Valentí Fuster, 81 años: “Me levanto cada día a las cuatro y media de la madrugada para trabajar, lo importante es dormir profundamente”

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Fuster es uno de los cardiólogos más reputados a nivel mundial, Director General del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai de Nueva York, recientemente rebautizado en su honor como Mount Sinai Fuster Heart Hospital

“El médico está perdiendo la empatía con el paciente, está demasiado ocupado con datos y tecnología”, ha asegurado en una entrevista a RAC1

Valentí Fuster, en RAC1

Valentí Fuster, en RAC1

RAC1

Valentí Fuster es uno de los cardiólogos más reputados a nivel mundial, el científico e investigador español más citado de todos los tiempos. Aunque de niño soñaba con ser tenista, la vida le llevó hacia la medicina. Director General del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai de Nueva York (recientemente rebautizado en su honor como Mount Sinai Fuster Heart Hospital) y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en España, es licenciado y Doctorado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Barcelona. El doctor ha sido Presidente de la Asociación Americana del Corazón y de la Federación Mundial del Corazón y sus investigaciones sobre el origen del infarto de miocardio le valieron el Premio Príncipe de Asturias de Investigación en 1996.

Ahora Fuster publica Siempre adelante (Cúpula en castellano, Sempre endavant, Columna, en catalán). En estas memorias desvela sus aprendizajes vitales, cómo comenzó su investigación sobre el infarto, narra sus éxitos, sus tropiezos y sus derrotas y cuenta sus experiencias más personales. “Siempre adelante es una actitud de positividad. Uno no puede detenerse, sino que debe avanzar, especialmente si cree que puede hacer algo por la sociedad en la que vive. Muchas veces, cuando uno falla, fácilmente dice: “Bueno, dejo esto y hago otra cosa”. Yo no creo en eso. Si crees que puedes hacer algo por la sociedad donde vives, debes hacerlo”, ha explicado Fuster en una entrevista en El món a RAC1.

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A sus 81 años, Fuster sigue trabajando y con una vida muy activa, durmiendo pocas horas, pero con un sueño de calidad, la receta, según él, para un buen descanso. “Me levanto cada día a las cuatro y media de la madrugada para ir al hospital. Me acuesto a las 11. La calidad del sueño es mucho más importante que la cantidad. Hicimos un estudio con 4.000 personas y vimos que el sueño intermitente es mucho más problemático que el número de horas que uno duerme. Lo fundamental es dormir profundamente. Yo duermo entre 4 y 5 horas, pero muy profundo”, ha reflexionado el doctor, entrevistado por Jordi Basté. 

“Una vez a la semana desde hace 15 años, hace el trayecto Nueva York-Madrid en un día. ¿Con 81 años no piensa en jubilarse?”, preguntaba el entrevistador. “No hable de jubilación. Creo que mientras uno esté motivado y el centro en Madrid funcione, con 400 jóvenes investigadores, vale la pena hacer este esfuerzo. Pero esto es una motivación. La jubilación es otro tema. Mientras el cerebro funcione, yo tengo dos personas que me siguen de cerca para decirme el día que mi cerebro ya no funcione, entonces sí que lo dejaré. Pero no creo en parar completamente si tienes salud física y mental. Creo que es un error”.

No hable de jubilación, no creo en parar completamente si tienes salud física y mental. Creo que es un error

Valentí FusterCardiólogo

En este libro Fuster explica que la mejor inversión en la vida es descubrir para qué servimos. “He dedicado mucho tiempo a los jóvenes y hay un punto importante: por un lado, está la ambición, y por otro, el talento. Muchas veces están disociados. Creo que el talento es la mejor inversión que uno puede hacer. Por ejemplo, yo quería dedicarme al tenis y un día me di cuenta de que no tenía el talento para el tenis. Fue un tutor, el doctor Ferreres Valentí, quien me dijo: “Tú serás un gran médico”. No sé por qué lo dijo, pero él me seguía. Pensé: “Si este hombre lo dice, seré médico””, ha reflexionado Fuster en los micrófonos de RAC1.

Fuster es hijo y nieto de doctores y esto ha tenido un papel en su vida, pero no determinante para su elección profesional. “Tuve influencia, sobre todo, de mi abuelo, el padre de mi madre. Él fue rector de la Universidad de Barcelona durante muchos años y fundó la escuela libre en Barcelona, donde se podía estudiar sin pagar. Esa experiencia, que trajo de Francia, tuvo mucha influencia en mí desde el punto de vista social. Escribí su biografía. Así que sí, mi familia, en cierto modo, influyó en mí, pero no en la elección de Medicina, creo yo”.

Creo que el talento es la mejor inversión que uno puede hacer

Valentí Fuster
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Para el cardiólogo, uno de los mejores consejos para elaborar la propia trayectoria es buscar a los mejores.  “Se trata de rodearte de las mejores personas. Es muy sencillo. Algo que he aprendido en la vida es que pocas personas, pero bien seleccionadas, son la clave, más que muchas personas no necesariamente bien escogidas. Yo empecé poco a poco con gente muy fiel, con mucho talento y con los mismos objetivos en investigación clínica. Y así fue como creció el proyecto. En este momento, francamente, me siento muy orgulloso", comentaba el cardiólogo a RAC1.

Sobre la diferencia entre la investigación que se hace en Estados Unidos, en Nueva York, y la que se realiza en España, Fuster ha asegurado que “allí hay más oportunidades. Existe una cultura de investigación. Es importante entender la historia de Estados Unidos, porque eso es fundamental; es un país de inmigrantes, que empezó con personas individualizadas que entendieron que debían avanzar. Esa es la gran creatividad del país, que viene de su historia. Tenías que innovar y hacer cosas nuevas. Y esa libertad, esa individualidad, fomentó la creatividad”.

Se trata de rodearte de las mejores personas. Es muy sencillo. Algo que he aprendido en la vida es que pocas personas, pero bien seleccionadas, son la clave, más que muchas personas no necesariamente bien escogidas

Valentí Fuster
El presidente del Mount Sinai Fuster Heart Hospital en Nueva York, Valentí Fuster, en la mesa redonda sobre 'Retos de la Medicina del Futuro' en la 39 edición del Cercle d'Economia en el Palau de Congressos de Barcelona

El presidente del Mount Sinai Fuster Heart Hospital en Nueva York, Valentí Fuster, en la  39 edición del Cercle d'Economia en el Palau de Congressos de Barcelona. 

CERCLE D'ECONOMIA / Europa Press

La atención personalizada se pierde en ocasiones en la consulta médica, una cuestión que trata Fuster en su libro. “Cuando hablamos de salud, una parte es el cuerpo, otra es el espíritu de la persona, absolutamente esencial, y la otra es la relación social de la persona. Si uno entra en estas tecnologías, como la inteligencia artificial, que yo apoyo, y que en el futuro serán fundamentales en medicina, pero no podemos convertirnos en robots. El médico está perdiendo la empatía con el paciente, está demasiado ocupado con datos y tecnología, pero no se toma el tiempo para hablar. Si usted me viene con una palpitación, lo más fácil sería hacer un electrofisiograma. Pero a mí lo que me interesa es por qué tiene esa palpitación. Y encontramos que el 50% de lo que manifiesta una persona tiene una causa psicológica”.

En su libro Fuster cree que el futuro pasa más por la prevención que por la cura. “Un ejemplo. Sabemos que la enfermedad arterial, que es la principal causa de mortalidad, comienza a los 30 años. Es una enfermedad subclínica, no presenta síntomas, pero está ahí. Hemos desarrollado tecnologías muy económicas para detectar estas enfermedades en etapas tempranas, especialmente en países con recursos limitados. El futuro de la medicina está en identificar los problemas mucho antes de que se manifiesten. Por ejemplo, podemos analizar las arterias de una persona de 30 o 40 años y determinar si hay signos de enfermedad. Esto permite tomar medidas preventivas y evitar problemas mayores en el futuro”.

El médico está perdiendo la empatía con el paciente, está demasiado ocupado con datos y tecnología, pero no se toma el tiempo para hablar

Valentí Fuster

Sobre esas medidas preventivas, Fuster apuesta por “cambios en la dieta, dejar de fumar, controlar el peso... Pero también algo fundamental: la educación en salud desde la infancia. Si logramos inculcar hábitos saludables en los niños antes de los 10 años, no tendremos que depender tanto de la tecnología para detectar problemas más adelante”. Todo esto cuando la obesidad es el principal factor de riesgo cardiovascular”.

Además, según el cardiólogo, “no estamos prestando suficiente atención a los problemas cognitivos en las personas mayores. Estos problemas suelen manifestarse más tarde, pero tienen las mismas raíces que las enfermedades cardiovasculares que aparecen a los 30 o 40 años. Entender la salud desde una etapa temprana nos permitirá tener un impacto mucho mayor en la calidad de vida de las personas”.

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