La historia del castillo en ruinas de Pinyana y de Sant Jaume de Valldecerves

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Una leyenda ha transmitido que se enterró una gran piña de oro por algún lugar alrededor de la fortaleza

Ampliar Castillo de Pinyana y el valle de Gaià.

Castillo de Pinyana y el valle de Gaià.

Àngela Llop

* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

Los restos de un castillo de Pinyana, llamado popularmente el Castellot, construidos sobre una peña alargada que se alza, al sur del municipio de Querol, Alt Camp, Tarragona, en la vertiente de la montaña de Montagut. 

Desde el castillo se divisa la parte media del valle del río Gaià. En la carretera que va desde del Pont de Armentera a Querol, y poco antes de llegar a esta población, hay que subir  hasta una casa abandonada que hay encima de la carretera, desde la parte trasera sale un camino que nos llevará hasta la roca de Pinyana, a partir de aquí hay que continuar caminando pasando por la parte posterior de la peña donde se construyó el castillo. 

Actualmente, hay muchos trozos de camino muy perdidos y llenos de zarzas. Siguiendo el arco natural ideal se encuentra el castillo de Pinyana, del siglo X. Se alza sobre una roca, aprovechando las defensas naturales. 

Perteneció a la todopoderosa familia catalana de Cervelló, Guerau Alemany, quien lo dejó al monasterio de Santes Creus en testamento. Desde 1985 sus restos son Bien de Interés Cultural. Entre esos restos está la capilla románica de Santa María de Pinyana. 

Será por el nombre de Pinyana que la leyenda ha transmitido el enterramiento de una gran piña de oro por algún lugar recóndito, alrededor del castillo.

Ampliar Torreón de Pinyana.

Torreón de Pinyana.

Àngela Llop

Historia

Como otros muchos castillos de esta zona, el castillo de Pinyana fue inicialmente una posesión de los Cervelló. Más tarde, en el siglo XIII, pasó al monasterio de Santes Creus. 

La primera referencia de este castillo es del año 990, cuando Sendred de Gurb dio al monasterio de Sant Cugat del Vallès todos los alous que tenía dentro de los términos de los castillos de Montagut, Querol y Pinyana. 

En 996, el propio Sendred de Gurb, junto con su esposa Matresinda, vendió los castillos de Pinyana, Querol y Montagut a su hermano Hug, él fue  fue el primer miembro del linaje de los Cervelló. 

En 1018 Hug de Cervelló cedió el castillo de Pinyana a su hijo, Bonfill. En 1112 el conde Ramon Berenguer III cedió a Guerau Alemany III de Cervelló los castillos de Querol y Pinyana.

Ampliar El castillo se encuentra encima de un peñasco de difícil acceso.

El castillo se encuentra encima de un peñasco de difícil acceso.

Àngela Llop

A pesar del dominio inmediato de los Cervelló sobre el castillo durante los siglos XI y XII, es evidente que los condes de Barcelona ejercieron un dominio superior y que los Cervelló lo tenían como feudatarios. Prueba de esta situación es el hecho de que en 1023 la condesa Ermesenda de Barcelona diera como garantía de paz a su hijo, Berenguer Ramon I, entre otros castillos, los de Querol, Montagut y Pinyana. Los Cervelló rendirán homenaje de fidelidad a los condes de Barcelona por este castillo en muchas ocasiones a lo largo de los siglos XI y XII. 

En el siglo XIII el castillo de Pinyana pasó al monasterio de Santes Creus. Gracias, en primer lugar, a la compra hecha por el monje Hug de Cervelló en 1269 de todas las castellanas; y en segundo lugar, a la cesión en usufructo que le hizo Berenguer Alemany de Cervelló al abad Gener, en 1274, la cual fue confirmada en 1280. Previamente, el propio Berenguer Alemany había comprado en 1277 dos castellanas del citado castillo de Pinyana: una en Ramon de Queralt y la otra en Pere de Montagut. 

Finalmente, en 1284, en su testamento Berenguer Alemany legó Pinyana al mencionado monasterio. Esta donación fue contestada por su sobrino Alemán de Cervelló, señor de Querol i Montagut, que en 1286 promovió un pleito contra Ener, abad de Santes Creus, sobre el legado que Berenguer Alemany había dejado en el cenobio. Esta controversia se resolvió con una nueva revisión de los límites jurisdiccionales de los términos de Pinyana y Querol a manos de los Cervelló. 

En 1360 el rey Pedro III prometió al monasterio de Santes Creus que nunca enajenaría las jurisdicciones reales del término de Pinyana. En 1480 los Cervelló cedieron los últimos diezmos que aún percibían en este lugar en el citado cenobio.

Ampliar Pocas paredes quedan en pie del castillo.

Pocas paredes quedan en pie del castillo.

Àngela Llop

Castillo de Pinyana

Las construcciones del castillo se extienden a lo largo de una peña que mide unos 70 m. de largo, de norte a sur, y de ancho un máximo de poco más de 20 m. La entrada debía de estar en el extremo meridional. En las inmediaciones estaba la fortificación natural del acantilado, a la que se añadía la defensa de una muralla que cerraba todo el recinto. 

En el lado oriental, para superar una grieta, un cortado vertical de la roca, la muralla se hace llegar hasta el nivel inferior del acantilado, con una altura de 7,5 m. La más antigua seguramente es una torre de planta circular que se encuentra casi en medio de este espacio superior. 

La torre tiene un diámetro interno de 2,8 m, y el grosor de los muros es de 195 cm. En el interior, a 2,2 m del suelo, hay un arco rebajado hecho con sillares grandes, posterior al resto de la torre. A unos 6 m. del suelo, estaba el primer piso. La altura actual es de unos 9 m. A pie plano, abierta a la banda meridional, hay una puerta, con una anchura de 72 cm. y una altura de 160 cm., acabada con un arco de medio punto, formado por 7 dovelas grandes. 

En el primer piso había otra puerta, está orientada hacia el norte; de las ocho dovelas que formarían su arco de medio punto sólo han restado cuatro. El aparato constructivo de los muros es bastante irregular, aunque las piedras son alineadas. Los sillares son más bien pequeños; hay algunas hiladas, debajo de la puerta del primer piso, formadas por piedras colocadas verticalmente.

Ampliar Vista desde la montaña de Montagut.

Vista desde la montaña de Montagut.

Àngela Llop

Más al norte de la torre, hay un edificio que debió de ser la iglesia, que se describe en la monografía siguiente. Siguiendo hacia el norte, a lo largo de otros 14 m. encontramos restos de las murallas perimetrales, con un grosor de 77 cm. 

En la zona más cercana a la posible iglesia, el muro es más alto y alcanza una altura de 3 m; se adivinan varias aspilleras. Al sur de la torre, a unos 12,5 m hacia el suroeste, se encuentran los restos de una cisterna o aljibe, cubierta con una bóveda rebajada. 

En el lado oriental, encontramos a ras del risco, a unos 22 metros de la torre, un tramo de la muralla bastante bien conservado, con una longitud de unos 7 m. Tiene un grosor de 65 cm y está hecha con unas piedras aún más irregulares que las de la torre, de tamaños diversos, aunque poco o muy colocadas en hiladas. En este sector meridional de la peña es donde la anchura era algo mayor. 

En tierra se encuentran varios restos de muros que deben corresponder a construcciones internas de la fortificación; seguramente muchas son tardías. En el extremo meridional, donde estaría la puerta de acceso, también se adivinan algunos restos del muro perimetral y algunos agujeros hechos en la roca. Aunque es un castillo bastante característico, formado por una torre de planta circular y un recinto, la datación de estas construcciones no es fácil. 

En tierra se encuentran varios restos de muros que deben corresponder a construcciones internas de la fortificación

Sabemos que había un castillo hacia el año 986. Los restos de la torre parecen más bien de después del año 1000, quizás hacia el siglo XI; sin embargo, hay que tener presente que sufrió transformaciones en un momento tardío. Asimismo, algunas de las murallas y paredes que hay en la cima de la meseta pueden ser de los últimos siglos medievales.

Ampliar Muralla y torreón.

Muralla y torreón.

Àngela Llop

La encantada de Pinyana

Una vez el dialecto y cultísimo amigo Francisco de P. Bedós vino a contarme una leyenda que acababa de recoger. Estaba contentísimo del hallazgo, y sin embargo podía estarlo. El Pont de Armentera estando, donde Bedós y su familia estaban veraneando,  un día él y dos de sus hijos hicieron una pequeña excursión río Gaià arriba. Al llegar bajo la torre de Pinyana, cerca de Querol, decidieron subir al castillo. 

La torre de vigilancia y señal está en el flanco de la montaña y sobre un grotón rocoso avanzado hacia el río, y desde ella se abrieron los castillos de Querol, Saborella y Saumella. Subiendo cuesta arriba, encontraron unos carboneros con los que Bedós entabló conversación. 

Y uno de ellos dijo con sorna: ¿A la torre van? ¿No van para desencantar a la doncella y por la piña de oro? Bedós presintió instantemente que iba a escuchar cosas bonitas y de interés. 

Y replicó rápidamente con la máxima avidez: ¿Qué es lo de la doncella encantada y la piña de oro? Venga, buen hombre, díganos lo que sepa. Y del carbonero recogió esta hermosa leyenda.

Sant Jaume de Valldecerves

Ampliar Sant Jaume de Valldecerves.

Sant Jaume de Valldecerves.

Àngela Llop

La iglesia de Sant Jaume se encuentra junto a la casa de Valldecerves, en el extremo noreste del término de Querol. Para llegar al lugar hay que ir a la población de Pont d'Armentera y desde allí tomar la carretera local T-213 en dirección a Igualada. Después de pasar el núcleo de Esblada, hay que tomar un desvío a mano derecha, a la altura del kilómetro 20,7 de la carretera, que conduce a la masía de Valldecerves.

  • Historia

Esta pequeña iglesia románica tiene una historia muy desconocida, ligada a una de las masías más notables del término, Cal Valldecerves. Hay una gran carencia de noticias medievales sobre el lugar. 

Sin embargo, el topónimo Valldecerves ya aparece en un documento de 1156 en el que el conde Ramón Berenguer IV confirmó en el monasterio de Santa María de Valldaura de Ancosa, con la intención de que la comunidad cisterciense de Valldaura se estableciera. 

Entre los límites del alodio de Ancosa que recibió Santa Maria de Valldaura estaban “las rocas de Valldecerves”. Desgraciadamente, no se tienen referencias directas sobre la iglesia de Sant Jaume. Fue una simple capilla de la parroquia de Querol, dentro del término de la iglesia sufragánea de Sant Jaume de Esblada.

  • La iglesia
Ampliar La iglesia de Sant Jaume se encuentra detrás de la masía de Valldecerves.

La iglesia de Sant Jaume se encuentra detrás de la masía de Valldecerves.

Àngela Llop

Es un edificio bastante alterado, pero que conserva intacta su estructura original, de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón de perfil semicircular y copa a levante por un ábside semicircular, donde se abren dos ventanas de doble derrame, una en el panel central y otra en el panel situado más a mediodía. La puerta, reformada, y resuelta con dintel, se abre a la fachada sur, que es totalmente lisa, sin ornamentación, como las demás fachadas salvo la fachada absidal. 

El ábside presenta una decoración de tipo lombardo, de arcuaciones entre lesenas, formando cinco paneles, en los que las arcuaciones se han reducido a un solo arco entre las lesenas. Se trata de un tipo peculiar de decoración que se reencuentra en contadas iglesias catalanas del siglo XI, como en los ábsides laterales de Sant Ponç de Corbera, en Santa María de Palau de Rialb, o en el ábside de Sant Serni de Bellfort y, de forma ya más evolucionada, dentro del siglo XII, en la iglesia de la Trinidad de Bellpuig, en el Rosellón. 

El aparato es de sillería irregular, apenas trabajado, dispuesto en hiladas uniformes e irregulares que, junto con la decoración absidal, ponen en evidencia las formulaciones de la arquitectura lombarda en este edificio datado en el siglo XI. 

La iglesia de Valldecerves constituye uno de los ejemplos más meridionales de la extensión del estilo propio de la arquitectura del siglo XI. El edificio ha sido restaurado en los últimos años.

Pinturas rupestres de la Roca Roja

Las pinturas rupestres de la Roca Roja o Valldecerves sólo hace 62 años que fueron reconocidas, siendo las únicas catalogadas de la zona. Están localizadas en el Cingles d’Ancosa, muy cerca de la bonita masía de Cal Valldecerves, con el agregado de la iglesia románica de Sant Jaume, de bonito ábside lombardo (dentro del término de Querol, Alt Camp). 

Para llegar a las pinturas, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1998 con otros conjuntos de pinturas, hay que seguir el sendero del Clot de la Cova y seguidamente trepar un poco, pero vale la pena, siempre que uno sea joven. Primero encontramos el llamado Abric I, a la derecha de los restos de un muro de piedra seca. La pared caliza es magnífica ya de por sí. 

Aquí vemos la figura más conocida y visible. Una cabra de estilo naturalista. Singular dentro del arte levantino en la zona catalana. Hasta que no se han descubierto hace pocos años unas nuevas pinturas en la zona de Siurana, no se conocían similares por nuestro Catalunya. A pocos metros, está el Abric II, algo mayor. 

Aquí encontramos unas figuras menos visibles. Distinguimos una especie de ciervo o chivo. Entre los abrigos de la montaña, llaman la atención los agujeros en las paredes y pequeñas cuevas, muy sugerentes. Bajando al fondo del barranco, no se tarda nada en llegar al lugar donde seguramente vivieron nuestros antepasados artistas, la Cova de Valldecerves. Es muy sencillo imaginarse esta cueva como vivienda. Muy acogedora. Aunque parece también fácilmente inundable. 

En 1962, el arqueólogo Pere Giró Romeu, nacido en Pontons el 1894, publicó un artículo en la revista Ampurias XXIV, Noticiario Arqueológico, explicando las excavaciones que efectuó entre 1945 y 1949, y sus hallazgos.  Destaca un trozo de tejido de la época del Bronce. Los restos más antiguos son del Neolítico antiguo.

Ampliar Masía de Valldeserves, a la derecha junto a la casa se asoma la iglesia de Sant Jaume.

Masía de Valldeserves, a la derecha junto a la casa se asoma la iglesia de Sant Jaume.

Àngela Llop
Ampliar Imagen de una pintura rupestre en la Cueva Roja Roja o de Valldecerves.

Imagen de una pintura rupestre en la Cueva Roja Roja o de Valldecerves.

Àngela Llop

'Los Cervelló barones de Querol-Montagut en la Edad Media'

Segundo fragmento

"Conocemos bien el patrimonio de Hugo I por un documento fechado el 3 de marzo de 1018, por el que hace cesión de sus bienes a sus cuatro hijos varones: a su hijo Bonfill (muerte entre 1039-1049) le da la torre de Ventayols, en el término del castillo de Olerdola, que después pasa a manos de su hermano Humbert, quien la deja, con el nombre de Ferran, a su sobrino Guerau Alemany I. También le deja el castillo de Selmella (Cedemella) con todos los términos, la mitad del alodio conocido como Castriserres (Caserres) situado en Vila-rodona, su parte del castillo de Lilla o I'llla (castro Alila) y todos los alous y derechos en los castillos de Montagut, Querol y Pinyana. A su hijo segundo Alemán I, que se convirtió en heredero en la muerte de Bonfill, el castillo de la Roqueta con todos sus términos y derechos, el castillo de Aguilo con las tierras, viñedos y derechos; la mitad del castillo de Santa Coloma en Queralt y todos los alous, edificios y derechos en término del castillo de Miralles. A los otros dos hermanos pequeños, Gerbert y Humbert, les deja todos los alous, posesiones y bienes restantes que poseía en los condados de Barcelona, Osona y Girona. Pese al reparto el patrimonio se concentra en manos de su hijo Alemán I (muerto después de 1053) que hereda de su hermano mayor. El reparto de Hugo I representa la intención del magnate de separar el su patrimonio diferenciando de los bienes patrimoniales de su esposa Eliarda. No hay que olvidar que durante los siglos X y XI en Cataluña se sigue manteniendo el derecho privado antiguo de tradición visigotica. El patrimonio se centraliza en la figura del heredero, que se convierte en jefe del linaje, pero no olvida a los demás hijos e hijas, iguales ante la herencia. Por otro lado, debe hablarse del papel de la mujer, que en la sociedad altomedieval goza de una independencia jurídica superior que en los siglos posteriores, lo que le permite disfrutar de independencia material, que se traduce en igualdad ante la herencia de los padres y en la separación de bienes en el matrimonio. Pero no debe olvidarse que el señor superior de los castillos y términos sigue siendo el conde, el cual cede su potestad por medio de las connivencias, el contrato jurídico por excelencia en los inicios del feudalismo catalán y que proporciona la mayor parte de la documentación recogida en el cartulario real conocido como Liber Feudorum Maior. La conveniencia era un pacto bipartito establecido entre el señor y su fiel. inicialmente fue un contrato privado, pero posteriormente el conde de Barcelona le convirtió en público y añadió el juramento de homenaje, con el que pudo controlar la nobleza y sus posesiones. El noble que juraba a su conde recibía a cambio la investidura de un castillo. Entre los numerosos ejemplos de connivencias tenemos las suscritas entre los años 1062 y 11 45 por los condes de Barcelona y los Cervelló, por varios castillos de la baronía.

El noble que juraba a su conde recibía a cambio la investidura de un castillo

Por otro lado, también hay castillos que son vendidos o dados por los condes siguiendo las directrices del derecho privado, produciéndose sobre todo en las zonas de las Marcas. Éste es el caso de la cesión que realizaron los condes de Barcelona, Ramon Berenguer III y Dolca, a Guerau Alemany III de Cervelló, de los castillos de Querol y Pinyana, con todos sus términos y pertenencias el 1 de mayo de 1112. La razón de esta cesión, consignada en el texto del documento, era que los términos eran desiertos, al igual que el término de Montagut, debido a las razias musulmanas, lo que hace suponer un encargo implícito de repoblación y puesta en explotación de las tierras. A cambio, Guerau Alemany III quedaba desligado y libre del juramento y homenaje de los citados castillos, los cuales se comprometió a guardarlos junto con el castillo de Montagut. El patrimonio de los Cervelló, concentrado en manos del heredero desde Alemán y, se transmitió por línea de sucesión patrilineal y vertical sin interrupción hasta Guerau Alemany V de Cervelló, cuyo testamento representa una sociedad en plena transición Jurídicamente está regulada por las ustagas, que se convierte en el nuevo código del feudalismo catalán. A nivel de la herencia ya no se habla SOIS de la sucesión vertical y centralizada en manos del heredero, sino que a partir del segundo cuarto del siglo XI el testamento se amplía horizontalmente a los hermanos y también a los tíos, sobrinos y primos del testador. Esta novedad es fruto del cambio experimentado entre los años 1020 y 1060 por el derecho sucesorio, que establece que la parte esencial de la herencia es destinada a un hijo, que se convertirá en jefe del linaje y mantendrá la herencia indivisa mientras que los hermanos menores recibirán una parte, pero permanecerán bajo la tutela del heredero".

Ampliar Ventana en la masía de Valldeserves.

Ventana en la masía de Valldeserves.

Àngela Llop
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