“Hoy, desde los pies de los Pirineos hasta las calas de aguas cristalinas de la Costa Brava, puedes emprender un magnífico viaje de cultura, paisajes y vinos”, según se afirma desde la Ruta del Vino DO Empordà (un club de marketing puesto en marcha por el Patronat de Turisme Costa Brava Girona con el apoyo del Consejo Regulador de la DO Empordà). Desde la Ruta del Vino DO Empordà, que reúne a 28 bodegas y a unas 70 empresas y entidades del territorio, se añade que “el Empordà ofrece paisajes impresionantes de viñedos, vinos que transmiten la esencia del Mediterráneo y una cultura gastronómica reconocida a nivel mundial con una auténtica constelación de estrellas Michelin y una oferta ilimitada de cocina casera muy ligada a la tierra y a los productos locales”. También se recuerda que la zona cuenta con infraestructuras hoteleras y turísticas de calidad vinculadas al turismo de sol y playa, al cultural y al enogastronómico.
Las bodegas ofrecen propuestas variadas que van de catas a picnics entre viñedos, conciertos, exposiciones o rutas en bicicleta
La Ruta del Vino DO Empordà fue visitada el año pasado por 91.146 enoturistas (un 21% de internacionales), un 14% más que en 2022. Las 28 bodegas que forman parte de la Ruta facturaron en sus tiendas el año pasado 2,8 millones de euros. El gasto medio por enoturista en 2023 se situó en 42,18 euros, importe que dobla el de hace nueve años. La presidenta de la DO Empordà, Carme Casacuberta, no tiene dudas de que “nuestro enoturismo está creciendo”, aunque matiza que “aún le queda mucho por alcanzar”. En este sentido apunta que “desde todas las bodegas, tanto las más pequeñas como las grandes, hay una apuesta firme por el enoturismo, pero sobre todo por ofrecer un enoturismo de calidad y que hable del territorio”. Carme Casacuberta dice que se está haciendo “un gran trabajo de fondo” desde la DO juntamente con la Ruta del Vino. También asegura que se están tejiendo sinergias con los diferentes colectivos del territorio “con el objetivo de desestacionalizar el enoturismo, generando actividades con un mayor valor añadido que engloben vino, gastronomía, paisaje y patrimonio en cualquier época del año”.
Perelada: uno de los mayores complejos enoturísticos de Europa
El complejo enoturístico de Perelada, con su espectacular nueva bodega diseñada por el despacho RCR Arquitectes, es, según este grupo bodeguero, “uno de los proyectos más amplios, completos y diversificados del enoturismo en Europa”. La bodega ha sido la única nueva entrada española este año en el prestigioso ranking anual de Drinks International. En el gran recinto de Perelada cuentan con una biblioteca única en España con más de 100.000 ejemplares de enorme valor, incluso incunables. Destaca la colección cervantina iniciada por Miguel Mateu Pla (1898-1972), con 5.000 volúmenes. Es una de les más importantes en manos privadas. Llegan a contar con más de un millar de diferentes impresiones y traducciones de ‘El Ingenioso Hidalgo don Quixote de la Mancha’. A la vez, albergan un museo del vidrio considerado entre los mejores del mundo; una iglesia y un claustro góticos con una importante colección artística o con su destacado Festival de Música Castell de Perelada. Asimismo, el complejo integra un hotel de cinco estrellas (con una llave Michelin), un wine spa, un golf, varios restaurantes (uno de ellos gastronómico y con una estrella Michelin) y un espacio expositivo dedicado a la historia de la marca automovilística Hispano-Suiza. Buscan “visitas cualitativas”, según Eugeni Llos, el director general de Perelada Resort. Reciben unos 25.000 enoturistas anuales (un 30% de ellos internacionales).
La Vinyeta: la experiencia de visitar una bodega del “auténtico Empordà”
En esta bodega familiar de Mollet de Perelada la pareja formada por Josep Serra y Marta Pedra ofrecen vivir la experiencia de visitar una bodega del “auténtico Empordà”. Su propuesta combina el vino, la naturaleza y la cultura local. En 2017 recibieron el Premi Nacional d’Enoturisme. El pasado año recibieron unos 15.000 visitantes, que aportaron un 35% de su facturación. Su propuesta enoturística es una de las más ricas y elaboradas, con más de treinta experiencias distintas repartidas por todo el año. Desde las tradicionales visitas y catas a los desayunos y picnics con embutidos de los padres carniceros de Josep y con quesos que elaboran en la propia quesería. Tienen un pequeño hotel rodeado literalmente de viñedos junto a la bodega, que se encuentra en un paraje en una llanura del Empordà rodeada por las montañas de la Sierra de la Albera. Los viñedos y olivos con las ovejas pastando son el escenario que encuentran los enoturistas durante buena parte del año. En otoño ofrecen talleres de hierbas de vermut con el botánico Evarist Marc, y también salidas de naturaleza con el naturalista Jordi Ribas. En febrero comienzan las calçotades, y en primavera organizan actividades familiares como La Vinyeta de Pasqua, una actividad en la que los pequeños van a buscar los huevos a su propio gallinero mientras los padres catan sus vinos ecológicos. En verano realizan salidas y catas con el velero centenario ‘Rafael’ desde el puerto de Palamós, y ofrecen cenas bajo las estrellas que complementan con conciertos de música, astronomía y recitales de poesía dentro del festival Poemestiu.
Espelt Viticultors: una propuesta en “profunda armonía” con su entorno
“La mejor manera de disfrutar de los vinos es en buena compañía. Si te acercas para conocernos y tocar los viñedos que trabajamos con tanto esmero, entenderás por qué amamos el Empordà y hacemos vinos en profunda armonía con nuestro entorno”. Así anuncia su variada oferta enoturística otra de las bodegas de referencia de la DO Empordà. Consideran que la gestión integral del territorio, respetando la biodiversidad y regenerando los suelos, “es esencial si queremos hacer vino durante muchos años”. En Espelt Viticultors proponen desde descubrir su proyecto de mosaico agroecológico de viticultura regenerativa en el Parc Natural del Cap de Creus a degustar sus vinos en Mas Marès mientras se pone el sol. En este paraje están colaborando en la reintroducción del cernícalo primilla (Falco naumanni), un pequeño halcón colonial y migrador que se extinguió de Catalunya a principios de los años 80 debido a la pérdida de hábitats y el uso indiscriminado de insecticidas en el campo. Junto a sus viñas nidificó por primera vez desde 1987 una pareja el verano pasado. Y también ofrecen catas de sus vinos y espumosos con un sumiller de su propio equipo en su vinoteca, exposiciones artísticas o fotográficas, conciertos, participar activamente de la vendimia con el pisado de las uvas o alojarse en su masía situada en las afueras de Vilajuïga. Reciben unas 2.000 personas al año.
Vinyes d’Olivardots: para vivir una bodega “en su forma más pura”
En Vinyes d’Olivardots, que dirigen Carme Casacuberta y su hija Carlota, proponen conectar con la naturaleza y con la historia de sus vinos, así como “vivir nuestra bodega en su forma más pura”. Están comprometidas con el trabajo de sus diferentes parcelas de forma ecológica y sostenible, “protegiendo la biodiversidad de los paisajes e interpretando la pureza de los terruños del Empordà”. De hecho, anuncian a sus visitantes que podrán “conectar con la naturaleza paseando entre los viñedos del paraje Olivardots y aprendiendo sobre agricultura biodinámica”. Además de la visita a la bodega, sus viñedos y la cata de sus vinos, en esta bodega familiar de Capmany se incluyen en su programa ecoturístico desayunos gastronómicos de tenedor o vermuts gastronómicos. A sus visitantes les proponen también conciertos o descubrir “los pequeños secretos que hacen únicos a nuestros vinos”. También cuentan con un espacio para realizar teambuildings o presentaciones de empresa. Desde sus viñedos se contemplan vistas panorámicas de la Sierra de la Albera. Visitan Vinyes d’Olivardots, donde solo reciben grupos reducidos, a unas 900 personas al año.
Mas Llunes: una singular oferta que marida biodiversidad, catas inmersivas e historia
Con Mas Llunes es posible descubrir sus viñedos ecológicos en una ruta a pie por el paraje natural de la Sierra de la Albera y conocer el proyecto de recuperación de la biodiversidad y sensibilización ambiental en su finca mientras se disfruta de un desayuno con embutidos y pan con tomate maridados con cinco de sus vinos. Han bautizado a esta actividad como ‘Vi-o-Diversitat’. También proponen iniciativas como recorrer sus viñas con bicicletas todo terreno, descubrir cómo se elabora el vino o una experiencia sensorial con una cata inmersiva en la sala de barricas de esta bodega familiar de Garriguella donde conocer y disfrutar de sus vinos de una forma única, a través de un espectáculo de luces, música y proyecciones audiovisuales. Esta última propuesta también incluye una visita guiada a la bodega y una cata de aceites. Y en su singular programa enoturístico también se puede descubrir la historia que perdura del último combate aéreo de la Guerra Civil en Catalunya, que sucedió en Garriguella. En esta visita se desvela esta historia a través de un recorrido por refugios y bunkers rodeados de viñedos y olivos que finaliza con una cata de cinco vinos y tres aceites de oliva. En Mas Llunes recibieron el año pasado a 4.700 enoturistas.
Clos d’Agon: navegar degustando vinos y gambas, catas con el enólogo o disfrutar con un chef privado
En Internet se anuncian como una bodega y un lugar de eventos. Dicen que disfrutan de su trabajo y que les gusta compartir su quehacer diario con sus visitantes. En esta bodega de Calonge incluso se puede catar con el enólogo, Miguel Coronado; vivir catas exclusivas con sus vinos más destacados o disfrutar de un picnic entre viñas con vistas al mar. También maridan enoturismo y ciclismo: se trata de una ruta en bicicleta eléctrica por el entorno natural de Les Gavarres que termina en su bodega disfrutando de una cata de vinos. Y, a la vez, proponen navegar por las aguas litorales de la Costa Brava mientras se cata y se da buena cuenta de unas gambas rojas de Palamós. La actividad empieza en el puerto de Palamós a las cinco de la tarde, donde se compran las gambas frescas de la lonja. Acto seguido los participantes se dirigen a un barco de vela latina “con mucha historia”. Mientras se navega se harmonizan las gambas con los vinos de esta bodega. También es posible complementar la experiencia en Clos d’Agon con una comida o cena en la bodega a cargo de un chef privado (disfrutando de un show-cooking o de un taller participativo de cocina). Entre su amplia oferta no faltan actividades de teambuilding, reuniones de empresa o presentaciones de producto. Recibieron el año pasado a 2.100 visitantes.