Así era el Flandes español
Imperio hispano
En las principales ciudades flamencas es posible encontrar todavía muestras arquitectónicas y artísticas del paso de los españoles
Casi dos siglos en común trazaron entre España y Flandes una sutil red que el tiempo no ha logrado romper. Desde que, en el siglo XV, Felipe, heredero de Flandes, contrajera matrimonio con Juana, hija de los Reyes Católicos, ambas coronas iniciaron una larga simbiosis cuya herencia aún pervive.
Los testimonios de la ancestral presencia española en Flandes son muy numerosos, lógica consecuencia de la vinculación de los estados flamencos a los intereses de la Corona hispana.
Y, si la política represora de Felipe II y el duque de Alba dio lugar a un largo desencuentro, su sucesora en la gobernación de los territorios flamencos, la archiduquesa Isabel Clara Eugenia, es hoy una figura respetada y querida en ellos, que supo hacer perdonar anteriores desmanes.
Bruselas
Cruce de caminos europeos
La condición de Bruselas como eje vertebrador de diversos territorios europeos y su relación con la península comenzaron mucho antes de que los dominios flamencos se incorporaran a la Corona española.
Así, en el siglo XII ya era uno de los enclaves del camino que, desde el norte de Europa, llevaba hasta Compostela. De ello da fe la iglesia de Santiago (Sint-Jacob-op-Koudenberg / Saint Jacques-sur-Coudenberg), levantada en el siglo XVIII sobre una pequeña capilla dedicada al apóstol de la que ya se tenía noticia en el XII.
La relación de Bruselas con la península comenzó mucho antes de que los dominios flamencos se incorporaran a la Corona española
Otra iglesia, la de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Onze-Lieve-Vrouw-van-Goede-Bijstand / Notre-Dame de Bon Secours), adorna su fachada con la característica concha de peregrino, mientras que una imagen de Santiago se venera en la Kapellekerk, o Notre-Dame de la Chapelle, edificada entre los siglos XIII y XVI.
La secular vinculación política entre Flandes y España es aún más evidente en las ruinas del que fuera palacio de Carlos V, un suntuoso edificio que fue destruido por un incendio en el siglo XVIII. Allí fue proclamado el emperador mayor de edad, y allí abdicó del gobierno de Flandes a favor de su hijo, Felipe II.
La que fuera residencia real se reduce hoy a una serie de sótanos y galerías subterráneos que se extienden bajo la plaza Real, la calle Real y algunos edificios circundantes, conformando un espléndido sitio arqueológico en el que destaca la gran sala de ceremonias, o Aula Magna.
Brujas
Una ciudad muy castellana
La intensa actividad comercial desarrollada en el Medievo entre Brujas y Castilla tuvo como resultado la formación de una amplia colonia castellana, que dejó en la ciudad flamenca la huella de su paso.
A partir del siglo XII, los muelles de Brujas recibían ingentes cantidades de lana merina castellana, que luego se hilaba en los talleres textiles de la ciudad. La riqueza fluía, y muchos de los grandes edificios urbanos pertenecían a familias de noble abolengo castellano.
A partir del siglo XII, los muelles de Brujas recibían ingentes cantidades de lana merina castellana, que luego se hilaba en los talleres textiles de la ciudad
Así, uno de los mayores palacios de la ciudad, hoy desaparecido, se conocía como “de las siete torres” y era propiedad de una saga, los Gallo, de Castrojeriz (Burgos). Por el contrario, aún se conserva la mansión de otra noble familia burgalesa, los Pérez de Malvenda, ubicada en la calle Wollestraat (arriba). Se trata de una señorial residencia gótica que fue restaurada en su totalidad a comienzos del siglo XIX.
El callejero actual también recuerda el paso de los españoles por la ciudad, con nombres como Spanjaardstraat, calle de los españoles, o Boskajerplaats, plaza de los Vizcaínos.
Malinas
La corte de Margarita
Malinas conserva mucho del esplendor que la convirtió, en el siglo XV, en una de las más importantes ciudades de Flandes. Contribuyó a ello el ser residencia de Margarita de Austria, gobernadora en nombre de la Corona española de los Países Bajos, quien hizo de su palacio el eje de una refinada corte renacentista.
Margarita de Austria había sido esposa del único hijo varón de los Reyes Católicos, Juan de Trastámara. Al enviudar, regresó a Flandes, donde contrajo matrimonio con el príncipe Filiberto de Saboya, que falleció tres años después.
Margarita de Austria fue la mentora absoluta del futuro Carlos V
En la corte flamenca se hizo cargo de los hijos de su hermano Felipe el Hermoso y Juana la Loca cuando estos partieron para asumir el trono castellano. Mentora absoluta del futuro Carlos V, este le confió el gobierno de las tierras flamencas entre 1515 y 1529, cargo que ya había desempeñado por iniciativa de su padre, Maximiliano de Habsburgo, entre 1507 y 1515. Como gobernadora de Flandes, modernizó la administración del territorio y apoyó la política antifrancesa de su sobrino, interviniendo en la firma del Tratado de Cambray, o “Paz de las Damas” (1529), entre el emperador y Francisco I de Francia.
Gante
La cuna del emperador
El vínculo de Gante con la España imperial es evidente, ya que, el 24 de febrero de 1500, la ciudad del río Leie (o Lys) fue cuna del emperador Carlos I. La tradición asegura que este nació en el Prinsenhof (“casa del príncipe”), el palacio donde residían los condes de Flandes, en el transcurso de una fiesta cortesana a la que asistía su madre, Juana de Castilla.
En el siglo XVII, el edificio fue derruido, y en la actualidad el Prinsenhof es el nombre del barrio donde se ubicaba. De lo que no cabe duda es de que el emperador fue bautizado en la catedral de San Bavón, construida entre los siglos XIII y XVII, y en cuya estructura se superponen Románico, Gótico y Barroco.
La catedral de Gante alberga numerosas obras de arte entre las que destacan pinturas de Pedro Pablo Rubens o el retablo de Hubert y Jan van Eyck
Cuando el emperador recibió las aguas bautismales, la actual catedral solo era la pequeña capilla de San Juan Bautista, una edificación primordialmente realizada en madera que había sido consagrada en el año 942. La capilla fue ampliándose hasta convertirse en catedral en 1559.
Sus naves albergan numerosas obras de arte, entre las que destacan San Bavón entra en el convento de Gante (1624), de Pedro Pablo Rubens, y el Políptico de Gante, o retablo de la Adoración del Cordero Místico, obra de Hubert y Jan van Eyck.
Curiosamente, la sillería barroca de su espléndido coro tiene también acento español, ya que fue tallada en el siglo XVIII por el flamenco Peter John van Reysschoot en madera de caoba procedente de Cádiz.
Amberes
Sede de la “Nación española”
Al igual que sucede con Bruselas, Amberes fue etapa del Camino de Santiago. Así lo demuestra la iglesia de Sint-Jacob, erigida sobre el solar que ocupó en el siglo XII un antiguo albergue de peregrinos y presidida por una imagen de Santiago.
Gracias a la tarea diplomática de Pedro Pablo Rubens se atrajo hasta Amberes a importantes artistas
En ella yacen los restos del burgalés Francisco Marcos Pico de Velasco, caballero de la orden de Santiago, quien, tras una importante carrera militar, en 1668 fue nombrado primer maestre de campo de Flandes. Ascendido diez años después a capitán general del ejército de Flandes, en 1679 desempeñó el cargo de gobernador de la ciudadela de Amberes. Su sepulcro de mármol, obra maestra del escultor barroco Pieter Scheemaeckers, muestra una lápida en la que se detalla su gloriosa carrera militar.
La presencia española en la ciudad venía dada, además de por los Tercios, por la importante actividad desempeñada por la agrupación gremial conocida como “Nación española”, a la que se acogían los comerciantes españoles de la urbe.
Los lazos con la España peninsular se fortalecieron también gracias a la tarea diplomática de Rubens, que atrajo hasta Amberes a importantes artistas, como el arquitecto jesuita François d’Aguilon, flamenco de nacimiento pero formado en Salamanca, a quien se debe la iglesia barroca de San Carlos Borromeo.
Este artículo se publicó en el número 583 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.