Cómo lograr que tu perro deje de tirar de la correa
Bienestar animal
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Pasear a tu perro no tiene por qué ser un suplicio.Todo lo contrario; debe de ser uno de los mejores momentos de la relación entre el cánido y su familia. El mal paseo que tienen muchas personas con su perro es origen de muchas de las consultas que reciben los educadorescaninos. Es más frecuente de lo que podría pensarse, y no únicamente en perros muy jóvenesy en propietarios inexpertos.
Se trata de una problema que tiene una forma prácticay bastante sencilla de superarse. Eso sí, hay una advertencia previa en la que coinciden los especialistas consultados: hace falta paciencia. Que nadie se imagine que siguiendo los consejosy la teoría el perro va a empezar de un día para el otro a pasear a nuestro lado sin dar tirones a la correa.
No hay dos perros iguales, por lo que a un animal puede costarle pocas semanas aprender a pasear sin estirar, siguiendo unas normas muy lógicas, y otro perro puede necesitar varios meses. Paciencia. “Si el perro no aprende las órdenes con la suficiente rapidez, se piensa que es tonto y se inicia una relación tóxica que no puede terminar en nada bueno”, advierte María Pifarré, veterinaria.
Otro consejo previo para quienes tiene un perro que es cachorro y está en casa aún sin poder salir: es un buen momento para poner en práctica algunos de los trucos y empezar su aprendizaje. En la calle, si vivimos en un entorno urbano, todo es más complicado, especialmente al principio, cuando todos los estímulos son novedad y el perro joven se excita mucho en cada salida.
No es una cuestión menor. “Es uno de los momentos de comuniónentre el propietario y el perro. La mayoría de las personas, cuando piensan en tener un perro, se imaginan paseándolo, llevándolo al parque a jugar con otros perros; en definitiva,en compartir momentos con él”, destaca Pifarré.
Tres reglas básicas
1. Si el perro tira, nos paramos
La marcha no se debe reanudar hasta que el animal esté parado a nuestro lado y la correa se queda sin tensión
El primer consejo básico, el punto de partida que hay que aplicar siempre cuando se empieza a salir a pasear con el perro: si el perro tira de la correa nos debemos detener inmediatamente y no seguir avanzando hasta que el perro se pare a nuestro lado y la correa quede sin tensión. Cuando el perro tira,nos paramos. Debe ser casi como un mantra.
“Si tira de la correa y seguimos caminando, el perro ha aprendido que tiene que tirar para llegar al sitio. Tenemos que hacer justo lo contrario. Parar y no seguir hasta que el perro esté relajado. Si le ponemos más tensión y seguimos, el perro aprende justamente lo contrario, que para andar tiene que tirar de la correa”, explica David Cabrerizo, educadorcanino en Natural Gos Sud.
“El perro entiende que avanzar es un premio a sus tirones si cuando hay tensión seguimos adelante. La dinámica debe ser la inversa, si tira, nos paramos y esperamos. Si cuando el perro empuja tú te mueves, en realidad estás enseñándole al perro a empujar, a estirar”, reitera Marcos Javier Ibáñez, experto en comunicación y conductacanina, CEO de Takoda.
Se trata de un consejo igualmente aplicable si, en lugar de un cachorro, se trata de un perro con malos hábitos ya adquiridos que se ha acostumbrado a tirar constantemente cuando se le saca fuera a pasear. En este caso se requiere más paciencia y más tiempo de entrenamiento.
2. Si sigue tirando, cambia la dirección de la marcha
Si el perro sigue tirando mucho, giramos y cambiamos de destinación
Si el perro sigue tirando mucho o es un animal muy grande y cuesta mucho poder detenerlo, podemos cambiar la direcciónde la marcha 180 grados, de forma súbita, cuando tire, para obligar al perro a volverse y acompasarse a nuestro ritmo.
“Si el perro esta muy encabezonado en una dirección, podemos cambiar esa dirección. Requiere una inversión inicial en los primeros días, con un trabajo intenso y repetitivo. Si lo sacas a pasear para soltarlo al parque, y dejarlo correr, el perro está deseando llegar, estira la correa porque quiere llegar al destino”, alerta Ibáñez.
Una opción también es dejar de ir a un determinado lugar en el paseo para que el animal no tenga la ansiedad de querer llegar a ese destino. “Podemos hacer durante unos días un ayuno de parque y cuando el perro no tire, volvemos a llevarle al parque”, añade el educador canino.
3. Usa premios como reclamo
Llevar siempre premios encima cuando salimos a pasear, especialmente al principio de empezar a trabajar el cambio de conducta o la educación de nuestro perro joven. Es un recurso para hacer que el animal nos preste atención cuando todo lo demás falla.
“Si el perro lo hace bien, podemos llamarle la atención y darle un premio, con una caricia. Cuando viene a tu lado por ejemplo a coger una chuche, deja de haber tensión”, explica Ibáñez. Podemos ir dándole premios cuando se va adaptando mejor a nuestro paso, sin tirones. Luego, poco a poco, vamos espaciando más el tiempo entre los premios.
Un aliado
El arnés antitirones
El arnés anti tirones es recomendable para educar al perro a pasear sin empujar. Si el perro tira, se gira automáticamente hacia nosotros. El perro lo coge muy rápido y entiende que estirar es contraproducente.
Hay varios modelos en el mercado. Los hay fijos y que recogen los hombros del animal para hacer el efecto antitirón. Cuidado que si el perro es muy joven no es bueno, porque bloquea parte de su movilidad. En el caso de galgos y podencos, por su estructura corporal, es difícil encontrar un arnés antitirón que se adapte y suele tener que hacerse a medida.
La duda
¿Cuánta correa dejamos?
La longitud de la correa es una duda habitual, especialmente al principio, cuando se sale a pasear. Entre dos y cuatro metros de correa es una indicación general que puede servirnos de referencia. “Da una sensación de falso controlpensar que la correa cuanto más corta mejor porque tenemos al perro más controlado. El perro tiene que tener la sensación de que va contigo, que es libre”, destaca Cabrerizo.
“La correa tiene que estar más o menos blanda, que haga forma de u, que esté laxa, sin tensión. La distancia de paseo, cada persona tiene la suya, no es la misma para todos. En montaña, puede ser de 8 a 10 metros, pero en una situación de más control, en un entorno urbano, de 2 a 2,5 metros siempre con una correa regulable, no flexible. Que puedas jugar tú con esta distancia”, añade el educador canino.
“No es cuestión de llevar la correa corta; el perro tiene que tener la sensación de que va contigo, que es libre”
David Cabrerizo
Educador canino, Natural Gos Sud
La distancia, con el tiempo, en función también del lugar de paseo, se puede aumentar para que el perro pueda oler con más margen de maniobra y tranquilidad. Oler es fundamental para el perro. Los perros necesitan olfatear el entorno. “A veces nos encontramos con propietarios que se quejan de que sus perros son cochinos porque no paran de oler todo. Hemos de explicarles que el olfato para los perros es un órgano casi más importante que la vista. Para los perros oler es una de las formas que tienen de relacionarse y encontrar información sobre el entorno. No evitemos que lo hagan”, subraya Pifarré.
Hay otros consejos de puro sentido común que también ayudan. “Hay que buscar parques o entornos tranquilos, sin muchos estímulos, para los primeros paseos, para que el perro pueda ir acostumbrándose poco a poco. Si vivimos en medio de una ciudad el truco es buscar las horas en que haya menos alboroto en el entorno”, destaca Pifarré.
Otra recomendación es acostumbrara nuestro cachorro al collar, el arnés o a la correa antes de salir a dar los primeros paseos. “No pretendamos que el perro entienda por gracia divina que son estos sus utensilios. En casa, mientras esperamos que esté lo suficientemente inmunizadopara poder sacarlo a la calle, podemos practicar como si fuera un juego. Así, cuando por fin salga a la calle, no tendremos el riesgo de que esos elementos sean rechazados”, añade y ejemplifica la veterinaria.
También se deben pautar las salidas con horarios regulares y no tener al perro durante muchas horas en casa esperando para salir y poder hacer sus necesidades. “Las rutinas ayudan a tener un perro equilibrado, porque así saben cuándo y qué pueden esperar”, explica Pifarré.
Sin castigos
No recurrir en ningún caso al dolor
Algo que los educadores rechazan totalmente para educar al perro en el paseo es el collar de púas, que se sigue comercializando con fundas que lo disimulan. “Aún se trabaja con dolor, se cohíbe al perro”, dice Ibáñez. Y advierte que puede ser contraproducente. “Propiciamos que el perro perciba dolor y esto genera problemas de conducta por el malestar acumulado”, justifica el educador canino.
Los especialistas alertan también sobre algunos vídeosque circulan por Youtube y con algunas webs con consejos y supuestas recetas mágicas para conseguir que el perro pasee sin tirar de la correa y obedeciendo de forma matemática a cada una de nuestras instrucciones, como si fuera un robot en lugar de un animal.
“Hay barbaridades en vídeos virales. Se sigue aconsejando el collar de ahorque, que le da la sensación al perro que lo vas a ahogar. Debería estar prohibido. Se utilizan muchas técnicas impositivas en la misma línea del collar de ahorque”, denuncia Ibáñez.
El collar de púas está prohibido, y el de ahorque debería estarlo, dicen los educadores caninos
Si no se logra un paseo tranquilo y satisfactorio, a pesar de trabajar a diario con paciencia, los especialistas recomiendan que acudamos a un profesional que nos ayude a entrenarlo y nos dé los trucos que motivan mejor al perro. Es una de las mejores inversiones que realizaremos con nuestro animal. Si ha aprendido que tirando llega más rápido dónde quiere, se deberá trabajar para desaprender.
Aprender una buena técnica de paseo, dicen los expertos, no es un proceso excesivamente largo, pero se tiene que ser consistente. El día a día es fundamental. Es lo que hace que se tenga un buen paseo.
“La técnica se aprende rápido, pero tendrás el mismo paseo incómodo que anteayer, no es instantáneo. Si el perro vive quince años,y salimos a pasear con él una hora cada día, son 10.000 horas de paseo, así que invertir 200 o 300 horas en hacer un paseo de formación es una muy buena inversión”, apostilla Cabrerizo.