Loading...

Los secretos de la tierra batida

Roland Garros 2018

Jugar sobre esta superficie requiere que los tenistas sepan deslizarse sobre ella y dominar el ‘topspin’

El tenis sobre tierra batida es típico de los países con climas cálidos. Esta superficie produce un juego más lento y estratégico, muy exigente físicamente.

Dean Mouhtaropoulos / Getty

El Torneo de Roland Garros es el único Grand Slam que se disputa sobre tierra batida y esa es una de las características que define el juego de los participantes.

La arcilla o tierra batida es característica de los países del sur de Europa y América Latina, donde el clima es más cálido y menos lluvioso.

Estas condiciones meteorológicas favorecen una superficie seca, a diferencia de lugares como el Reino Unido, por ejemplo, donde la humedad y las lluvias permiten mantener el césped de las pistas de Wimbledon con más facilidad.

Las pistas de Roland Garros se preparan con una mezcla de cinco capas de materiales. La más superficial es la capa de arcilla o polvo de ladrillo, la que da el tono rojizo característico de Roland Garros.

Esta capa solo tiene 2 milímetros de grosor, pero se utiliza una tonelada de polvo de ladrillo para cubrir cada pista del torneo. En el caso de la Phillippe Chatrier, la pista principal, se utilizan 1’5 toneladas.

Debajo hay una capa de piedra caliza pulverizada que se compacta para evitar filtraciones. Las tres capas siguientes son de piedra volcánica, gravilla y piedras para drenar.

Puestas una encima de la otra, las cinco capas suman un grosor de 80 centímetros.

La tierra batida tal vez no necesite tantos cuidados como la hierba, pero sí que requiere un mantenimiento activo: hay que barrer para mantener la superficie igualada y las líneas visibles y regar a primera hora de la mañana y por la noche para conservar sus propiedades.

Bailar’ sobre la arcilla

Cada superficie tiene sus cualidades y favorece un tipo de juego diferente. La hierba facilita el juego rápido, igual que la pista dura, mientras que la tierra batida es una superficie muy exigente a nivel físico y estratégico.

Para dominar la tierra es básico saber deslizarse: el polvo de ladrillo permite que los deportistas corran de un lado al otro de la pista para frenar el esprint deslizándose sobre la tierra roja.

Hay que calcular muy bien cuándo es el mejor momento para empezar a frenar y cuántos segundos se tarda en conseguirlo, para saber si llegaremos a la pelota o no.

Por eso, además de velocidad, el tenis sobre tierra batida exige una gran resistencia física y tener mucho control sobre el propio cuerpo para saber hasta dónde podemos llegar.

Al mismo tiempo, esta superficie es más cómoda para los jugadores, ya que el polvo de ladrillo actúa como un amortiguador y reduce el riesgo de lesiones.

El efecto mágico de la tierra batida

Además de amortiguar el movimiento de los tenistas sobre la pista, la tierra batida también frena la velocidad de las bolas.

Eso significa que el juego es más lento: los jugadores tienen más tiempo para reaccionar ante el golpe de su oponente y, como consecuencia, los puntos suelen ser más largos.

En el tenis sobre tierra batida, el juego es menos directo y la estrategia entra en escena. Una bola colocada en un lugar concreto de la pista puede hacer que nuestro contrincante se desplace hasta ahí y permitirnos ganar el punto dos golpes después.

También son muy importantes los golpes con efecto, como una bola dejada (cuando la bola se deja caer lo más cerca posible al otro lado de la red) o un ‘slice’ (un golpe cortado que baja la pelota y hace que se dispare hacia delante sin mucha altura).

Y, por supuesto, el liftado o ‘top spin’ característico de Rafa Nadal: un golpe con efecto que hace que la bola toque el suelo mientras gira sobre sí misma, provocando un rebote casi imprevisible. Es la magia de la tierra batida.

Infórmate de todo en Junior Report | Castellano Català English