¿Por qué tu perro te acompaña al baño (y a todos lados)?
Vivir con animales
Ideas para afrontar un problema de conducta canina que puede provocar dependencia y ansiedad al animal
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Si ves que tu perro, ese ser de cuatro patas que convive contigo y amas tanto, se parece más a tu propia sombra que a un cánido: ¡atento a la señal! ¿Te abruma que te siga a la cocina, que se meta contigo en el lavabo, que vayas a la cama y ahí esté, detrás tuyo? Por más paciencia que tengas y no te importe esta persecución constante,o incluso creas que es una muestra de cariño, estamos ante un problema de comportamiento. Algo clama tu perro que no estás entendiendo.
Los cánidos son animales sociales. El vínculo que generan con su responsable es muy fuerte y tienen un gran sentido de grupo. Con su dueño se sienten muy seguros. Bajo estas premisas, podría ser que simplemente te siga porque sienta curiosidad, porque tenga hambre o quiera dar un paseo; pero cuando esta conducta es compulsiva, estamos ante una cuestión de dependencia. “El hecho de no haber podido explorar un entorno hace que no lo controle y no se sienta plenamente cómodo en él. Así que tú te conviertes en su zona de confort”, expone el educador canino Jordi Oller.
También podría tratarse de un problema de falta de autonomía y maduración. “Estos animales que nos siguen tanto no han terminado de madurar lo suficiente, porque no saben tomar sus propias decisiones ni tienen la suficiente autonomía para ocuparse de ellas. Son canes que no están en contacto con sus propias necesidades y nos acompañan en las nuestras. Son gregarios y cooperativos. Necesitan del grupo”, agrega Montse Godia, coach y responsable del proyecto CoopGos.
El veterinario Joan Mariscot propone marcar unas pautas al can de lo que puede y no puede hacer. “Donde puede entrar y donde no. Si lo sobreprotegemos demasiado puede derivar en problemas de comportamiento, que se pueden manifestar, además, de muchas maneras, como ansiedad, agresividad hacia las personas u otros perros”, asegura este especialista de la Clínica 1001. Si a ello le sumamos un carácter fuerte del animal, la situación aún puede agravarse más.
Regañar a tu perro por seguirte es algo, sin embargo, a lo que se oponen la mayoría de los educadores caninos. Sería como regañarle por quererte. Una cosa impensable para muchos. Por eso, la solución a esta persecución canina pasa por otro tipo de abordaje. Antes de continuar, pregúntate:
Las razones
¿Tiene su entorno asegurado?
El perro necesita controlar la situación para encontrarse confortable. Aunque se trate de tu (su) propia casa, si te sigue es porque está inquieto y no se encuentra cómodo en el ambiente donde está.
“El hecho de llevar un tiempo viviendo en un lugar no quiere decir que el animal tenga el entorno asegurado. Una cosa es conocerlo y otra tenerlo controlado”, recalca Oller, que participa en el proyecto Tartaruga Educació Canina. Según este experto, si donde está le aporta tranquilidad y comodidad, el animal podrá tener ratos de descanso sin tener que estar permanentemente en alerta o seguirte a todos lados porque ya se sentirá confiado.
¿Sabe cómo descansar?
El descanso es una de las bases del bienestar animal. Los especialistas recomiendan observar si el perro tiene facilidad o no para ello, ya que algunos canes viven sobrexcitados y por este motivo les cuesta mucho relajarse y dormir.
“Un perro suele dormir muchas horas, ya que cuando no tiene nada que hacer, descansa. Muchos propietarios, sin embargo, creen erróneamente que al can se le tiene que cansar con actividades (juegos cognitivos, olfateo, tirar la pelota...) porque si no, al llegar a casa destruye cosas, cuando el problema, en todo caso, sería otro. Un perro acostumbrado a hacer tantas cosas, te seguirá a todos lados para saber qué es lo siguiente que tiene que hacer”, precisa Oller, especialista de Els Peluts Educació Canina.
¿Le acompañas hacia la tranquilidad?
Si tu y tu perro hacéis juntos actividades que conllevan mucha adrenalina, y después os vais a casa y lo dejas ahí sólo durante más de ocho horas y, además, quieres que se quede tranquilo... probablemente, eso sea mucho pedir. “El can al no conocer la calma y estar en casa sin estímulos que lo mantengan activo, no sabrá gestionar un entorno tan apagado y se le hará una montaña. Le generará estrés porque no dominará la situación”, dice Oller.
Y es que el animal siempre busca el equilibrio del conjunto de la manada y el bienestar de todos. Si los momentos de calma no están contemplados en su rutina, entonces la situación le generará tensión y angustia que probablemente descargará por la boca haciendo algún que otro destrozo. Y cuando tu llegues no parará de seguirte a todos lados. ¡Habrá vuelto su referente de calma!
Autonomía
“Estos animales que nos siguen tanto no han terminado de madurar lo suficiente”
Montse Godia
Coach
En cachorros es más normal
El cachorro que ha sido separado de su madre toma a su compañero humano como referente para poder desarrollarse con seguridad. Aún tiene muy pocas herramientas, porque es un ser dependiente debido a su edad. Así que en esta etapa es más normal que los perros te sigan a todas partes. “Si durante la etapa de cachorros los mantenemos activos constantemente, les estamos enseñando que la vida es intensa y posteriormente les será más difícil encontrar momentos para descansar, algo tan necesario para un perro”, comenta Oller.
Aunque hay razas más propensas a seguir a sus propietarios, acompañar al perro en su propio equilibrio emocional beneficiará a todos los miembros de la manada. Por lo tanto, para evitar que tu can te siga siempre a todos lados los expertos recomiendan:
Deja de observar tanto a tu perro
Acepta su compañía. No observar tanto a tu perro es un buen punto de partida para dejar que el animal se mueva libremente y explore a su ritmo. El perro dejará de notar la presión constante de su dueño que le observa, y se sentirá más cómodo. “No hay que infravalorarlo y sobreprotegerlo. Él sabe gestionar su vida y es capaz de desarrollar herramientas para resolver situaciones. Nosotros también queremos tenerlo todo bajo control y con esta actitud privamos al perro de que pueda conocer la vida por si solo. Le acotamos sus experiencias a nuestra comodidad por no confiar en él”, lamenta Oller.
Revisa su tiempo de descanso
Analiza qué tipo de descanso tiene tu perro, cuáles son sus rutinas y si en ellas está implícito el equilibrio o bien está inmerso en una hiperestimulación cognitiva y física permanente con muchas actividades y paseos al día. Fomentar la relajación es vital.
Y otro consejo: cuando él descanse, no lo estorbes. Dejarlo en paz es un buen acto de amor hacia los cánidos (y otros animales). “Tenemos la manía de tocarles o llamarles cuando duermen y los despertamos. Se trata de una conducta humana que uno hace por su propio placer, pero no tiene en cuenta la interrupción que supone. Imaginemos que esto lo hacemos a una persona”, agrega este educador canino.
Ten en cuenta su comodidad
Preparar un escenario de calma en casa permitirá que el perro se encuentre más relajado, más cómodo y le sea más fácil relajarse. Un escenario que, de hecho, beneficiará a toda la familia. El descanso facilita el aprendizaje del perro, porque es en ese momento que interioriza sus experiencias. Ante un movimiento tuyo en casa, lo ideal sería que el can, estirado en su lecho, levantara la cabeza cuando vea que vayas a la cocina pero valore por si solo si le vale la pena levantarse o seguir descansando. “A un perro maduro y equilibrado le será más fácil elegir si hace falta moverse o no”, insiste Oller.
Vive en el momento presente
Compartir momentos de calidad ayudará a fomentar su seguridad y, a la vez, su tranquilidad. “Estar presente en aquello que hagamos los dos. Es decir, evitar vivir en modo automático, sino en el momento presente, tal y como de hecho viven ellos”, concreta Godia.
Un momento de calidad podría ser que te pusieras a leer un libro, si esta es tu verdadera necesidad, y el bienestar que tu rebosas, inevitablemente, lo estarás compartiendo con tu perro. “Seguramente él se te aproximará y querrá estar en contacto contigo. Este bienestar lo estás compartiendo y también lo estás cuidando a él”, señala esta experta.
“Un perro acostumbrado a hacer muchas cosas, te seguirá para saber qué es lo siguiente a hacer”
Jordi Oller
Educador canino
La actitud natural del perro es la convivencia en grupo. Aunque algunos perros necesitan sentirse más apegados a sus responsables mientras otros se muestran más distantes, el objetivo es disfrutar juntos de la compañía mutua. Pero si no pones freno a la dependencia, cuando se trata de un problema de conducta, y tu perro no aprende a sobrellevar la soledad y la separación, eso podría derivar en otra problemática más importante, como es la ansiedad por separación, que a su vez podría generarle una personalidad insegura, desconfiada, asustadiza y temerosa. O sea, más problemas de conducta.
Para identificar que tu can tiene ansiedad por separación, puedes comprobar si cuando estás fuera de casa se vuelve destructor, ladrador o incluso orina o defeca. También podría ser que te reciba de forma exagerada y se deprima en exceso cuando te marchas. Ante tal situación, hay que acudir a un profesional para que diagnostique correctamente esta conducta y nos de las pautas adecuadas para solucionarlo, ya sea un veterinario especializado en etología (una rama de la veterinaria que estudia el comportamiento animal) o un educador canino (que vela para la educación del animal y mejorar su vida canina).
Un perro con ansiedad por separación puede volverse destructor cuando estás fuera de casa
Pese a estos síntomas, no todos los educadores caninos se ponen de acuerdo. Algunos no creen que verdaderamente se trate de ansiedad por separación. “Ansiedad por separación podría ser un saco que alberga muchas problemáticas distintas, como por ejemplo, aburrimiento, tener una vida muy estimulada y no saber cómo adaptarte a un ambiente tan calmado, miedo al entorno que provoca un estrés que libera mordiendo, entre otras”, indica Oller, quien añade que “ hay que tener siempre en cuenta que cada individuo es único”. Y deja un gran consejo: “Si quieres promover la calma con tu perro, predica con el ejemplo”.
“Te sigue porque tú te conviertes en su zona de confort”
Jordi Oller
Educador canino