La misma noche electoral del 12-M se inició en Catalunya una nueva competencia. El socialista Salvador Illa y el posconvergente Carles Puigdemont expresaron su voluntad de presentarse a la investidura, abriendo así una nueva batalla por la presidencia de la Generalitat que tendrá una meta volante, la constitución de la Mesa del Parlament.
Con los números sobre la mesa, PSC y Junts tienen opciones más o menos realistas de hacerse con la presidencia de la Cámara catalana, que es muy relevante para el devenir de la investidura, pero las más verosímiles requieren del concurso de ERC, por eso ambos partidos tratarán de seducir a los republicanos, sumidos ahora en una crisis interna.
La presidencia del Parlament marca el inicio de la legislatura y tiene una atribución decisiva para la pugna entre Junts y PSC: la designación del candidato a la investidura. El papel designativo que ejerce el Rey tras las elecciones generales, lo tiene en Catalunya el presidente de la Cámara, la segunda autoridad de Catalunya, pero mientras el jefe del Estado actúa con neutralidad, en el régimen catalán cobra relevancia el color político del presidente del Parlament.
El PSC solo contempla dos alternativas: que la presidencia de la Cámara sea socialista, o de ERC si hay entente de izquierdas.
El PSC busca un acuerdo de izquierdas con ERC y comunes para investir a Illa. Insisten en que es la fórmula “natural” que suma mayoría absoluta y permitiría controlar la Mesa y asegurar la elección del líder socialista, pero Junts quiere atraer a ERC para arrebatarle al PSC la presidencia del Parlament y de la Generalitat. Sin embargo, esta maniobra desembocaría en una repetición electoral porque Puigdemont tiene imposible contar con una mayoría que no incluya, por activa o por pasiva, al propio PSC.
Los socialistas son conscientes de que no será fácil trenzar una alianza con ERC para la investidura de Illa. Para casi todas las variables requieren sus votos a favor y la crisis recién abierta en el seno del partido no ayuda.
Los contactos con ERC apenas se han iniciado, por tanto aún no se negocia, pero en el PSC tienen claro que no están dispuestos a ceder el control del Parlament sin tener encarrilada la investidura de Illa. El PSC solo contempla dos alternativas: que la presidencia de la Cámara sea socialista, o de ERC si hay entente de izquierdas.
Los socialistas han elegido como negociadores a quienes cerraron el pacto para la Diputación de Barcelona con ERC
El PSC no quiere dejar pasar muchos más días antes de empezar a sentarse con ERC, pero impondrán discreción absoluta por propio interés y para no ahondar en la crisis interna abierta en el partido. En el equipo negociador del PSC, prácticamente el mismo que logró amarrar la Diputació de Barcelona para los socialistas, hay dirigentes que colaboran habitualmente con cargos de ERC en el ámbito local y supramunicipal y la entente hasta ha sido buena.
Fuentes del PSC aseguran que muchos dirigentes de ERC con cargo público (en ayuntamientos, diputaciones, consejos comarcales y otras instituciones), darían su bendición a un acuerdo para investir a Illa, como hizo ayer el exdirigente Joan Tardà. Además, creen que ERC tendría más motivos para favorecer el acuerdo de izquierdas que la entente con Junts.
Illa, en una carta dirigida a la militancia, se propone “poner en marcha Catalunya sin bandos ni bloques”
Para empezar, el escenario que dibujan los resultados de las urnas. El Parlament que deberá constituirse el próximo 10 de junio a muy tardar, se ha escorado hacia la derecha. Cinco grupos conservadores y ultras competirán por el papel de oposición, por lo que ERC “debería elegir dónde quiere estar”, advierten en el PSC. El ciclo político en Catalunya ha cambiado tras la ruptura de los bloques del procés .
La repetición electoral tampoco es un escenario halagüeño en la actual tesitura del partido de Junqueras. Hay quien considera que volver a votar provocaría una mayor desmovilización independentista y una concentración del voto en PSC, Junts, PP y en los partidos de ultraderecha, pero nadie augura un mayor rédito para los republicanos, que además acudirían a las urnas sin un candidato claro tras la renuncia de Pere Aragonès.
Puigdemont desgrana hoy la estrategia a seguir para lograr su investidura
La composición de la Mesa irá en función de los pactos que desencallen la presidencia de la Cámara. En principio, cuatro grupos tienen potestad para estar en el órgano de control parlamentario: PSC, Junts, ERC y PP. Los socialistas insisten en que todo dependerá de las alianzas, pero reconocen que el PP tiene derecho a un asiento, algo que casaría con la voluntad de Illa de “poner en marcha Catalunya sin bandos ni bloques”, como señala en la carta remitida a la militancia estos días.
Puigdemont tiene previsto desgranar hoy la estrategia a seguir para lograr su investidura. El plan de Junts pasa por atraer a ERC hacia una renovada unidad independentista, como reclamó el expresident la misma noche electoral. Supondría reconstruir los puentes en medio de una crisis interna, en plena competencia para las elecciones europeas y con la mochila de recelos por la ruptura del Govern de Aragonès.
De momento, los republicanos solo piensan en cómo salir de su propio atolladero.