Brady Oestrike, el ‘asesino de Craigslist’ y su mazmorra de tortura sexual

Las caras del mal

El electricista captó a sus víctimas en una página de anuncios clasificados

Brady Oestrike, el ‘asesino de Craigslist’ y su mazmorra de tortura sexual

Brady Oestrike, el ‘asesino de Craigslist’ y su mazmorra de tortura sexual

LVD

Brooke, embarazada de ocho meses, publicó un anuncio en una página de clasificados: ella y su novio Charles necesitaban urgentemente dinero en efectivo. Aquello captó la atención de Brady Oestrike, que aceptó ayudarlos, pero con una condición: debían participar en un inusual juego de rol sexual. Brooke sería secuestrada y retenida para mantener relaciones sadomasoquistas con él. Cumplido el plazo, sería liberada.

Sin embargo, la noche que la pareja quedó con Brady este tenía otros planes. El asesino pegó un tiro en la cabeza a Charles y arrastró a la embarazada hasta su mazmorra particular. Los siguientes cinco días, Brooke sufrió toda clase de torturas sexuales mientras el sádico lo grababa todo en vídeo. Cuando la policía consiguió localizarla, ella y su bebé nonato ya habían sido asesinados. Las autoridades todavía recuerdan el caso como la “pura maldad de principio a fin”.

El fin del mundo

Nacido en 1982 en el seno de una familia numerosa y acomodada de Wyoming, Brady Oestrike era un niño educado, generoso y amable, que disfrutó de una infancia aparentemente normal. Combinó su formación en reconocidos colegios privados de la ciudad con la instrucción en casa a manos de su madre Kristine. La mujer ejercía una fuerte protección sobre el pequeño, al que inculcó su fervor por lo religioso y un interés exacerbado por la época medieval. Además, Brady fue un miembro activo de su iglesia local, llegando incluso a viajar en misiones a Ucrania y Haití una vez cumplida la mayoría de edad.

Antes de los veinte, el muchacho consiguió formarse como supervisor en una compañía eléctrica y trabajar como liniero eléctrico. Es decir, instalaba líneas eléctricas al aire libre, lo que le reportaba un buen sueldo mensual.

Brady Oestrike, el 'asesino de Craiglist'

Brady Oestrike, el 'asesino de Craiglist'

FB

Así fue cómo compró su primera casa e inició una relación sentimental con una mujer canadiense, a la que enviaba dinero con asiduidad para que lo visitara. Tras siete años de noviazgo, Brady, enamorado y esperanzado con la relación, le pidió matrimonio con un anillo de diamantes y zafiros valorado en 30.000 dólares, pero la novia literalmente se esfumó un mes antes de la boda.

Por otra parte, y según recuerdan excompañeros de piso como Nicholas Failing o Timothy Schutte, el asesino estaba obsesionado con las armas: solía esconder cuchillos y dejar cargadas varias pistolas. “Era muy fuerte y no era alguien a quien quisieras hacer enojar”, relató Failing en una entrevista donde también señaló que el comportamiento de su compañero se fue volviendo cada vez más extraño.

Brady Oestrike con algunas de sus armas

Brady Oestrike con algunas de sus armas

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Una versión radicalmente distinta a la de Andrew Weener, un amigo íntimo del criminal: Brady era “amigable y cercano, y no tenía una personalidad de tipo duro. Se preocupaba por la gente, era sólido en sus creencias” y nunca supo que lastimara a nadie o se metiera en peleas. Versiones opuestas, pero no incompatibles.

De hecho, la realidad era que Brady empezó a obsesionarse con el Apocalipsis, a creer en conspiraciones políticas y del fin del mundo, a abandonar su aseo personal y del hogar… Llegó a orinar en botellas de agua con tal de no levantarse de la mesa del ordenador y a utilizar su alias Joat Amos (Jack Of All Trades, A Master Of SomeJack de todos los oficios, Maestro de algunos) para conectar con otros usuarios en Craiglist, una página de anuncios de clasificados. Aquí fue donde conoció a sus víctimas, Charles y Brooke, en julio de 2014.

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La mazmorra

Dos meses antes de conocer a la pareja, Brady fantaseaba con la idea de matar. Y, en la práctica, decidió planificarlos concienzudamente para no dejar ningún cabo suelto. Su primer paso: acondicionar el sótano de su casa y transformarla en una mazmorra de tortura sexual. Para ello hizo acopio de todo un arsenal de armas (espadas, machetes, pistolas, algunas de ellas eléctricas, y ametralladoras), objetos fetichistas como esposas, cuerdas, cadenas y látigos, además de distintos tipos de lencería y juguetes sexuales.

Asimismo, compró una jaula de perro, colocó cuencos de agua y armó una estructura de cadenas y sogas en el techo para poder colgar y someter a sus víctimas. Las imágenes de los preparativos quedaron registradas en las cuatro cámaras de vigilancia que él mismo instaló en dicho habitáculo.

Imagen de Brady Oestrike en su mazmorra (5-julio-2014)

Imagen de Brady Oestrike en su mazmorra (5-julio-2014)

YouTube

En uno de los primeros vídeos, con fecha del 5 de mayo de 2014, se puede ver a Brady limpiando la estancia, llevando unas cuerdas y portando dos pistolas mientras mira a cámara. En otra de las cintas, el electricista prueba las sogas y las cadenas que cuelgan del techo y camina también con un látigo y un arma en la mano.

Estas últimas imágenes corresponden a las horas previas del encuentro con Charles y Brooke. Es decir, que Brady tenía la sala lista para cometer toda clase de torturas a las once de la noche de aquel 12 de julio.

Sistema de cuerdas y poleas fijadas por Brady Oestrike

Sistema de cuerdas y poleas fijadas por Brady Oestrike

Police Department

Cuando Brooke Slocum, de 18 años, y Charles Oppenneer, de 25, publicaron aquella desesperada petición de ayuda a través de Craiglist, no podían imaginar que respondería su peor pesadilla. En verdad, a ninguno le extrañó la maquiavélica propuesta del tal Joat Amos: participar en una especie de juego de rol sexual donde Brooke haría de víctima secuestrada con la que practicar sexo sado, mientras su novio, también presente, se quedaba al margen. El precio por el plan: 120 dólares.

Una vez cerrado el acuerdo, fijaron el encuentro para la medianoche del 13 de julio en el parque Gezon Park. Nada se haría en público, sino que los tres se subirían al automóvil de Brady y utilizarían los asientos traseros.

Brooke y Charles, las víctimas de Brady Oestrike

Brooke y Charles, las víctimas de Brady Oestrike

LVD

Para cuando la pareja apareció en el parque a la hora acordada, Brady esperaba con una pistola en la mano para perpetrar el primer crimen. En cuanto vio a Charles, el electricista le disparó en la cabeza sin mediar palabra y, aprovechando la confusión del momento, esposó a Brooke. Acto seguido, decapitó al joven, dejando su cadáver escondido entre los arbustos, y se llevó su cabeza y a la embarazada hasta el coche. Condujo media hora al norte de la ciudad, arrojó la cabeza a una zona boscosa (el cráneo apareció cinco años más tarde) y se dirigió rumbo a su domicilio para comenzar su ritual de esclavitud.

Una vez en el sótano, Brady colocó a Brooke una cadena alrededor del cuello, que previamente había sido atornillada al suelo del baño, y la obligó a entrar en una jaula para perros. Luego, le sujetó los brazos a un sistema de poleas suspendido del techo, que él podía manipular a voluntad, y comenzó a controlarla como una marioneta. Además, el asesino abusó sádicamente de la joven golpeándola hasta la saciedad. Cada uno de los suplicios sufridos por Brooke fueron grabados por las cámaras de Brady y recuperados por las autoridades.

A la caza

La mañana del asesinato de Charles, un transeúnte se topó por casualidad con la cartera del joven. Así que avisó a la policía y esta se puso en contacto con sus padres, que estaban preocupados porque no había dormido en casa. Dos días después, una patrulla localizó un automóvil mal aparcado próximo al parque. Era el coche de Charles. La denuncia por desaparición, sumada a este último hallazgo, llevaron a las autoridades a buscar al joven en Gezon Park.

El 15 de julio, “un leve olor a descomposición” guió a los agentes hasta el cuerpo decapitado de un hombre. Era la víctima desaparecida. Entonces, iniciaron una investigación para esclarecer los hechos: registraron los dispositivos móviles e informáticos de Charles y averiguaron que se había mensajeado en Craiglist con un usuario llamado Joat Amos para un encuentro sexual a tres. Dos días después, relacionaron el nick con su verdadera identidad, Brady Oestrike.

Brady Oetrike y sus armas

Brady Oetrike y sus armas

FB

Los investigadores montaron un dispositivo de vigilancia en torno a la casa del asesino a la espera de la orden de registro, pero ya era demasiado tarde. Brady acababa de estrangular a la joven embarazada y la había metido en el maletero de su coche: se había enterado por las noticias del hallazgo de un cadáver sin cabeza en el parque. Era cuestión de horas que fuesen a por él.

Por eso, aquella mañana del 17 de julio hacia las 9:15 horas, Brady salió a toda velocidad del garaje de su casa mientras varias patrullas de policía y un equipo de los SWAT lo perseguían de cerca. La espectacular persecución por las calles de Wyoming terminó cuando el electricista chocó contra un paso elevado y, segundos después, se suicidó de un tiro en el pecho. El cuerpo de Brooke fue encontrado en el maletero. Ni ella ni su hijo nonato sobrevivieron.

Algunas de las armas encontradas por la policía durante el registro del sótano de Brady Oestrike

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Durante el registro de la propiedad de Brady, los investigadores se toparon con una turbadora evidencia: los vídeos de las cámaras con todas las torturas y vejaciones cometidas por el asesino. Las imágenes son tan crudas que el jefe de la policía de Wyoming, James Carmody, calificó el caso como “perturbador” y “uno de los más brutales” que había visto en su vida. “Creo que [lo que hizo el asesino] fue pura maldad de principio a fin”, agregó durante una entrevista.

Por otro lado, la policía recuperó al menos 400 de artículos en la escena del crimen, incluidas armas de fuego, municiones y cuchillos. También encontraron docenas de cadenas, cuerdas, látigos, picanas eléctricas, juguetes sexuales, una máscara medieval, jeringas y guantes quirúrgicos. Por no mencionar una especie de “contrato de esclava sexual” escrito a mano, que incluía cláusulas como “Debo obedecer a mi amo” y “El placer debo ganármelo”.

Momento en que Brady Oestrike se estrella

Momento en que Brady Oestrike se estrella

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Uno de los objetos más inquietantes que también incautaron fue un mapa de los Estados Unidos: estaba colgado en la pared y cubierto con chinchetas de costa a costa. Los agentes creyeron que se trataba de un asesino en serie porque había señalado las ubicaciones de otros crímenes. Afortunadamente, aquel temor se diluyó cuando interrogaron a una exnovia de Brady. La joven explicó que los alfileres representaban lugares donde había almacenado comida y armas en caso de la llegada del fin del mundo.

Asimismo, esta chica también confirmó la predilección de Brady por el sadomasoquismo. Ella misma lo sufrió cuando la amenazaba con encerrarla durante diez horas en una jaula para perros si lo desobedecía. Su mente retorcida no conocía límites.

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