Robert Berdella, ‘el carnicero de Kansas’, y su habitación de las torturas

Las caras del mal

El asesino ‘coleccionaba’ hombres en su casa para violarlos y asesinarlos

Robert Berdella, ‘el carnicero de Kansas’, y su habitación de las torturas

Robert Berdella, ‘el carnicero de Kansas’, y su habitación de las torturas

LVD

Un joven completamente desnudo y con un collar de perro al cuello huyó por la ventana para pedir ayuda: había sido secuestrado y torturado por un asesino en serie. Varios vecinos auxiliaron a Bryson que, con una pierna rota tras el salto, contó a la policía las vejaciones sufridas a manos de un desconocido durante tres días. Cuando los agentes llegaron al inmueble de Robert Berdella se encontraron con una habitación repleta de objetos para sodomizar y fustigar a sus víctimas, además de cientos de fotografías de muchachos en estado de sufrimiento.

Gracias a este superviviente, la justicia pudo encerrar al denominado ‘carnicero de Kansas’, un anticuario obsesionado con la película ‘El Coleccionista’ al que le gustaba ‘coleccionar’ a sus llamados “juguetes” para infligir toda clase de suplicios. Mató a seis de ellos.

‘El Coleccionista’

Nacido el 31 de enero de 1949 en Cuyahoga Falls (Ohio), Robert Berdella se crio bajo los preceptos católicos, acudía regularmente a misa y aquellos valores religiosos hicieron que escondiese su homosexualidad hasta bien entrada la juventud. En su infancia, Robert fue un niño solitario, llevaba gafas desde los cinco años a causa de su temprana miopía, tenía dificultades en el habla y la presión arterial alta, lo que le obligaba a tomar una medicación diaria. En la escuela, destacó por sus buenas notas y por su afición a la cocina y al arte.

La pubertad fue un punto de inflexión mayor en este joven: descubrió que le gustaban otros chicos y, saberse homosexual y distinto al resto de sus compañeros, le hizo encerrarse en sí mismo y dejar la iglesia. Incluso se echó novia para evitar las habladurías.

Robert Berdella, de joven

Robert Berdella, de joven

Archivo

Sumado al descubrimiento de su sexualidad, a Robert también le marcó la película ‘El Coleccionista’, dirigida por William Wyler en 1965, y que tomó como guía para perpetrar sus terribles crímenes de los años ochenta. En la trama cinematográfica, un joven coleccionista de mariposas secuestra a una estudiante de arte, a la que sigue a diario, y la encierra en un sótano completamente acondicionado de una casa aislada en el campo. La víctima trata de escapar, e incluso, trata de seducir a su verdugo. El final… completamente aterrador.

A los dieciocho años, Robert decidió estudiar artes en el Kansas City Art Institut, pero en vez de acudir a clase empezó a experimentar con las drogas y el alcohol y a vender estupefacientes. Fue arrestado por posesión y venta, aunque nunca lo sentenciaron. Trabajó como cocinero en un restaurante y, después de abandonar los estudios en 1969, se compró la famosa casa de los horrores de Charlotte Street, donde cometería los asesinatos.

La casa donde Robert Berdella cometió sus crímenes

La casa donde Robert Berdella cometió sus crímenes

Getty

A lo largo de la siguiente década, Robert se convirtió en un buen chef, se involucró en su comunidad formando parte de la patrulla vecinal, y salió del armario. Sin embargo, todo cambió cuando en 1981 decidió dar un vuelco a su vida, colgar el delantal y abrir un negocio de antigüedades y objetos raros, el llamado Bob’s Bizarre Bazaar, ubicado en el mercado de Westport Flea, en Kansas City. De la noche a la mañana, Robert vendía falsos cráneos, pendientes con dientes humanos, lámparas de lava, incienso y multitud de parafernalia esotérica. Pese a este repentino giro en su vida, nadie sospechó de aquel extraño comercio o de su dueño. Sus vecinos siempre vieron en Robert a un hombre inofensivo.

Sin embargo, tras su ruptura sentimental con un veterano de guerra en 1982, el anticuario decidió empezar a salir con gigolós muy jóvenes a los que ofrecía casa a cambio de compartir los gastos. Hasta que un buen día, se desencadenó la violencia.

Las torturas

El 4 de julio de 1984, Robert pasó a buscar a Jerry Howell, de 20 años, un amante que le debía dinero, para llevárselo a casa. Una vez dentro, lo drogó y, en cuanto perdió el conocimiento, lo ató en una habitación del sótano y comenzó a sodomizarlo con diversos objetos. Al día siguiente, Robert se marchó a trabajar y, al regresar, continuó con las vejaciones y humillaciones. Horas más tarde, colgó a Jerry por los pies, lo descuartizó y envolvió sus restos en varios paquetes, que posteriormente tiró a la basura.

Con este primer asesinato, Robert inició una especie de diario en el que documentaría todas las torturas cometidas a sus víctimas y las reacciones de estas. Para completar cada historia adjuntaría diversas fotografías como muestra del sufrimiento causado.

Algunas de las víctimas de Robert Berdella

Algunas de las víctimas de Robert Berdella

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Su segunda víctima fue Robert Sheldon, de 18 años, al que sometió a las mismas torturas que a Howell, aunque añadiendo otra más: inyectarle en el ojo líquido para desatascar cañerías. Murió tras asfixiarlo con una bolsa de plástico. Para deshacerse del cuerpo, lo enterró en el patio y conservó su cabeza en el congelador. En junio de 1985, asesinó a Mark Wallace, de 20 años, tan solo dos meses después que a Sheldon. En esta ocasión, el criminal sumó las descargas eléctricas al resto de suplicios.

Llegado el mes de septiembre de ese mismo año, Robert mató a James Ferris, también de 20 años, y en junio de 1986 a Todd Stoops, quien previamente había avisado a la policía de las sospechosas desapariciones de los amantes de Berdella. Parece ser que este muchacho, de 21 años, fue martirizado de una forma aún más brutal durante semanas: le hizo fisting, además de inyectarle limpiador de tuberías en los ojos y las cuerdas vocales. Todd murió un mes después.

La policía excava en el jardín de Robert Berdella en busca de víctimas

La policía excava en el jardín de Robert Berdella en busca de víctimas

Kansas City Police Department

La última víctima en morir a manos de Robert Berdella fue el prostituto Larry Pearson, de 20 años, a quien sometió en julio de 1987 a la misma clase de torturas y “disciplina” que a sus antecesores. Después de seis semanas esclavizándolo, lo mató de una severa paliza cuando la víctima trataba de escapar. El asesino también decidió conservar su cabeza y meterla en el congelador junto a la de Sheldon.

El modus operandi del anticuario siempre era el mismo: entablaba amistad con chicos jóvenes, principalmente prostitutos, y tras mantener relaciones íntimas con ellos, los drogaba y les provocaba las torturas más salvajes. Su intención siempre era alargar lo máximo posible el dolor, de ahí que se tomase su tiempo para hacer realidad sus sádicas fantasías y que lo apuntara todo en su cuaderno de bitácora. Tras seis hombres asesinados, llegó el único superviviente. Chris Bryson logró escapar de su cautiverio y denunciar los crímenes de Berdella.

Ficha policial de Robert Berdella

Ficha policial de Robert Berdella

KC Police Department

Todo sucedió a finales de marzo de 1988 cuando Chris se despertó atado a una cama en el sótano de la casa de Robert, después de ser golpeado en la cabeza. Sin posibilidad de defenderse, el muchacho se vio con un collar de perro al cuello y siendo torturado de múltiples formas. A medida que los abusos aumentaban, Chris se desmayaba al no poder soportarlos. Cuatro días más tarde, consiguió recobrar la conciencia y liberarse de las ataduras aprovechando que su secuestrador había salido.

La víctima no encontró otro modo de escapar que saltar por la ventana y pedir ayuda a los vecinos. En cuanto estuvo a salvo, Chris detalló el horror vivido en aquel sótano y varios agentes se personaron en la casa. Tan pronto como la policía registró la vivienda, se topó con una habitación con toda clase de objetos y dispositivos de tortura, cuerdas, cables eléctricos y jeringuillas, además de una colección de más de 200 fotografías de hombres desnudos en estado de tortura y sufrimiento.

Cadena perpetua

También localizaron el cuaderno con los macabros detalles de cada víctima, las cabezas de dos de ellas y los restos de otras dos enterradas en el jardín. Ante tales evidencias probatorias y el testimonio del único superviviente, Robert Berdella fue acusado de seis asesinatos, de siete delitos de sodomía, y del secuestro e intento de homicidio de Chris Bryson.

Durante el juicio, celebrado en diciembre de 1988, el acusado llegó a un acuerdo con la Fiscalía: se declara culpable a cambio de una confesión pormenorizada de los asesinatos. Aquello le salvaría de morir en la silla eléctrica, porque el tribunal lo acabó sentenciando a cadena perpetua pese a los tres días de declaración y las 700 de páginas con todos los detalles de los crímenes.

Robert Berdella testifica en el juicio

Robert Berdella testifica en el juicio

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Previamente a que ingresara en la cárcel de por vida, el ‘carnicero de Kansas’, como lo apodó la prensa norteamericana, creó un fondo con 50.000 dólares para las familias de los asesinados. Era su forma de demostrar que era una buena persona a pesar de sus malos actos.

El 8 de octubre de 1992, Robert Berdella moría de un ataque al corazón en la prisión estatal de Jefferson City, aunque hubo rumores de que en realidad fue envenenado. Nunca se probaron. Con su muerte, este peligroso asesino en serie se llevó a la tumba el lugar donde se deshizo del resto de sus víctimas y sus familiares jamás pudieron darles sepultura.

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