Itziar Castro: “Fui este año nominada a los Goya con números rojos en el banco”
Hoy la vemos en OT
La actriz catalana está viendo recompensados 22 años de trabajo con el estreno de ‘Matar a Dios’ y su incorporación como profesora a la Academia de Operación Triunfo
La gala de estreno de OT 2018, en directo
Friedrich Nietzsche acuñó la frase “Yo maté a Dios” y como tratar de hacer sombra al filósofo alemán es tarea imposible, Caye Casas y Albert Pintó han empleado el infinitivo para plantearnos una comedia negra con mensaje: ¿a quién salvarías antes de que mañana la raza humana quedase exterminada? Itziar Castro (Barcelona, 1977), una de las cinco protagonistas de Matar a Dios, está viendo recompensada una vida de esfuerzo: la vimos en Blancanieves y en Pieles, entre otros largometrajes, y en series como El cor de la Ciutat, Hospital Central y Vis a vis, donde sigue en su cuarta temporada. Ahora, estrena la comedia negra más premiada del año, filme que atesora, entre otros, el premio del público de Sitges 2017, el Buenos Aires Rojo Sangre, el Fantasfestival de Roma y el Fanges de Santiago de Chile.
Si de mí despendiera salvar a la especie humana, escogería a Blanca Suárez y Mario Casas , saldrían unos niños muy guapos, talentosos y buena gente, como son ellos”
Este 2018, que Itziar comenzó en números rojos, va camino de cerrarlo como el más fructífero de su vida: además de Matar a Dios y de Campeones (Javier Fesser) acabamos de saber que, tras Ángel Llácer y los Javis, será la nueva profesora de interpretación en la Academia de Operación Triunfo. Ella mejor que nadie sabe cómo la fama cuesta.
Tras un premio a Mejor actriz revelación de la Unión de actores y la nominación al Goya, estrenas Matar a Dios y Campeones y debutas como profesora de interpretación de OT. Pronto volverá la cuarta de Vis a vis. ¿Podemos decir que este es tu mejor año profesionalmente hablando?
Después de 22 años picando piedra, después de tantos años sembrando estoy recogiendo lo sembrado. Es un año para enmarcar, sin duda. Y cada personaje que me dan es más bonito, tiene más matices, y trabajas con gente que admiras mogollón. Es un bombón tras otro. No sé cuándo se va a acabar pero yo pondría el stop aquí para disfrutar un poquito más de esto.
¿Qué Matar a Dios, una comedia negra o un drama ácido? ¿Cómo la calificarías?
Es una peli necesaria y que sorprende. Diría que es una peli políticamente incorrecta y de una libertad extrema: lloras, ríes y piensas. Lo más interesante del mundo es que con el humor puedas pensar y tiene ese cometido.
En la película, cada uno de los protagonistas acude a la cena de Fin de Año arrastrando una sombra propia, un pecado o un drama personal. ¿Fue fácil empatizar con tu personaje, una esposa infiel?
Yo estaba viviendo un momento bastante complejo emocionalmente y la entiendo perfectamente. La defiendo a muerte y la trabajé desde la verdad: te la crees en todo porque ella vive la abnegación, el amor absurdo por ese ser insufrible, plantarse y hasta aquí…
Cuando me llegó el guión, les pregunté si no se habrían equivocado porque en ningún lugar figuraba “gorda”. Era la primera vez en 20 años que no lo ponía y me sorprendió”
Un vagabundo aparece en el caserón asegurando ser Dios y los protagonistas deberán lidiar con la situación que les plantea: el exterminio de la especie humana salvo dos personas. Si de ti dependiese, ¿a quién salvarías?
A Blanca Suárez y Mario Casas, saldrían unos niños muy guapos, talentosos y buena gente, como son ellos. Eso, en cuanto a la especie humana. Si pienso en mí… Ahí me debato entre quién quisiera y el futuro de la especie. Claro, antes salvaría a alguien a quien quisiera pero si debemos repoblar el planeta… Es un gran debate pero por suerte no va a pasar.
Un mérito de la película es que la personificación de Dios no resulta ofensiva. Ni siendo una peli de humor negro. Ese equilibro es muy delicado.
Porque en el fondo hay mucho respeto. La pueden ver tanto creyentes como no creyentes; no estamos criticando a Dios sino poniendo en duda lo que siempre nos han vendido, mostrando que hay distintas posibilidades de dioses y que sería normal que Dios se enfadase con los humanos por lo mal que lo estamos haciendo. “Os regalado un paraíso terrenal, os envío a mi hijo ¿y seguís cagándola tanto? Ya se me han hinchado las narices”. Yo me enfadaría.
Decías hace poco en Shangay que con esta película veremos que ya no eres la gorda del cine español sino, simplemente, actriz. ¿Por qué reflexionaste que esto sería así? ¿Qué tipo de papeles estabas acostumbrada a recibir?
Me llegó este guión cuando estaba leyendo el de Pieles. Les pregunté si no se habrían equivocado porque en ningún lugar figuraba “gorda”. Era la primera vez en 20 años que no lo ponía y me sorprendió. Es la magia de estos personajes, los eternos secundarios del cine español, los freaks, si quieres llamarlo así. Pero nuestro físico da igual. Emilio Gavira, es decir, Dios, podría haber medido dos metros como Thor o ser el negro de whatsapp. Y yo podría haber sido una escandinava de metro ochenta. Daba igual porque lo surrealista era la situación. Y encima, el gran regalo de los directores, Caye Casas y Albert Pintó, es que mi personaje empieza de una manera y termina de otra, pasa emocionalmente por todos los estadios y eso es muy complicado, más en una peli coral, más si eres mujer y más si eres diferente, como yo. En una misma secuencia ríe, llora o se enfada. Es como un Ferrari, de cero a cien en nada. Un regalazo. Por eso dije que a partir de ahora se verán los matices, no solo mi físico.
Emilio Gavira , es decir, Dios, podría haber medido dos metros como Thor o ser el negro de whatsapp. Y yo podría haber sido una escandinava de metro ochenta. Daba igual porque lo surrealista era la situación”
No es periodísticamente correcto pero deja que me ponga como ejemplo: crecí viendo a grandes como Florinda Chico, Rafaela Aparicio, Juanjo Menéndez o José Luis López Vázquez. Hoy, en la mayoría de series, solo veo guapas y cachas. ¿Por qué crees que ocurre esto?
Mmm… Creo que porque se intenta ser más mainstream y seguir la idea del blockbuster, lo que nos aleja de nuestra esencia. De los filmes de Berlanga o más recientemente, La comunidad, de Álex de la Iglesia o las pelis de Javier Fesser. Es como una moda: para algunos, antes que la actuación, se trata de vender un producto. Tenemos esa tendencia a homogeneizar los cánones pero creo que está cambiando: por ejemplo, las mujeres de Vis a vis somos todas distintas. Se necesita la complicidad de productores y gente que se arriesgue a hacer algo como Matar a Dios; si hubiésemos tenido detrás a una ‘major’ quizá no hubiese salido. Por otro lado, Guillermo del Toro se llevó el Oscar con una protagonista fea, bajita, muda y que se masturba. Eso demuestra que se puede ser diferente.
¿En qué momento crees que se encuentra la ficción que se hace en España?
En un momento muy bueno, el mejor a nivel internacional, como muestra el éxito de La casa de papel y de Vis a vis, entre otras. Vienen Netflix y Amazon a España con intención de producir mucho y cada vez hay más trabajo. ¡Ya tocaba! Quiero envejecer trabajando, como Angela Landsbury o Concha Velasco, porque me siento superrealizada con mi profesión. No vivo para ella pero sí me da vida.
En la Academia seré yo misma, para bien o mal. Yo pego un moco y te doy un abrazo. Mano dura pero con recompensa; soy muy exigente pero también autoexigente. Quiero transmitirles que se llega lejos trabajando duro”
Al comienzo citábamos dos películas, una serie y la Academia de OT. ¿Cómo te organizas el tiempo? ¿Te queda algo para tus cosas?
Sin dormir y no, no tengo cosas (risas). Solo espero que llegue el domingo para dormir un poco. Estamos de promo con la película, este miércoles primera gala de OT, prensa después, las primeras clases… Pero Murphy es así y yo he luchado mucho para recoger lo sembrado. Sé que esta profesión es muy irregular y hoy estás aquí y mañana abajo. Hay que aprovechar.
Tras Ángel Llácer y los Javis, eres la nueva profesora de interpretación de la Academia. ¿En qué va a consistir tu trabajo en OT?
Seré yo misma, para bien o mal. Yo pego un moco y te doy un abrazo. Mano dura pero con recompensa; soy muy exigente pero también autoexigente. Quiero transmitirles que se llega lejos trabajando duro.
Estos chavales son muy jóvenes pero todos parecen mayores. Tienen muy claras las cosas, tienen un paso más que nosotros en su época. Saben que esto es efímero y que deben aprovechar su oportunidad”
La fama cuesta, como dijo Debbie Allen.
Cuesta, es verdad, pero no solo la fama. Llegar a fin de mes también cuesta. Yo fui este año nominada a los Goya con números rojos en el banco. David Broncano me preguntó cuánto dinero tenía, le dije eso y puso “no sabe no contesta”. Pero era verdad. No sé mentir, antes me callo. Haces dos películas dos años antes, luego viene la promo pero no cobras, no ingresas y tienes que seguir pagando facturas, pides un crédito… hasta que vuelves a trabajar. Estos chavales deben saber que esto es muy inestable y hoy eres dios y mañana no eres nadie. Un día cantas en el Bernabéu para 60.000 personas y otro, en un bar. O en la calle, como mi amigo Enrique Ramil, que estuvo en el X Factor británico y hoy canta en la calle en Londres. Y es un grande. Creo que les puedo aportar eso.
Amaia y Alfred nos decían eso mismo esta primavera, en plena efervescencia.
Estos chavales, y lo sé porque estuve en los castings, son muy jóvenes pero todos parecen mayores. Tienen muy claras las cosas, tienen un paso más que nosotros en su época. Saben que esto es efímero y que deben aprovechar su oportunidad. Es muy inteligente. Y duro. Antes de entrar en clase, quiero que dejen el ego fuera y que sobre el escenario se crean los reyes del mundo. Si no, no puedes defender la canción.