Costa Brava

peresanz / Getty Images/iStockphoto

Ante las dudas de este verano a la hora de decidir las vacaciones, un destino cercano que permita el contacto con la naturaleza y al aire libre tiene muchos puntos a su favor. Si además ofrece unos paisajes espectaculares, unas calas recónditas con aguas transparentes y una historia peculiar, mucho mejor. Es una escapada al camino de ronda de la costa de Girona.

El camino de ronda, “camí de ronda” en catalán, es una ruta que resigue el perfil de la Costa Brava , un litoral abrupto lleno de acantilados y pequeñas calas rodeadas de pinos. Es un camino histórico que nació hace más de mil años para comunicar los diferentes pueblos del litoral, sus playas y sus calas. Además, permitía a los pescadores y marineros volver a sus puertos de origen si su barca naufragaba contra las rocas del litoral.

Camino de ronda de S'Agaró: Esculls de la Font

Jorge Franganillo / Jorge Franganillo / Flickr

Pero el nombre de camino de ronda llegó durante los siglos XIX y XX, porque era el camino que utilizaban los carabineros y la Guardia Civil para realizar sus rondas de vigilancia y controlar las actividades de contrabando y estraperlo que tenían lugar en la costa.

Debido a la inaccesibilidad de sus calas, disimuladas entre rocas y pinos, esta zona de la costa era ideal para amarrar las pequeñas barcas que llegaban desde los cargueros que navegaban mar adentro y aminoraban un poco la marcha para descargar los productos de contrabando. El tabaco era el producto estrella, pero también se comerciaba ilegalmente con penicilina, azúcar, café o perfume.

Contrabando y estraperlo

Las escaleras llegan hasta las aguas

peresanz / Getty Images/iStockphoto

Las autoridades costeras luchaban por interceptar este mercado negro antes de que entrara en los circuitos comerciales. Las crónicas periodísticas de la época hablan de barcos incautados, de los que se detalla la lista de productos que transportaban, como chocolate, azúcar, lencería y hasta estuches de maquillaje.

A lo largo de la historia, el contrabando y el estraperlo han estado presentes, pero uno de sus momentos álgidos se sitúa durante la posguerra. Entre 1940 y 1958, España estaba aislada comercialmente de los mercados internacionales, y muchos productos estaban racionados, restringidos o prohibidos. Otros se vendían a precios muy elevados. Todo ello contribuyó a que se mantuviera un circuito más o menos estable de comercio ilegal, mucho del cual llegaba por esta ruta. De hecho, muchas de las calas tienen el nombre por el que se las conocía, relacionado con esta actividad de contrabando, como la cala del Tabaco.

Ruta idílica

Vista de Calella de Palafrugell desde el camino de ronda

klimmanet / Wikimedia Commons

Actualmente, esta ruta es una preciosa senda entre las localidades de Blanes y Portbou, apta para casi todas las rodillas, y que permite combinar caminos coquetos, vistas espectaculares y, por qué no, chapuzones en calas idílicas. De todas maneras, hay algunos tramos que tienen su dificultad, ya que tienen numerosas subidas y bajadas. Hay que recordar que eran rutas que conectaban las calas con las carreteras del interior y los pueblos, con lo que se va subiendo hasta lo alto del acantilado para volver a bajar a nivel de playa constantemente.

Vistas desde el camino de ronda en Sant Feliu de Guíxols

Isidro Jabato / Wikimedia Commons

Una de las partes más espectaculares de todo el camino de ronda es la que transcurre entre Sant Feliu de Guíxols y Begur. Son 43 kilómetros que se puede hacer por tramos. Hay diversas empresas que ayudan a organizarlo todo, incluso a transportar el equipaje o tener vehículos para hacer el transfer hasta el sitio de partida. Es necesario tener un mínimo de experiencia en senderismo -en algunas partes, ni eso- y se puede hacer también por libre.

Otro tramo espectacular es el que va desde Roses hasta Port de la Selva, cruzando el parc natural del Cap de Creus, pasando por lugares emblemáticos como Cadaqués. El caminante se encontrará admirando el azul del mar mientras sus pasos levantan el aroma del tomillo y el romero que crece entre las rocas. En este trayecto vale mucho la pena reservar tiempo para bañarse y hacer esnórquel, admirando la riqueza que hay bajo el agua. Alrededor de Tamariu o de Tossa hay otros tramos más cortos, pero igual de preciosos.

Dificultades y riesgos

El camino de ronda de la Costa Brava en Calonge

alexsalcedo / Getty Images/iStockphoto

Aunque no es una ruta de alta montaña ni necesita grandes inversiones en material técnico, entraña sus dificultades y riesgos. Hay que seguir las recomendaciones que los ayuntamientos marcan en la ruta, ya que es habitual que durante los inviernos haya tramos que se deterioren por la erosión y que precisen ser rehabilitados y recuperados antes de empezar la temporada de verano. También hay que tener en cuenta que los caminos de ronda pueden no ser del todo seguros si se viaja con niños

En la mochila no se pueden olvidar calcetines de repuesto (hay que llevar calzado técnico para practicar senderismo, nada de chancletas de playa si no te quieres destrozar los pies y las rodillas), gorra, crema solar, y bañador y toalla ligera para darse el premio de un baño en medio de la ruta.

En los siglos XIX y XX era el camino que usaban los carabineros y la Guardia Civil en sus rondas para controlar el contrabando y estraperlo