¿Por qué ha envejecido tan mal Supernanny?

Crianza

TVE ha retirado el ‘remake’ del programa de Cuatro de su parrilla: en sólo una década ha cambiado no solo la percepción sobre la intimidad de los menores, también el estilo de crianza que promovía el espacio

Prácticas muy populares hace diez o quince años como sentar a los niños en el “rincón de pensar”, estimular con productos tipo Baby Einstein o practicar el Método Estivill han caído en desprestigio en poco tiempo

RTVE ha cancelado la vuelta a la parilla de ‘Supernanny’: la percepción de la audiencia sobre el programa ha cambiado mucho en una década

RTVE ha cancelado la vuelta a la parilla de ‘Supernanny’: la percepción de la audiencia sobre el programa ha cambiado mucho en una década

Diseño LVD

El niño ya debe ser adolescente, pero siempre tendrá tres años en YouTube, donde vive congelado en varios vídeos con títulos como ‘hijodeputa se va a hundir el barco’. Es un crío que apareció en el programa ‘Supernanny’ cuando se emitía en Cuatro, entre 2016 y 2014, y que se hizo viral por sus cortes en los que aparecía diciendo decenas de insultos y tacos. 

Hay muchos otros menores que fueron contenido del programa y cuya huella digital sigue muy presente de distintas formas. Varios youtubers usaban habitualmente clips del programa para irlos comentando (“para tener esos hijos preferiría tener gonorrea”) en vídeos fáciles de encontrar cuyos títulos tienden mucho a la mayúscula. Tipo ‘LOS 4 HIJOS SÚPER ODIOSOS Y GRITONES INFERNALES’ o ‘El NIÑO más INSOPORTABLE y la madre más NINI qué verás’.

Los niños aparecían en situaciones que ese deben solucionar en la intimidad, y no exhibir a esos menores como entretenimiento para la audiencia

Natalia DíazDivulgadora y activista

El programa, una de las diez versiones que se emitieron en todo el mundo de ese formato y que emanaron todas de la Supernanny británica, ha estado a punto de volver a Televisión Española. Se anunció en noviembre, como parte de la programación para 2024. Iba a ser un remake poco cambiado del programa de Cuatro, esta vez en la televisión pública y con la misma psicóloga al frente, Rocío Ramos-Paúl. Pero su emisión se ha visto paralizada esta misma semana después de una campaña contra el programa que se inició en redes y a la que se sumó el Ministerio de Infancia, encabezado por Sira Rego, y la propia defensora de la Audiencia de RTVE, María Escario. 

Basándose en los precedentes y en el tráiler que llegó a difundir el ente público, se le veían varios problemas al proyecto: que uno de los padres participantes llevaba un tatuaje con un Sol Negro, un símbolo nazi y, principalmente, que se vulneraba el derecho a la privacidad y al honor de los menores participantes, como señala Natalia Díaz, divulgadora y activista. “Los niños aparecían en situaciones íntimas y vulnerables, con berrinches, rabietas, llorando, chillando…son situaciones que ese deben solucionar en la intimidad, y no exhibir a esos menores como entretenimiento para la audiencia”.

“La etiqueta de niños malos o conflictivos podría acompañarles de por vida y esos vídeos permanecerían para siempre en internet”, denuncia Díaz, que lleva uno de los perfiles en redes sociales (@medianoche) que lideró la campaña por la cancelación del espacio. De momento, TVE ya ha dicho que no se emitirá en 2024 y, aunque deja la puerta abierta a programarlo en 2025, no parece probable que eso suceda.

España no es el único lugar en el que el formato chirría. En Portugal empezó a emitirse en 2018, más de una década después de su estreno en Reino Unido. Se encontró con un alud de quejas por parte de asociaciones de defensa del menor, hasta el punto que el organismo nacional que se encarga de la protección a la infancia pidió su retirada a la cadena privada que lo emitía.

¿Qué ha pasado para que Supernanny haya envejecido tan mal?, ¿Por qué un programa que estaba disponible en la televisión analógica y que no llamaba mucho la atención dentro de otros formatos similares de la cadena, basados en una especie de estilo documental manipulado atento a tensiones sociales y con una mirada manifiestamente clasista (Hermano mayor, Callejeros), parezca de pronto intolerable? 

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Las razones tienen que ver, por un lado, con la manera en que se han multiplicados los contenidos digitales protagonizados por niños, y con eso también la conciencia de los problemas que generan. Hasta el punto que los propios activistas están sorprendidos. “No me esperaba tanta implicación por parte del Ministerio, pero me ha llamado aún más la atención la opinión pública. Me asombra que haya tanta movilización ciudadana para proteger a los niños en televisión, pero tan poca cuando se traga de menores en situaciones idénticas en redes sociales. Supongo que ahora la gente es más consciente de los derechos de la infancia que hace diez años porque venimos de una normalización de la explotación infantil en el audiovisual”.

Los motivos del desprestigio

Crianza tiene ahora apellidos: respetuosa, consciente, con apego

Hay otro aspecto importante que hace que ahora resulte tan incómodo ver todos esos vídeos de niños desquiciados, que en una escena están gritando y agrediendo a sus padres, y en la siguiente están siendo reeducados para no volver a repetir esa conducta. En apenas diez años, un suspiro en términos de cambios sociales que puedan afectar a algo tan arraigado y socialmente construido como la crianza, los hábitos que tienen prestigio en este campo han cambiado de manera fundamental, a medida que se popularizaban términos que invitan a mucha confusión como los de “crianza respetuosa”, “consciente” o “con apego” y se convertían en indeseables las prácticas popularizadas en la primera Supernanny como la de enviar a los niños al rincón de pensar.

supernanny

La reprogramación de Supernanny en RTVE se ha cancelado en el último momento

REDACCIÓN / Terceros

“En 2006, este programa consistía en enseñar a utilizar herramientas de un estilo totalmente autoritario y conductista. Se mostraba a familias que provenían de una crianza basada en el control, los premios, los castigos, la obediencia, la violencia, incluso se pedía ignorar al niño cuando no se comportaba como la familia consideraba que se tenía que comportar”, denuncia Mariana Capurro, psicóloga especialista en infancia que aboga por lo que llama “disciplina positiva”. “Inicialmente cuando supe que volvía el programa pensé que hacía mucha falta enseñar a las familias nuevas herramientas, pero nunca imaginé que pretendían mantener el mismo formato, con ideas que se consideran obsoletas y no alineadas con los conocimientos actuales sobre el desarrollo infantil”.

En 2006, este programa consistía en enseñar a utilizar herramientas de un estilo totalmente autoritario y conductista. Son ideas están obsoletas

Mariana CapurroPsicóloga especialista en infancia

Elisenda Pascual también reconoce este ‘décalage’. Esta experta en acompañamiento familiar que aparece interpretando una versión de sí misma en la serie Això no és Suècia, en la que hace de terapeuta que trata de calmar las ansiedades de los angustiados padres y madres de Vallvidrera, firmó un manifiesto para pedir la retirada de Supernanny porque no comparte el estilo del formato, ni en la exposición de los menores, ni en el tipo de crianza que promueve. “Su acompañamiento es de etilo cognitivo/conductual y yo trabajo más de manera integral y sistémica. En el 95% de los casos que llegan a mi consulta no llego ni a ver a los niños, sólo hablo con las familias, y lo que acaba saliendo son problemas de pareja y de la propia infancia de los adultos. A Rocío Ramos-Paul, la psicóloga del programa no la conozco y si nos encontrásemos seguro que estaríamos de acuerdo en algunas cosas y en otras no, porque la metodología conductual es como poner una tirita. Cuando hay un problema, lo que hay que hacer es mirar el sistema familiar”.

El famoso rincón de pensar, por ejemplo, que consiste en un castigo leve, sentar a un niño en un lugar separado para que reflexione sobre sus acciones “es como decirle a un niño que se coma un bocadillo si tiene sed”, según la mediadora familiar. “No ayuda, solo sirve para los adultos, porque estamos desbordados y no tenemos regulación emocional. Hay métodos que no pueden seguir aplicándose porque se ha demostrado que no funcionan. En diez años la neurociencia y la psicología evolutiva han cambiado mucho y se ha aprendido mucho de lo que se puede aplicar a la infancia”. 

Ni el rincón de pensar ni ignorar la rabieta funcionan. Lo que es útil para el adulto no tiene sentido si tenemos en cuenta el cerebro del niño

Laura EstremeraPsicóloga y educadora

Hace diez o 15 años, sin embargo, el rincón de pensar se consideraba una manera respetuosa de intervenir en una rabieta, de la misma manera que a principios de este siglo corrían de mano en mano los ejemplares de los libros del doctor Estivill para enseñar a dormir por métodos conductuales (consistentes en dejar llorar al bebé e su cuna en intervalos cada vez más largos sin cogerlo en brazos) y ahora en según qué ambientes se consideran análogos a la tortura.

“Ni el rincón de pensar ni el clásico ignorar la rabieta van a funcionar. Las cosas que pueden ser útiles para el adulto no tienen sentido si tenemos en cuenta el cerebro del niño”, abunda Laura Estremera, autora de libros como Crianza con apego seguro (Ariel) o Déjalos ser niños (Booket). “Si hacemos eso, el niño vive una situación de estrés, no tiene una corteza prefrontal que le permita regular esos impulsos, necesita un adulto que le acompañe”. La pedagoga y psicomotricista, que cita como inspiración libros influyentes con enfoques basados en la neuroeducación, como El cerebro del niño de Daniel Siegel, o Cerebros moldeados por otro cerebros, de Rafa Benito, ha vivido en su propia carrera esos cambios acelerados. 

“En 2018 escribí un libro llamado Ser niños acompañados y tuve que autopublicarlo porque no hubo interés por parte de ninguna editorial, pero en 2022 el mismo libro prácticamente con otro título sí encontró mucho interés. En cuatro años ya se habían movido cosas. Y no es solo una cuestión de moda, es que hay más información. Hay estudios que avalan que algunas prácticas muy comunes hasta hace poco, como sentar a los bebés o usar un tacataca para aprender a andar no sirven de nada. Lo mismo con los aprendizajes académicos antes de los tres años, enseñarles para que sean pequeños genios”. La lógica que hizo que los libros y DVDs del tipo Baby Einstein fueran superventas en la primera década de los dosmiles explica por qué ahora no lo son: el péndulo se ha movido.

Llevo 20 años e la consulta. Antes venía cuadros graves, tipo autismo, y ahora las consultas se han triplicado. No damos abasto

María VelascoPsiquiatra y psicoterapeuta infantil

Quizá Supernanny ya no conecta con su target, o con todo su target, pero eso no implica que no haya interés por los temas de crianza, al contrario. “Estamos desbordados”, admite María Velasco, psiquiatra y psicoterapeuta infantil autora de libros como Criar con salud mental (Paidós). “Llevo 20 años e la consulta. Antes venía cuadros graves, tipo autismo, y ahora las consultas se han triplicado. No damos abasto. Vienen niños con más síntomas y padres y madres que no tienen ni idea de que hacer. Antes venían con criterio educativos, ahora muy perdidos. Las familias se autoexigen, quieren tener un máster, porque la cultura es narcisista, pero escuchamos a mucha gente sin filtrar. Se han multiplicado los expertos dudosos, que hablan solo desde su experiencia, y los padres y madres está desconectados de sus propios criterios”, denuncia. Velasco detecta que muchos padres jóvenes ven “punitivo y castigador” todo modelo previo y hay cierta necesidad de buscar nuevos referentes.

Mariana Capurro también detecta esa preocupación generacional, que acota entre gente que está ahora criando masivamente, nacida entre los ochenta y los noventa, aunque prefiere verla como un “hermoso desafío”. Ella, como Elisenda Pascual, también acostumbra a tratar a los padres mucho más que a los propios niños. Pascual, por su parte, apunta que “no todas las familias parten del mismo privilegio” y que a menudo se llega a este cuestionamiento de los modelos anteriores cuando ya está todo resuelto. “Se parte desde un confort, quizá nuestros padres no podían cuestionarse la manera de educar a los hijos”. Y pide que “la crianza respetuosa no acabe siendo otra barra de medir, o una forma de dividir a quién lo hace bien de quien lo hace mal. Estamos juzgando muy gratuitamente”.

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