Godzilla contra Kong desde un rincón de Europa

Sin permiso

Godzilla contra Kong desde un rincón de Europa
Directora adjunta

Seguridad y defensa se han convertido en términos onmipresentes. Hablar de defenderse implica asumir que hay un enemigo al acecho, con la inquietud que eso comporta. La escalada de tensiones internacionales es evidente y el gran cambio reside en que ya no es posible recurrir a las reglas y principios de las instituciones surgidas en la segunda postguerra. De ahí que los europeos se sientan desguarnecidos. Unos más que otros. De ahí también que sus gobernantes conminen al rearme. Ha empezado el proceso de preparación de las opiniones públicas en Europa hacia un cambio de prioridades y cada país lo digiere a su manera.

Cada estado deberá lidiar con sus contradicciones y reticencias, pero el marco que traza Europa es el de una amenaza por parte de un líder autocrático e inquietante, Vladimir Putin, y la traición del viejo aliado, ahora un personaje arbitrario y narcisista como Donald Trump. La conclusión es que la UE debe despertar de sus plácidas convicciones y asumir la amarga realidad de un mayor gasto militar ( Ursula Von der Leyen lanza el plan Rearme) y buscar nuevos mercados para su dependiente economía (la presidenta de la Comisión viaja a India y luego se va con el del Consejo Europeo, Antonio Costa, a Sudáfrica). Se dibuja un entorno amenazador y los gobernantes europeos tratan de alinear a los ciudadanos a la nueva situación.

Alemania es un claro ejemplo. El probable nuevo canciller, Friedrich Merz, acaba de llegar a un acuerdo con los socialdemócratas y Los Verdes para saltarse la sagrada regla constitucional de no pedir prestado más allá del 0,35% del PIB. El tótem del endeudamiento fue intocable durante la crisis del euro cuando Grecia se desangraba, pero cae ahora. El nuevo orden requiere de nuevas reglas.

Las esperanzas de aprobar los presupuestos se desvanecen en el nuevo escenario sobre el gasto militar

Si hay un político al que se le podría aplicar aquel “ be water ” de Bruce Lee es Pedro Sánchez, un virtuoso de la real politik . La primera consecuencia del nuevo escenario va a ser olvidarse de aprobar unos presupuestos. Aunque el presidente mantiene en público que no tira la toalla y, pese a que la relación con Junts se había reconducido tras el acuerdo sobre inmigración, el debate sobre el gasto militar introduce más complicaciones. Unos nuevos presupuestos deberían incluir más dinero para el Ministerio de Defensa y eso no solo incomoda a Sumar, sino que impide el apoyo de Podemos, incluso de otras fuerzas de la izquierda.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), recibe este jueves al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), en el Palacio de la Moncloa para abordar la seguridad en Europa y el gasto en defensa en la que es su primera reunión a solas desde 2023

Sánchez recibe a Feijóo en la Moncloa el pasado jueves

Dani Duch

Sánchez tratará de aprobar el máximo de medidas relacionadas con las exigencias de defensa sin pasar por el Congreso. La medicina, en pequeñas dosis y, si puede ser, disimulada. Dispone de ingresos por la buena marcha de la economía, de créditos europeos y de mayor capacidad para endeudarse. El problema político lo tiene dentro del consejo de ministros con Sumar.

Tanto esa formación como antes Podemos cuando gobernaba han asumido en el pasado subidas presupuestarias en Defensa, incluso la ampliación de la base de Rota, pero el foco de la opinión pública alumbraba otras zonas. Ahora la lupa está ahí. Y, si no, ya se encargará precisamente Podemos de colocarla. En la oposición, los morados cuentan con total libertad para enarbolar el clásico “no a la guerra” (véase la camiseta de Ione Belarra en su visita a la Moncloa) y ponérselo difícil a Sumar. Consciente de ello, Sánchez recibió a Yolanda Díaz durante dos horas y adoptó un lenguaje más llevadero: “No vamos a entrar en una carrera armamentística, yo no voy a participar de un discurso belicista”.

Para Feijoo sería más rentable erigirse en partido de estado y tender la mano a Sánchez, pese a la displicencia del presidente

Las medidas que tengan que pasar por el Congreso es posible que no lleguen a salir adelante, como ocurrirá en otros países. Sánchez no cuenta con Alberto Núñez Feijóo. Es cierto que el presidente no otorgó la más mínima deferencia al jefe de la oposición en la ronda de consultas de esta semana, pero el énfasis de éste en quejarse por el escaso tiempo concedido no es lo que la mayoría de la población preocupada por el curso de los acontecimientos espera oír. Feijóo se mueve en una ambigüedad excesiva en tiempos en los que la gente busca seguridades. Su receta, “inteligencia y diplomacia”, es perfecta para anteayer, pero convence poco cuando se piensa en cómo aplicarla con Trump o Putin.

Alemania ha abierto el camino. La UE lo hará, tarde más o menos, pero conservadores y socialdemócratas se entenderán para alcanzar acuerdos, aunque sean de mínimos, porque no les queda más remedio. Estamos solo en el primer capítulo de una serie que deberá alumbrar un nuevo equilibrio geopolítico. Después del Consejo Europeo de los días 20 y 21 próximos habrá debate en el Congreso. Al guion de lo que allí se acuerde se ceñirá Sánchez, pero en todo caso tiene fácil la defensa de un rearme que venderá como proporcionado, incluso como motor de tracción de la industria y tecnología en algunos sectores, pero sobre todo en aras del compromiso europeísta. Y España sigue siendo uno de los países más afines a la idea de una Europa unida. Un sentimiento que no va a decaer justo ahora.

Lee también

Rearme a la española

Lola García
MADRID, 11/03/2025.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reúne con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Diaz para tratar el aumento del gasto en defensa dentro de la estrategia europea ante la guerra en Ucrania y la amenaza rusa, este martes en el Complejo de la Moncloa. EFE/Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa/SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Cuando se trata de buscar refugio ante una lucha entre Godzilla y Kong, sean éstos EE.UU., Rusia o China, la idea de Europa resulta más acogedora. Por eso, Feijóo se lo pondría más difícil a Sánchez si, pese a la displicencia del presidente, le ofreciera una mano tendida en materia de defensa, haciendo alarde de partido de Estado, a diferencia de un Vox entregado a Trump, elevándose sobre las cuitas domésticas, sean éstas por el escándalo de la ex novia de Ábalos o por la perenne venta de España al independentismo. Que aunque el mundo se esté moviendo, ya se sabe que hay aficiones inmutables.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...