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Los mejores restaurantes chinos de Madrid

Sitios

Más o menos auténticos, glamourosos o picantes; nosotros elegimos diez

Mucho ha cambiado la restauración china desde que en 1965 abriese el refinado House of Ming, que la crisis se llevó por delante en 2007 después de haber iniciado a muchos madrileños y visitantes en los placeres culinarios del gigante asiático. A la eclosión de Grandes Murallas y Dragones Rojos de menús ultrabaratos y alejados de la realidad gastronómica del país le tomó el relevo una generación que, por fin, le hace justicia a China.

Desde las propuestas más económicas del barrio de Usera, esa chinatown donde la falta de glamour se suple con autenticidad, a otras más sofisticadas dispersas por Madrid, la especialización por regiones permite saborear un país que aún tiene mucho por explotar en la ciudad.

Royal Cantonés, el chino de los famosos

C/ Olvido, 92

Royal Cantonés

Royal Cantonés

La infanta Elena, la actriz Aitana Sánchez Gijón y su colega y gastrónomo Juan Echanove o la gimnasta Almudena Cid se han sentado en su comedor, según atestiguan las fotos que cuelgan de sus paredes, compartiendo espacio con familias chinas, vecinos de Usera y foodies en peregrinación. Incluso su propietario, Luis para los españoles, ha sentado cátedra en un programa de MasterChef.

Espacio pulcro, servicio que se defiende en español y una larga carta en la que destacan los sabores cantoneses como las patitas de oca estofadas con setas chinas, melón amargo rehogado con pasta de alubias negras o unos magníficos asados que pueden probarse de forma individual o en una bandeja degustación con panceta, costillas, pato, pollo y cerdo.

Lao Tou, donde comen los cocineros chinos

C/ Nicolás Sánchez, 35

Lao Tou

Lao Tou

También en la chinatown madrileña, se dice que es donde van a comer los anónimos cocineros chinos de la Villa y Corte, atraídos por su cocina marinera importada desde la ciudad portuaria de Wenzhou, en el sudeste del país.

Ensalada de cilantro y camarones secos, cabeza de merluza estofada –bien picante si no se indica lo contrario–, buey de mar con jengibre y puerros, coquinas en caldo perfumado, berberechos al wok, y también baos, lenguas de pato y costillas de cerdo fritas.

Yuè Lái, el hot pot por bandera

C/ Hermosilla, 109

Yuè Lái

Yuè Lái

En este local del barrio de Salamanca la fondue china, plato habitual en Sichuan durante las celebraciones del año nuevo chino, es la estrella y en las mesas aguardan los quemadores para mantener caliente un recipiente dividido en dos que aloja un caldo suave (quin tang) y otro picante (qong tang) donde se cocinan al instante verduras, setas, tofu, dumplings, fideos, mariscos y varios tipos de carnes, a elección del comensal.

La salsa de cacahuetes y guindillas en la que se embadurnan las piezas hervidas es adictiva. Otras opciones para degustar el hot pot (huoguo) y otras picantes especialidades de la cocina sichuanesa es Sabor Sichuan (C/ Ventura, Rodríguez, 5) y Ni Hao (C/ de Silva, 20)

Kung Fu, el chino de los chinos

C/ Luna, 12

Kung Fu

Kung Fu

Con un ambiente desenfadado en el que mandan fotografías de Bruce Lee blandiendo utensilios de cocina e ingredientes en lugar de sus nunchacos, comenzó siendo un “chino de chinos” pero está conquistando paladares occidentales con su cocina de la provincia de Guizhou, subida de picante.

Sus propuestas cambian en función de la temporada aunque entre sus estrellas intemporales están el pollo al estilo Ganguo, lubina al estilo Qiang (recomiendan acompañarlos con un cuenco de arroz blanco para calmar el paladar), costilla cocida al estilo Miao, ensalada de noodles o tiras de cerdo yu xiang.

Casa Lafu, la casa del picante

C/ Flor Baja, 1

Casa Lafu

Getty

A unos pasos de la Plaza de España encontramos esta apuesta por la cocina de Sichuan y Shanghái respaldada por el saber de los propietarios de El Bund (ver más abajo). Además de abastecerse en mercados con marcado sabor asiático como el cercano de Mostenses, tienen en su carta productos frescos que llegan desde una huerta china que se cultiva en las cercanías de Madrid.

Cocina casera, con recetas tradicionales y algún toque contemporáneo como el kaofu (tofu de gluten de trigo) con setas, dato de lubina con salsa yuxiang en nido, piel de tofu fresca rellena de langostinos y verduras, rollitos fritos de panceta, tallarines a la sichuanesa y ternera shuizhu con pepinos encurtidos. Además de huoguo, que se cuenta entre los mejores de la ciudad.

El Bund, elegancia y sabor

C/ Calle Arturo Baldasano, 22

El Bund

El Bund

Construido y decorado según las reglas del fengshui, evocando una casa de Shanghái de los años treinta, tanto en su terraza cuando llega el calor como en su comedor y reservados se respira quietud y auténticos aromas que viajan por China: platos sazonados y picantes de Sichuan, de sazón más delicada los de la cocina cantonesa, el magnífico pato laqueado y otros ejemplares de caza de la pequinesa, la heterogeneidad de la shanghainesa y elaborada cocina de Hangzhou, una de las más apreciadas en China.

Tanto la pasta como los dimsum se elaboran a mano en este local, reconocido como Mejor Restaurante Extranjero por la guía Metrópoli en 2013. Por encargo, elaboran un menú especial para su “clientela china”, aunque no piden el pasaporte y conviene animarse. Sopa de nido de golondrina, rollito de pollo con huevo centenario,son algunas de sus propuestas, para cuyo acompañamiento cuentan con una notable carta de vinos, poco habitual en estos restaurantes.

Tse Yang, alta cocina china

Paseo de la Castellana, 22

Tse Yang

Tse Yang

Un restaurante acorde con su ubicación, el lujoso Hotel Villa Maga, y perteneciente al Grupo Café Saigón, que cuenta con locales en Madrid, Marbella y Alicante. Tejidos naturales, tapices artesanos y porcelanas rodean al comensal para degustar ejemplos de cocina cantonesa, sichuanesa y pequinesa, “adaptada al gusto europeo”, advierte su jefe de cocina, Kam Hoi Chiu.

“No fusiono la cocina china tradicional con la española porque pierde sabor, pero uso materia prima nacional para que al cliente le resulte más reconocible”, como en sus dim sum de boletus o las navajas con judías negras. Además de la amplia carta, el veterano restaurante ofrece cuatro menús degustación para recorrer Guandong, Shanghái, Pekín o Sichuán, además de uno gastronómico.

Ouhua, casquería china

C/ Tomás García, 3

Ouhua

Ouhua

Tras una fachada que insinúa rollitos de primavera y arroz tres delicias hay en realidad un restaurante que rebosa tanta autenticidad como falta de encanto. Dirigido a la comunidad china de Vallecas, su cocina de Wenzhou, antaño un importante puerto comercial situado al sur de Shanghái y cuna de muchos de los inmigrantes chinos llegados a Europa, sólo es apta para paladares intrépidos y sin complejos culturales.

Aún así, su éxito les ha animado a traducir su larga carta al español: lenguas de pato, sangre de intestinos con verdura agria, ensalada de patas de pollo, oreja de cerdo cocida. Las empanadillas a la plancha y el arroz frito jie-cai son opciones más pacatas. También para atrevidos, la cazuela de pene de toro o de pene de ciervo de Kai Yuan (C/ Maestro Arbós, 3), en Legazpi, aunque también ofrece buenos dimsum y mariscos al vapor.

Rey de Tallarines

C/ San Bernardino, 2

Rey de Tallarines

Rey de Tallarines

Cerca del metro Plaza de España se encuentra este templo de los noodles, que se elaboran a diario y a la vista del comensal (a las 13:00 y a las 21:00 horas) siguiendo la técnica La Mian, consistente en estirar una masa de harina de trigo con ambas manos e ir dividiéndola progresivamente en tiras cada vez más finas y largas, sin ninguna herramienta. Todo un espectáculo digno de presenciar.

“Los chinos valoramos la tradición y nos esforzamos por mantenerla viva sin importar dónde nos encontremos”, dicen desde este restaurante, que congrega largas colas ante sus puertas. Cuentan con un menú rey, otro Pekín y uno más tailandés, aunque aquí se acude a por los tallarines recién hechos: fritos con gambas, con ternera, con pollo, con mariscos o con pato, todos acompañados de verduras, y una versión vegetariana.

Zhou Yulong, el chino de la Plaza de España

Plaza de España s/n

Zhou Yulong

Zhou Yulong

El chino subterráneo, el chino clandestino, el chino de la Plaza de España... Así se conoce a este local que llena a diario pese a su ubicación –la entrada del parking subterráneo de Plaza de España– su incomodidad y su fealdad.

Aunque tiene tantos defensores (por su comida aceptable a precios asequibles) como detractores (por su servicio y sus olores), forma parte de la historia de la cocina china en Madrid. Sus empanadillas y bollos rellenos y la sopa de tallarines atraen por igual a turistas, “hipsters”, ejecutivos y castizos.

“La especialización por regiones permite saborear un país que aún tiene mucho por explotar en la ciudad”