España encuentra un empate por arte de magia

Países Bajos, 2 - España,  2

Una de las peores versiones de 'la roja' sale viva de De Kuip gracias a un gol de Merino en el 93

Soccer Football - Nations League - Quarter Final - First Leg - Netherlands v Spain - Feyenoord Stadium, Rotterdam, Netherlands - March 20, 2025 Spain's Mikel Merino celebrates scoring their second goal REUTERS/Fabian Bimmer

Merino celebra el agónico gol del empate

Fabian Bimmer / Reuters

Este sábado se cumplirá un año de la última derrota de España, en un amistoso ante Colombia, aunque una de las peores versiones de la roja en tiempo estuvo a punto de frustrar el aniversario. El estadio De Kuip, escenario de la coronación española en la Nations hace dos años, se quedó mudo cuando ya celebraba una merecida remontada. Un gol de Mikel Merino en el 90+3 equilibró el marcador ante Países Bajos y deja las espadas en alto para la vuelta en Mestalla del domingo, donde se repartirá un pasaporte para la final four.

Fue un guion inesperado el que escribió España, con un inicio y un desenlace de vértigo, pero con un argumento vacío entre medias. Al minuto y medio Pedri ya había dado un susto a Verbruggen, aunque segundos después era Gakpo el que intentaba atizar al otro lado del campo. Resuelta la duda de la portería en España a favor de Unai Simón, habrá que ver si es algo definitivo o Raya puede aún ganarse un puesto que no ha merecido perder, De la Fuente planteó una puesta en escena ambiciosa que le salió bien... a medias.

España marcó pronto y bajó los brazos, pero encontró un premio inmerecido con el gol de Merino en el 90+3

La presión española propició el primer tanto de la más que agradable noche en Rotterdam bien pronto. Una presión de Lamine Yamal casi en el córner, una conducción de Pedri hacia el área y un regalo del canario al que Nico Williams sólo tuvo que quitar el lazo con un control y abrir con un remate que pilló a contrapié al portero holandés. Un escenario ideal para construir un partido que abriera la puerta de par en par de la fase final que la campeona de Europa desaprovechó de manera incomprensible.

Digirió el gol mucho mejor el combinado holandés que el español, que bajó los brazos de mala manera, como dando por hecho el trabajo mucho antes de lo deseable. En cambio, el equipo de Koeman supo parar el golpe, acertando a dormir el partido, bajar las revoluciones y crecer con paciencia. El hilo conductor indiscutible fue un agigantado Frenkie de Jong, al que se le veía disfrutar sobre el verde de De Kuip como a un niño a pesar de ir perdiendo.

Ya amenazaron los holandeses con un buen remate de Van Dijk a la salida de un córner, que no acusaban la presencia de un Memphis muy lejos de su prime, que dirían los modernos. Pedri y Lamine no tocaban el balón, que se iba tiñendo de naranja a marchas forzadas. Irreconocible España, con un De la Fuente serio, quieto en su zona técnica, quizás buscando respuestas que ofrecer en el descanso. Tanto es así que antes de la media hora Gakpo enganchaba un buen disparo desde la frontal y batía a Unai Simón para igualar la contienda. La bañera de Rotterdam explotaba de júbilo, ruidosa y animosa. La jugada la había originado Frimpong por la banda derecha, el mejor de los de Koeman, que se batió en un duelo maravilloso con Cucurella de claro acento mosquetero.

Las malas noticias para la roja no finalizaron ahí. Cubarsí se tiraba al suelo y pedía el cambio, tras haberse lastimado unos minutos antes en una acción con Depay. Un contratiempo que propició el debut de Huijsen, nacido en Ámsterdam hace 19 años, al que el público reprendió sin disimulo el haber escogido el Mediterráneo antes que el Mar del Norte. Qué atrevimiento. La herida camino de vestuarios pudo ser más grave para España si no llegar a ser por una gran parada de Unai Simón a Depay y una ayudita del larguero tras un potente disparo de Reijnders.

La vuelta se jugará el domingo en Mestalla, donde se decidirá el pasaporte para la ‘final four’

No le sirvió el descanso a los chicos de De la Fuente para despertar de la siesta. Pocos segundos después de reiniciarse el juego, Frimpong le ganaba un duelo a Cucurella y cedía el balón para que Reijnders pusiera a los locales con ventaja. La empanada empezaba a ser de época aunque esta vez sí empezó a intuirse una tímida reacción, con un Lamine que quería cargarse el equipo a su joven espalda. No lo entendió así el seleccionador, que ordenó un triple cambio que sacó al de Rocafonda de la ecuación.

Vivió relativamente tranquilo Verbruggen ante la desesperante inoperancia española. Ni siquiera en los últimos minutos, tras la expulsión de Hato por una fea entrada a Le Normand, pareció capaz la selección nacional de atisbar un empate. Pero este equipo está tocado por una varita mágica y, de la más absoluta nada, se topó con el empate de Merino en el añadido, tan oxigenante como injusto, que mantiene la racha a salvo y señala a Mestalla como una cita de mucha altura.

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