La historia del castillo de Vallespinosa

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Situado en una colina, justo debajo está el pequeño pueblo de solo 18 habitantes, de relieve arisco y pedregoso

Ampliar Un tramo de la muralla de mediodía del castillo.

Un tramo de la muralla de mediodía del castillo.

Àngela Llop

* Los autores forman parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

El castillo de Vallespinosa  se encuentra al suroeste del término de Pontils (Tarragona). Situado sobre una pequeña colina, a la entrada de un desfiladero del torrente de Coma de Vaca o de Vallespinosa, afluente por la derecha del Gaià. 

Desde la carretera comarcal C-241, que va de Santa Coloma de Queralt a Sarral y Montblanc, sale a mano izquierda la carretera local TV-2015, que conduce a Vallespinosa. Desde la parte alta de esta población o bien desde un camino que sale, a la derecha, a la entrada del pueblo, podemos subir en pocos minutos, hasta la cima de la colina por un sendero que va haciendo forma de zig-zaga. 

Justo debajo del castillo se encuentra el pequeño pueblo de  Vallespinosa, actualmente tiene 18 habitantes, tiene un relieve arisco y pedregoso, hundido en medio de un valle cerrado mimado por la marinada por las tardes. 

Es por eso que antiguamente su gente vivía del bosque, mientras la agricultura era más una actividad de autoconsumo, pastores, leñadores, carboneros, truferos, etc...

Ampliar Base torre que corona el recinto del castillo de Vallespinosa.

Base torre que corona el recinto del castillo de Vallespinosa.

Àngela Llop

Historia

La primera referencia documental que se ha localizado del topónimo de Vallespinosa data del año 1030 en la venta que Guillermo de Santa Perpetua hizo a los esposos Arnau Odó y Guilla del castillo de Montclar; entre las afrontaciones territoriales de esta fortaleza, consta que por una parte limitaba in collum Valle Spinosa. 

Sin embargo, es necesario esperar más de un siglo para encontrar la primera noticia sobre su castillo. Consta que el 11 de noviembre de 1174, Berenguer de Clariana, su esposa Sança y sus hijos, Berenguer y Bernat, dieron al monasterio de Sant Cugat del Vallés, entre otros bienes, la dominicatura que poseían in kastrum de Valle Espinosa, que le prevenía de su hermana Berenguera, esposa de Ramon de Cervelló, a la que el citado cenobio debía vestir y alimentar durante toda su vida. 

Esta fortaleza no se vuelve a documentar hasta veinte años más tarde, en el testamento de Guerau Alemany V de Cervelló fechado el día 5 de mayo de 1193; el testador disponía de que todos los derechos que poseía en el castrum de Valle Espinosa debían pasar a su hijo Ramon Alemany, y además, las fortalezas de Santa Perpètua, Pontils y Montclar. 

La primera referencia documental que se ha localizado del topónimo de Vallespinosa data del año 1030

El mismo año, pero con fecha de 29 de junio, también testó Berenguer de Clariana, que tenía este castillo en alodio; según sus disposiciones testamentarias, dejaba a su hijo, llamado también Berenguer de Clariana, ipsum castrum de Val Espinosa. El predominio de los Cervelló sobre el lugar y castillo de Vallespinosa continuó a lo largo de todo el siglo XIII y gran parte del XIV, dado que en 1357 el rey Pedro III vendió a Arnau de Cervelló el mero y mixto imperio y la jurisdicción superior sobre este lugar. 

En el fogo de 1365-70, Vallespinosa, con 17 fuegos, consta que era señoreado por el heredero de Arnau de Cervelló. Durante la guerra de los Segadores, la fortaleza de Vallespinosa fue saqueada, y en gran parte, destruida. 

En el siglo XVI, el sitio de Vallespinosa fue cedido a la familia Biure, y ésta mantuvo el dominio sobre el lugar hasta el año 1811, momento de la extinción de los señoríos.

Ampliar Justo encima del pueblo de Vallespinosa se encuentran los restos del castillo.

Justo encima del pueblo de Vallespinosa se encuentran los restos del castillo.

Àngela Llop

La construcción más antigua de las conservadas en la cima de la colina es una torre de planta circular, de la que sólo se conserva una altura de menos de 2 m. Tiene un diámetro interior de 2,5 metros sus muros tienen un grosor de 1,8 m. Está hecha con sillares de tamaño medio  15 cm de alto × 30 cm de largo unidos con mortero de cal no muy duro. 

En principio, aunque sólo se ha conservado una pequeña parte de lo que habría, la podemos datar hacia el siglo XI. Inicialmente, al menos tendría una altura de 10 metros, su puerta principal debía estar a unos 5 metros del suelo exterior, tal y como suele ocurrir con este tipo de construcciones. 

Esta torre está ubicada en la parte meridional de un recinto amplio que tiene una longitud de unos 45 metros una anchura de unos 21 metros. Algunos fragmentos del muro de este recinto son bien conservados, en especial los situados en el lado occidental. Otros tramos del muro, en cambio, sobre todo en el sur y en el este, casi han desaparecido, al que se añadió a la cara externa un talud bastante grueso. 

Esta muralla, con una altura de unos 4 metros, se conserva en una longitud de unos 11,5 metros. en el de la torre. En el extremo septentrional, también hay algún fragmento de margen que puede corresponder al momento inicial, más al norte, pero dentro del vallado del castillo, hay una cisterna, junto a una posible torre de flanqueo. 

En el lado noreste se ubica una especie de bestorre, probablemente, añadida más tarde, como unos muros en el ángulo noroeste o unas paredes en el lado oriental, algunas de las cuales pueden corresponder a una etapa más tardía. 

En principio, pues, podemos considerar que la torre y todo el recinto, o al menos su parte meridional, fueron construidos hacia el siglo XI. 

Podemos considerar que la torre y todo el recinto, o al menos su parte meridional, fueron construidos hacia el siglo XI

De hecho, es una buena muestra del típico castillo fronterizo de esta época, formado por una torre maestra y un cercado más o menos amplio. La cisterna y otras construcciones más septentrionales, hechas ya con un aparato muy irregular, debieron de ser añadidas en los siglos siguientes.

Palacio de los Cervelló señores de Vallespinosa en Montblanc

Los Cervelló, señores de Vallespinosa. El castillo de Vallespinosa era a mediados del siglo XII señoreado por el linaje de los Cervelló, del que parece que compartieron el dominio con los Clariana. 

A mediados del siglo XIII (1251) aparece dominando Vallespinosa un Berenguer de Vilafranca, pasando su posesión al noble Galcerán de Vilafranca, que lo rigió entre los años 1281 y 1302. Este Galceran cedió el castillo dota a su hija Brunissenda cuando casó con Guillem de Cervello llamado Bord de Cervelló, hijo ilegítimo de Guerau VII de Cervelló, señor de Querol i Montaguti jefe de la rama principal de los Cervelló. Otra rama de los Cervelló poseyó la baronía de La Llacuna, Vilademàger y Pontils. Hijo y heredero de Guillem de Cervelló, fue un Arnau de Cervelló. 

Nos consta que recibió el castillo de Vallespinosa a raíz de su boda con la montblanquina Gueraldona Alanyà, a pesar de que su madre todavía tenía el usufructo y no moriría hasta una fecha cercana a 1348. 

Arnau regio sus dominios desde 1341 hasta su muerte acontecida cerca de junio de 1364. En 1362 había mandado testamento, nombrando heredero a su hijo Ramon Marc de Cervelló. Sin embargo, en 1365 quien dirigía los asuntos era otro hijo de Arnau, llamado también Arnau de Cervelló5. en 1365 con Violant de Palou, hija del consejero real Guerau de Palou y de una tal Constanza, la cual fue dotada con treinta mil sueldos, aportando Arnau unos veinte mil sueldos. 

En la ceremonia de entrega del dote estuvieron presentes Ramón Alemán de Cervelló, barón de Querol y Montagut, así como Guillermo Ramón de Cervelló, barón de La Llacuna, las otras dos ramas más principales de la familia. El ascenso de Arnau a la corte real continuó, convirtiéndose en mayordomo y procurador general de la reina Violante de Bar, esposa del rey Juan I. 

A la muerte del rey Juan, subió al trono el rey Martín, el cual entonces se encontraba luchando en Sicilia por defender los derechos de la corona en aquel reino, actuando la reina María como lugarteniente general de su marido, envió en agosto de 1396 a Montblanc en nuestro Arnau de Cervelló a fin de recibir en nombre del General de Catalunya la posesión de la villa de Montblanc. La reina Maria de Luna se había visto obligada a presionar la Villa para subvenir urgentes gastos, pero los montblanquinos no quisieron abrir las puertas de la muralla a dicho noble Arnau de Cervelló y la reina envió una carta de protesta por manos de los nobles Francesc Alanyà y del veguer Huguet de Muntergull , dirigida a los cónsules y autoridades municipales de Montblanc, a los que retomaba por su actitud. 

Lo cierto era que los munícipes defendían, una vez más, la inseparabilidad de nuestra Villa de la Corona y del condado de Barcelona, rebelándose a las acciones de la reina que no había consultado para resales montblanquines. 

Del matrimonio de Arnau con Violant de Palou hubieron dos hijos: Lluís y Violant. En 1372 Pedro III le concedió licencia para emancipar a su hijo Luis, permiso que fue renovado en 1378. Muerta su primera mujer Arnau volvió a casarse en 1382 con una tal Leonor, mujer que figura con su hijo Luis en la de un censal o deuda.

Luis de Cervelló también habría frecuentado la corte, ya que sabemos que actuó como embajador destinado en algún asunto importante en Nápoles. 

Luis de Cervelló también habría frecuentado la corte, ya que sabemos que actuó como embajador destinado en algún asunto importante en Nápoles

Cervelló viviría tres años más que su hijo, pero el final de su vida sería bien amargo y penoso, plagado de deudas y de problemas. Vicente Pedriça a la vista del problema que comportaba la herencia, la reina Violant renunció a ella, transfiriéndola a Guerau Alemany de Cervelló y de Queralt, gobernador de Catalunya entre 1405 y 1415. Para añadir más salsa al asunto, Violant de Cervelló, la hija que restaba viva de Arnau reclama la herencia de su madre Violant de Palou, muerta ab intestato, y, por tanto, reclamaba los 50.000 sueldos de la dote de su madre. 

Pero la presión de los acreedores obligó a vender la baronía que fue comprada precisamente por Violant de Cervelló y su marido Guillem de Armengol por el precio de 84.000 sueldos. Pero el palacio montblanquín no fue vendido en aquel momento. transmisión. 

Un documento de la cancillería real nos informa que el notario barcelonés Francesc Bernat protocolizó la venta del castillo de Vallespinosa, hecha por Joan Prats, curador nombrado de la heredad y bienes del noble Arnau de Cervelló, difunto y señor del castillo de Vallespinosa, dentro de la veguería de Montblanc, añadiendo que aquella venta se hizo por la asignación hecha por Guillem Pere Buçot, Vicenç Pedriça, doctor en leyes, y Francesc Mullers, licenciado en leyes, ciudadanos de Barcelona, entonces jueces o comisarios asignados por la curia real para graduar y colocar a los acreedores de aquella herencia y bienes del difunto Arnau de Cervelló. 

Fueron ellos mismos los que vinieron a Tomàs Blanch, tendero y vecino de la villa de Montblanc y en Caterina, su esposa, toda aquella casa desde de los cimientos hasta el cielo, con tienda o tiendas situadas junto a la casa que dicho noble Arnau de Cervelló en otro tiempo mientras vivía poseía por propio y libre y franco alou a dicha villa de Montblanc, en el lugar llamado “lo mercadal”, por el precio de ciento cincuenta libras de moneda legal barcelonesa, según constaba en el acta notarial de venta hecha al término del castillo de Cervelló, parroquia de Sant Vicenç dels Horts, cerca del Llobregat, veguería de Barcelona, en fecha de 8 de enero de 1437. 

A la vista de los problemas que aquella herencia había provocado, el propio comprador Tomàs Blanch se acercó a la cancillería de la reina María, mujer del rey Alfonso IV y gobernadora general en ausencia de su marido, a fin de que se pusiera el decreto real en el documento de venta y se colocara por manos del escribano y notario real Jaume Oliver el sello real, a fin de evitar cualquier otro problema posterior a la venta, firma que se efectuó en Barcelona el 22 de agosto de 1446. 

Tomás Blanch, este personaje se atesta como hostelero, tendero especiero, es decir, boticario y vendedor de especies. El 1445 nos consta que en el edificio había establecido un hostal. Pero Blanch no debería disfrutarlo demasiado porque ya hacía un tiempo que tenía problemas económicos: el 1440 tuvo que vender por cuarenta florines un huerto grande situado frente al antiguo portal, de Daviu (actualmente conocido como Portal de Bové) que había heredado en parte de su padre Francesc Blanch a fin de hacer frente al pago adelantado del arrendamiento del impuesto del pan o de la harina. 

Parece que, como consecuencia de los problemas de solvencia, en algún momento indeterminado situado antes de 1457 Tomás Blanch habría vendido el antiguo palacio, reinstalando su hostal en la plaza de Sant Miquel, por el que pagaba un censo de ocho sueldos y un dinero en la Comunidad de Presbíteros de Montblanc.

La iglesia parroquial de Sant Jaume

Ampliar Iglesia de Sant Jaume de Vallespinosa.

Iglesia de Sant Jaume de Vallespinosa.

Àngela Llop

La iglesia se encuentra en medio del pueblo de Vallespinosa. Esta iglesia parroquial fue construida a finales del siglo XIII, porque la iglesia castral de la población, dedicada a Santa María, de reducidas proporciones, no podía dar cabida a una población que iba en aumento. Se cree que su construcción se hizo con la contribución de los vecinos de Vallespinosa. 

La iglesia de Sant Jaume tuvo desde un inicio la categoría de parroquia, ya que en los años 1279 y 1280, en la relación de parroquias que contribuyeron a sufragar la décima papal recaudada en la archidiócesis tarraconense, consta que el párroco de Vallespinosa pagaba por cada uno de los años mencionados la cantidad de 25 sueldos. 

La iglesia de Sant Jaume tuvo desde un inicio la categoría de parroquia

Del inicio del siglo XIV, en el testamento de Bernat de Llacuna datado en 1309, se hace mención de una deja en Sancto Jacobo de Vallespinosa, en concreto cinco sueldos para las obras que se estaban llevando a cabo en el iglesia y otros tres sueldos para el párroco. 

Las obras parecen continuar en los primeros decenios del siglo XIV, ya que se han documentado dejas por este concepto en otros dos. testamentos del año 1334. 

En los años 1354-55 el párroco de Vallespinosa es mencionado en unas listas exclusivas de la diócesis de Tarragona, referidas también a la décima papal; en esta ocasión el párroco contribuyó con 13 sueldos el primer año y con 14 el segundo. A finales del siglo XV la iglesia parroquial de San Jaime de Vallespinosa era de colación del arzobispo de Tarragona.

Ampliar Copia del retablo del siglo XV atribuido a Joan Mates, situado en el altar de la iglesia, el retablo original se conserva en el Museo Diocesano de Tarragona.

Copia del retablo del siglo XV atribuido a Joan Mates, situado en el altar de la iglesia, el retablo original se conserva en el Museo Diocesano de Tarragona.

Àngela Llop

El retablo pintado al temple y pan de oro sobre mesa, procedente de la iglesia de Sant Jaume de Vallespinosa, en el término de Pontils, es atribuido al pintor gótico Joan Mates, atribución casi unánime entre todos los especialistas, y datado entre 1406 y 1410. 

Está compuesto de una mesa central, con dos compartimentos (Calvario y Santiago vestido de peregrino, sentado en un trono) y dos partes laterales, cada una con tres mesas. 

La parte de la izquierda muestra las escenas de la Adoración de los Pastores, el cuerpo de Santiago llegando a las costas de Galicia y el cuerpo de Santiago transportado en un carro frente a la reina Lupa. La parte de la derecha  presenta las escenas de la Anunciación, Santiago y el mago Hermógenes y la decapitación de Santiago.

El retablo pintado al temple y pan de oro es atribuido al pintor gótico Joan Mates

Ampliar Altar de la iglesia  de Sant Jaume donde se puede ver en el fondo una copia del retablo.

Altar de la iglesia  de Sant Jaume donde se puede ver en el fondo una copia del retablo.

Àngela Llop

La iglesia parroquial de Vallespinosa es un edificio de una sola nave en la que no se diferencia el presbiterio ni en el exterior ni en el interior. Posteriormente, se abrieron dos capillas a ambos lados de la nave en el tramo inmediatamente anterior al presbiterio. 

Más modernamente se amplió con una nueva capilla abierta desde el interior en el muro del lado izquierdo de la iglesia. La nave está cubierta con una bóveda de cañón apuntado que arranca de una imposta. 

En un punto determinado cambia la altura de la nave; esto puede indicar que se rebajó en una parte o que un tramo de la nave es posterior a la otra. Fijar con exactitud el proceso de obra de esta iglesia es difícil mientras no se eliminen los enyesados interiores. 

Los muros originarios se conservan en aquellas áreas que no se modificaron, donde no se abrió capilla alguna. Los sillares, en aquellas zonas donde son visibles, todo el interior es enlucido y en el exterior hay otros edificios adosados que imposibilitan la vista, aparecen cortados regularmente con escuda y dispuestos en el muro a la manera isódoma. 

La cronología aproximada de la iglesia, dadas sus características arquitectónicas y las noticias documentales, puede situarse hacia finales del siglo XII.

La cronología de la iglesia, dadas sus características y noticias documentales, puede situarse a finales del siglo XII

Ampliar Sarcófago de la iglesia de Sant Jaume de Vallespinosa.

Sarcófago de la iglesia de Sant Jaume de Vallespinosa.

Àngela Llop

Estela funeraria

En el cementerio de Vallespinosa se ha localizado una estela funeraria medieval realizada sobre un soporte de piedra caliza. Se tiene constancia de que existía una pieza de características similares, pero que desgraciadamente ha desaparecido. 

El cippus en cuestión es un monolito de piedra caliza de tipología discoidal y pie casi recto. Ambas caras son decoradas por una bordura cruz griega entallada a bajo relieve. 

Tiene una altura máxima de 75 cm, un disco de 36 cm de diámetro, un cuello de 24 cm, ancho del pie de 26 y espesor oscilante entre 21 y 25 cm. Como otras piezas de este tipo, cabe otorgarle una datación indeterminada a partir del siglo XII.

Ampliar Estela discolidal.

Estela discolidal.

Àngela Llop

Las zonas vetadas de Vallespinosa

Lo que era del Señor Rafael de Biure, no se tocaba en Vallespinosa. Había unas zonas en Vallespinosa que eran intocables, era todo lo que era propiedad del Señor Rafael de Biure: la cuesta que subía al castillo, el huerto cerrado que tenía el señor al pie de la cuesta, el huerto cerca de la balsa de la Perellada, el huerto y cercado cerca del castillo, el viñedo nuevo, y también los bosques de las Ortigues y Coma de Vaques, y los de la dehesa del castillo. 

Las ordenaciones de Vallespinosa, o sea las leyes que había dentro del término de Vallespinosa, eran las que imponía el señor, Rafael de Biure. Se conocen las que aprobó en 1607. 

A través de estas ordenaciones, podemos hacernos una idea de cuáles eran los problemas que afectaban a los vecinos de Vallespinosa aquellos años, de cómo vivían, qué podían hacer y lo que no podían hacer, y de cómo el señor lo controlaba todo. Poca broma con los que robaban a algún otro vecino, uvas, u otra fruta, o verdura de los huertos, multas, se les ataba en la cepa con la argolla en el cuello, y con lo que habían robado al vecino de al lado, que estaba normalmente en medio de la plaza, era un montón de madera donde el malhechor quedaba atado por el pie o por el cuello, por escarnio de todos. 

Las ordenaciones de Vallespinosa eran las leyes que había dentro del término y los castigos eran severos

Los castigos eran severos. Lo eran con los que se atrevían a tomar lo que no era suyo, entrando en los huertos y viñedos de los demás, como ya hemos dicho, pero también a los que dejaban a los animales campar por todas partes, a los que cazaban sin permiso del señor, los que cortaban árboles, y muchas más prohibiciones que iremos contando.

Melchor Vilar, campesino de Vallespinosa, casado con un Ciruelo, tenía mucha relación con Rafael de Biure, relaciones que también se movían en el terreno de los negocios. La estrecha relación continuó con Josep Margarit. 

Otro hombre de toda confianza y muy leal era Jaume Alaix, y tanto lo fue de Rafael de Biure como de su yerno Josep Margarit, y criado, por los buenos y leales servicios que tengo recibido de Jaume Alaix, mi criado, quiero que mi heredero tanto cuanto dicho Alaix viva, le sean prestados los alimentos necesarios de comer, beber, vestir y calzar, así en sanidad como en enfermedad con gastos de médicos y medicinas, y si acaso dicho Alaix no querrá habitar en casa de dicho mi heredero, le dejo y lego trescientas libras Barcelonesas, las cuales con dos o tres pagas le tenga que dar mi heredero dentro de un año, y también quiero que le sea dado el mejor vestido de los míos o negro o de color que dicho Alaix designará. 

Jaume Alaix murió el 26 de enero de 1641, el día de la batalla de Montjuic, seguramente luchando junto a su amo. Lo enterraron en Vallespinosa, y en su funeral asistieron 12 curas, que Rafael de Biure, quien se hizo cargo.

Ampliar Mas Carbonell las Roques del Magí, en el camino de Vallespinosa a Pontils.

Mas Carbonell las Roques del Magí, en el camino de Vallespinosa a Pontils.

Àngela Llop

El señor, Rafael de Biure, ponía las normas y el alcalde las hacía cumplir. Los castigos  podían ser muy severos. Atados en la cepa, en medio de la plaza, con lo que habían robado al lado, un montón de días, para quedar avergonzados delante de los vecinos. La convivencia con los animales estaba controlada, el agua también, la caza, la tala de árboles… De hecho, prácticamente todo estaba controlado. 

Pero al mismo tiempo, este control, podía ser también un alivio para los vecinos, porque “quien la hace, la paga”. Arreglar caminos y  márgenes, era un trabajo, que afectaba a todos los vecinos del término, todos estaban obligados a hacerlo. Los caminos con las lluvias y las roderas de los carros, quedaban muchas veces intransitables y había que arreglarlos, era importante no quedar aislados. 

Los márgenes también eran importantes, porque aguantaban la tierra de los ribazos, y además, si caían las piedras en los caminos, impedían el paso de los carros, de los animales y de las personas. Y no se podían labrar los caminos. Algunos campesinos de hoy en día tienen suerte de no tener cerca al señor Rafael de Biure de Vallespinosa, porque hay caminos que de un día para otro desaparecen, pasando a formar parte del pedazo del campesino que lo ha labrado. 

En aquella época había que mantener la comunicación con los pueblos vecinos o más lejanos, para facilitar la ida y venida a los mercados y ferias, tan importantes en aquellos años, donde tanto se iba a comprar como a vender: A comprar: alpargatas, tela para hacer la ropa, bacalao, congrio y arenques… A vender: hortalizas del huerto, animales, huevos, pieles…

Ampliar El pueblo de Vallespinosa.

El pueblo de Vallespinosa.

Àngela Llop

Los vecinos de Vallespinosa debían de ir al mercado de Santa Coloma de Queralt, que era el mercado más importante de la zona, era siempre en los lunes, como lo es todavía hoy en día. Y también en las ferias que se celebraban, en primavera y en otoño. La tala de árboles siempre estaba muy castigado, porque los árboles: los frutales, los nogales… 

Eran una fuente de alimentos muy importante, en unos años donde había períodos de hambruna debido a malas cosechas y sequias, y entonces era imprescindible contar con estos recursos. En tiempos de bonanza, seguían siendo necesarios, porque no dejaban de ser un complemento a una alimentación siempre escasa. 

Cuando había guerras, o razias, o enfrentamientos entre grupos de bandoleros de diferentes zonas, para hacer el máximo daño a los contrincantes, siempre les cortaban los árboles y los viñedos. El mal era irreparable, sabían lo que hacían, ya que el crecimiento de los árboles y de los viñedos es lento, y se necesitan varios años antes de que se pudieran disponer de los frutos. 

También sorprende las prohibiciones de cazar. Cuando los campesinos de la zona, tanto de los pueblos como de las masías eran prácticamente todos cazadores. 

Sorprende las prohibiciones de cazar. Cuando los campesinos de la zona eran prácticamente todos cazadores

Era sin duda en muchos casos un suplemento en su alimentación, y una fuente importante de ingresos al vender las pieles de los animales cazados y los propios animales en el mercado de Santa Coloma.

Pero en 1900, los descendientes de Rafael de Biure mantenían la prohibición de cazar, se debía a que querían cobrar un tanto por dejar cazar, ya que se nos dice que no se podía cazar sin el permiso del señor. Teresa Forner es de Vallespinosa, vivió allí hasta que se casó. Preguntándole si quedaba algún nombre de los que salen en la historia escrita de 1607, comenta que sí, que los bosques de Coma de Vaques todavía se llaman así, y están hacia la esquina del camino que va hacia Pontils. 

De los bosques de las Ortigues no sabe nada, nunca los ha oído nombrar, pero asegura que muchas zonas de Vallespinosa estaban llenas de ortigas. 

De la balsa de la Parellada tampoco la ha oído nunca. Fuentes y balsas había dos, que todavía están ahora, la fuente y la balsa-lavadero de abajo el pueblo, y la fuente y la balsa-lavadero que hay en la zona de las Eras, la zona que hay antes de tomar el camino que va al pueblo, una zona amplia, donde estaban las eras y los huertos, y donde hay algunas casas. Teresa ya temblaba siendo joven, cuando le hacían ir a lavar la ropa a la balsa que está más cerca del pueblo, porque estaba muchas veces toda helada, y tenían que romper el hielo, y las manos se les helaban. Esto todavía ocurría en los años 60 del siglo XX.

Ampliar Lavadero cerca de Vallespinosa.

Lavadero cerca de Vallespinosa.

Àngela Llop

Coma de Vaques era el nombre de unos bosques del señor feudal, como ya hemos comentado, y es también el nombre del torrente que pasa a los pies del pueblo. También la casa que fue construida por los Biure-Margarit en 1774, llevaba el nombre de Coma de Vaques. La casa tiene en la fachada principal el escudo de los Biure. Actualmente es llamada “masía de las Eras” y también “cal Nicolau”. 

Rafel de Biure tenía casa en Tarragona y en Barcelona, pero vivía también durante largas temporadas en el castillo de Vallespinosa, con su esposa, su hija, y la hermana de él, a quien tenía en gran estima. Vallespinosa era importante para ellos, pagaban las obras de la iglesia del pueblo, encargaban retablos, y tenían allí las tumbas de la familia, y era aquí donde estaban enterrados. 

Rafael de Biure era quien imponía las leyes, y quien lo controlaba todo. Tenía hombres de confianza, que habían sido criados personales, y en el castillo vivían otros criados y criadas, el cocinero y un esclavo. 

Rafel de Biure tenía casa en Tarragona y en Barcelona, ​​pero vivía también largas temporadas en el castillo de Vallespinosa

Y los campesinos que trabajaban los campos, los viñedos, los huertos, y arreglaban caminos y márgenes, debían tener armas por si debían defender a los señores, al castillo, al pueblo y a sus propias familias. 

No debía ser fácil la vida en Vallespinosa en los siglos XVII al XIX. Ni tampoco lo era en los años 50 y 60 del siglo XX, cuando vivía Teresa Forner.

La biografía de Rafael de Biure es la trayectoria del más genuino señor-bandolero de las comarcas meridionales catalanas, principalmente del Campo de Tarragona. Hijo de Gaspar de Biure y de Anna de Montserrat, de su padre heredó todo el patrimonio baronial, y de su madre y abuelo (el próspero comerciante Francesc de Montserrat, una considerable fortuna. 

Huérfano de padre a muy temprana edad, se sometió a la tutoría de su tío Melcior (canónigo de la seo tarraconense, arcediano de Sant Lorenzo y uno de los personajes más ricos de la ciudad), hasta los veintiún años (1591). 

En abril de 1593 concertaba una concordia con su madre para acceder, no tan sólo a la propiedad de la herencia dineraria de su abuelo (compuesta básicamente de censales), sino también al usufructo que ésta se había reservado. 

Todo este patrimonio fue aumentado en 1603 con la compra en subasta pública y a mitad de precio de la baronía de Preixens, para lo cual previamente contó con la colaboración de cercanos parientes dentro de la Diputación del General (el tío de su esposa, Bernat de Cardona, presidente de la Diputación, y el cuñado Galceran, asesor de la misma). 

Despojados de su baronía, los Espés, pleitearon tan insistente como inútilmente contra Biure. Además de Preixens, en 1614 adquirió las carlanías de Pontils y de Santa Perpetua de Gayá.

Ampliar Escudo de Rafael de Biure y de Montserrat, Barón de Aguilar, situado en Vallespinosa.

Escudo de Rafael de Biure y de Montserrat, Barón de Aguilar, situado en Vallespinosa.

Àngela Llop

Si en algo destacó Rafael de Biure, como buen señor-bandolero, fue en la cantidad de enemigos que se creó y en la enconada resistencia que presentó ante todos ellos. Por causa de dos elevados censales que vendió al Concejo de Tarragona en tiempos de crisis (1591), se concitó su odio por especulador, y tras numerosos incidentes a lo largo de los años, en 1611 el somatén tarraconense le asaltó y registró el castillo de Vallespinosa, y en venganza, Biure acudió el día de santa Tecla (fiesta mayor en Tarragona), con algunos fadrines que pronto trabaron un tiroteo con el somatén local, causando algunas muertes. 

Interpuso, además, demanda en la Real Audiencia, a consecuencia de la cual, el cónsul primero de Tarragona, a la sazón en Barcelona, fue encarcelado. Biure se vio obligado a abandonar la ciudad e instalarse en la capital catalana. 

Su más sonado pleito fue, con todo, contra la Orden de San Juan de Malta (1596-1624), por la plena jurisdicción de Vallverd, llegando a desarrollar una auténtica guerra internobiliar, en la que se asaltaron sus feudos de Vallespinosa y Vallverd, se detuvo y encarceló a gente y se trabaron peleas y múltiples actos de sabotaje. 

En 1617 cesaban las hostilidades con una concordia a través de la cual se liberaban los prisioneros hechos por ambas partes, y se atenían a una sentencia que, finalmente, benefició a los sanjuanistas. 

Otra de las refriegas que afrontó Biure fue contra la villa de Agramunt, cuyos ganaderos atravesaban sus recién adquiridas tierras en Preixens. 

Otra de las refriegas que afrontó Biure fue contra la villa de Agramunt, cuyos ganaderos atravesaban sus tierras

En una ocasión (1627), capturó los ganados que las atravesaban, y el veguer de Agramunt juntó diversos somatenes comarcanos y dio asalto al castillo, llevándole preso a Barcelona. 

Por vía exclusivamente judicial, Biure mantuvo diversos pleitos contra, los Cardona- Rocabertí, por la baronía de Sant Mori (desde 1613); los Pons, por la baronía de Artesa; el Monasterio de Montserrat, por el onceavo de los réditos de dicha villa (desde 1617); el concejo de Maldà (desde 1618), por censales; y los Despalau (desde 1619), por la mitad de la baronía de Gelida. Rafael de Biure se casó en 1596 con Agnès de Cardona-Rocabertí y Sunyer (muerta en 1621), hija de Jaume de Cardona, barón de Sant Mori, y de Rafaela de Sunyer, de quien tuvo una sola hija, María. De una mujer desconocida fue padre de un hijo natural, Arnau. 

Su sucesor fue su yerno Josep de Margarit (1602-1685), a quien asoció al patrimonio de su casa en 1620. La casa Margarit heredó todas las propiedades de Rafael de Biure; también los pleitos, algunos de los cuales se dilataron hasta la extinción en el siglo XIX de la familia y del régimen baronial.

  • Ref. Vallespinosa (Tarragona), 1570 – Barcelona, 15.V.1634. Señor-bandolero catalán. Documento localizado por Mariano Carbonell i Buades, y transcrito por Joan Fuguet Sans. (libro de la alcaldía de Vallespinosa (1591-1753) del Archivo de Protocolos de Barcelona.

Los Cervelló, barones de Querol-Montagut, en la Edad Media

Cuarto fragmento

“Respecto a la datación de este interesante documento, cabe decir que hay conocimiento a través de la obra de Lluís Maria Figueras, pero este autor comete el error de atribuirlo al año 1209. De entrada, esta conveniencia es un traslado posterior, como bien dice al encabezamiento: ”Hoc est translatum fideliter ...“ y que lleva la fecha de “V Kalendas marcii anno Dominio MTCC” VIIII“, que se corresponde con el 24 de febrero del año 1210, ya que está fechado siguiendo el año del Señor”. 

Otro argumento que justifica la nueva fecha que proponemos y que encontramos más correcta es la filiación de Guerau Alemany, que en documento aparece firmando con su esposa Saurina. Esta dama es Saurina de Camarasa, del linaje de los Cardona, casada con Guerau Alemany IV de Cervelló, el cual era señor de los lugares mencionados entre los años 1131 (fecha de la muerte de su padre Guerau Alemany III) y en 1167, que fue el de su muerte. 

Sin embargo, Guerau de Jorba fue un noble bastante conocido del que conocemos su testamento y sabemos que murió el año 1185; por tanto, ninguno de los personajes mencionados podía haber suscrito una convivencia fechada en el año 1209 como sostiene Figueras. 

Parece que el propio Guerau de Jorba, posesor a su vez de varios dominios, no pudo cumplir con el deber de guarda y custodia del castillo de Montagut, por lo que se vio obligado a subencomendarlo a Guillem de Montagut el 17 de junio de 1160. En el texto de esta nueva conveniencia se hace referencia al anterior que firmaron el propio Guerau de Jorba con Guerau Alemany IV de Cervelló y Guillem de Montagut, su esposa Berenguera y sus hijos recibieron la encomendación de los castillos de Montagut y Pinyana. 

A cambio obtendrían la mitad de los diezmos que recaudaba Guerau de Jorba (según la invita que firma con Guerau Alemany IV), así como la mitad de los pleitos, intestados, homicidios, cogucias, trobes y lexius; la tercera parte de pernios y derechos de moler de los castillos como lo mismo recaudaba y retenía. También le da el “seniorivum et districtum et mandamentum et stacamentum “sobre los habitantes de los castillos excepto sobre el alcalde de Guerau de Jorba, reteniendo los derechos de fragua local y las queístas. También les da los cuarteles de bestias selváticas. 

Por su parte, Guillem de Montagut se comprometió a ser su hombre fiel como corresponde y a seguirlo en el huésped y cabalgata, tanto en sus tierras como fuera, con los hombres armados de los castillos. En el mismo pergamino consta el juramento de fidelidad hecho por Guillem de Montagut en Guerau de Jorba el 23 de julio del mismo año.

Con estas dos convivencias queda bien clara la situación de los Sitios. Por un lado, el señor superior es Guerau Alemany IV de Cervelló, después tenemos Guerau de Jorba como en castellano y en la base se sitúa a Guillem de Montagut como a castillo. 

Hay noticias de estos tres personajes actuando juntos en un documento de 2 de junio de 1160, por el que hicieron donación al monasterio de Santas Cruces de las tierras donde se estableció definitivamente el monasterio, que estaban en el término del castillo de Montagut. 

La donación fue posteriormente confirmada el día 8 de agosto. Retomando la figura del hijo tercero de Guerau Alemany IV, Ramon Alemán de Cervelló, éste fue un personaje importante. 

Hombre de confianza de Pedro y después de Jaime y, vasallo y seguidor de los Montcada, participa a su lado en las luchas durante la minoría de Jaime I. Según el Libro de los Feyts, estaba presente en la reunión en casa de Pere Martell donde se decidió la conquista de Mallorca. 

Con Guillermo de Claramunt firma el acta de promesa de reparto de la isla, y todos dos aportaron a la empresa treinta caballeros propios con sus peones. Participa en la batalla de Portopí donde murieron los Montcada y en la toma de la ciudad de Mallorca, y recibió como recompensa un lote de doscientas cinco caballerías a repartir con Guillem de Claramunt. 

Murió en 1229, víctima de la peste, al igual que su sobrino Guerau vino, varón de Cervelló, y su cuerpo fue enterrado en Santes Creus en el año 1285. 

Por su testamento firmado el 14 de junio de 1229, antes de partir hacia Mallorca, sabemos que estaba casado con Gueraua de Cervera y deja numerosos hijos e hijas, entre los que destacan Berenguer Alemany, a quien deja de forma vitalicia Font-rubí i Pinyana; Hugo Alemán, señor de Pinyana; Guillermo II, que con el tiempo se convirtió en barón de Cervelló por extinción de la línea legítima, y Ramón Alemán, el heredero universal, que murió con su padre en Mallorca censo dejar descendencia. Por tanto, el patrimonio se centraliza en dos ramas del mismo linaje. 

Por un lado, Guillermo II, el hijo mayor superviviente, hereda de la su prima sobrina Felipa I (muerta hacia 1235), hija de Guerau vino, la baronía de Cervelló y, por otra, la estirpe del Hugo Alemán (muerto entorno al año 1274), señor de Pinyana, representada por su hijo Guillem III (muerto el año 1323), que se convertirá en señor de Vilademager, Pontils, Selmella, Montclar, Foix y Miralles. 

Guillem II participa en el sitio de Valencia en 1238, donde jura los tratados de capitulación. Asistió a las Cortes catalanas de 1251. A las luchas nobiliarias forma parte de la coalición formada en torno a Alvar de Urgell contra Jaime I hasta 1260, pero una vez reconciliado con el rey forma parte de su séquito. En 1262 funda un hospital de peregrinos y caminantes en Olesa de Bonesvalls. Estaba casado con Alemanda de Cabrera, llamada también Ramona Galbors, desde el año 1246. Hizo testamento el 29 de abril de 1262, aunque no murió hasta 1274. 

Según este documento, escogió sepultura en Sant Cugat, y después de mencionar a sus hijas Gueraua, Marquesa y Guillema, distribuyó la su herencia de la siguiente manera: a su hijo Alemán deja los castillos de Querol y Montagut como feudo de su hermano Guerau; a los su hijo Hugo, cien morabatinos de oro para que hiciera carrera eclesiástica; y, finalmente, a su hijo Guerau le nombra heredero universal, dejándole la baronía de Cervello y los castillos de Foix, Vilademager, Miralles, Santa Perpetua y Pontiles".

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