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Trucos de cocina que te ayudarán a ahorrar dinero

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La cuesta de enero será menos cuesta arriba si sabes planificar

Aunque es verdad que lo de la cuesta de enero suena un poco a posguerra, el primer mes del año suele ser bastante duro. A la vuelta a la normalidad tras el jolgorio navideño se le suma sacar la calculadora, repasar gastos, comprobar que los salarios siguen siendo de risa… un drama. Por suerte, muchas veces ahorrar es mucho más fácil de lo que creemos. No se trata de normalizar la pobreza como parece estar de moda –vive en 5 metros cuadrados, haz muebles de cartón, caliéntate con velas…– sino de tener un poco de sentido común a la hora de cocinar.

La clave es comprar bien y barato –que, aunque suene imposible es perfectamente compatible–, planificar bien en la cocina y no tirar nada. Recurrir a alimentos económicos y sanos como las legumbres y cocinar en cantidad para más de una vez con los pilares de nuestra particular guerra económica.

Basta con tener un poco de sentido común a la hora de cocinar para poder ahorrar

Al final casi todo se resume en cocinar más y comprar menos productos ya elaborados. Pero para quienes prefieran una guía un poco más detallada, hemos preparado algunos consejos bien sencillos de empezar a aplicar desde ya mismo.

Evita las verduras y hortalizas ya cortadas

Genuinus

Ser un poco vago en la cocina suele salir bastante caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla, zanahoria o puerro sin que alguien te lo venga ya listo para usar en una bolsita. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte cebollero puede que hasta te ahorres el gimnasio.

Y la lechuga en bolsa

Ross Durant Photography / Getty

Más tentador es comprar lechuga ya lavada y en bolsas. Un formato que se ha popularizado en lo últimos años y que resulta tan cómodo como caro, con un precio kilos (entre 10 y 15 euros) más propio del solomillo que de una lechuga. Además, las posibilidades de que aguante más en buen estado una lechuga entera que una de esas bolsas que dejarás abandonada al final de la nevera son más altas.

Nada de tirar frutas o verduras feas: sopas, cremas y batidos

haoliang / Getty Images

Aquí no se tira nada. En general nunca habría que hacerlo, y más si la idea es ahorrar. Lo mismo que las croquetas, los canelos y compañía son un buen apaño para cualquier resto, las frutas y verduras que estén un poco mustias pueden tener una segunda vida en forma de cremas, sopas y batidos. ¿Un plátano feo? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido. Todavía es algo poco habitual, pero si en nuestra frutería y super venden verdura “fea” a mejor precio, no hay que dudarlo ni un minuto.

Haz caldo

MKucova / Getty Images/iStockphoto

¿Hay algo mejor que tener un buen caldo a mano en la cocina? No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa que te salva una cena invernal. Comprarlo hecho no siempre es buena idea porque, no nos engañemos, los buenos están muy buenos pero se cotizan alto. Así que poner un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están como para posar en Instagram.

Tupper y al congelador

Gilles_Paire / Getty

Aunque en casa no seamos muchos, no hace falta cocinar siempre raciones pequeñas. Es verdad que hay cosas que mejoran mucho recién hechas (la pasta) pero un cocido aguanta perfectamente unos días y la congelación. Precisamente por eso, los tuppers y el congelador tienen que ser nuestros grandes aliados: se tarda y cuesta casi lo mismo –en términos de consumo energético– hacer una ración de lentejas que cuatro, pero con la segunda opción tenemos comida casera para unos cuantos días. Si vas a invertir en algo, que sea un buenos tuppers, eso sí.

Siempre producto de temporada

AndreyGorulko / Getty Images/iStockphoto

El sentido común es básico a la hora de hacer la compra y pensar el menú. ¿Quieres cerezas en enero? Pues prepara la cartera, porque la tontería te saldrá cara. Si somos de mercado será fácil saber qué está de temporada porque –sorpresa– será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio. Productos que siempre funcionan: legumbres secas. Sanas, baratas, perfectas para llenarse con un plato único… Nuestros ahorros y nuestro nutricionista estará encantado. Y, por favor, olvídate de esos vasitos con arroz y demás ya cocinado porque por muy patoso que seas en la cocina, sabes hacerlo.

Cortes de carne menos sosos y más baratos

gbh007 / Getty Images/iStockphoto

Aunque hablamos mucho de frutas y verduras, ser carnívoro también es compatible con ahorrar. De nuevo es más cuestión de saber comprar que de saber cocinar y tener claro que no siempre los cortes más nobles y más caros son los más interesantes. De hecho, las pechugas y el solomillo que muchos adoran en realidad pueden ser terriblemente secos y aburridos. ¿Has probado los contramuslos de pollo, por ejemplo? Mucho más barato y sabrosos para, por ejemplo, preparar un arroz.

Y pescado con menos glamour

imv / Getty Images/iStockphoto

Tres cuartos de lo mismo pasa con el pescado. Ahora que pasada la Navidad uno puede volver a acercarse a la pescadería sin ir con un aval bancario entre los dientes. Es momento de pensar en esos pescados menores o de roca que no tienen tanto glamour como el rape o el besugo pero están muy sabrosos. Sardinas, caballa o jurel en temporada son tres grandes ejemplos de pescado rico y económico. Y, por supuesto, las latas de conserva –tanto de pescado como de verduras, pero siempre que sean buenas– pueden ser también grandes aliados para comer rico sin gastar mucho. Una lata de sardinas sigue uno de los productos con mejor relación precio-calidad-ricura del mundo.