La palabra tiene un museo en Quero, Toledo, y un día internacional, hoy, que busca fomentar el diálogo y la paz entre las naciones del mundo. Algo falla porque esa idea tan sensata de que el diálogo puede instalar la armonía universal no acaba de arrancar. Ni tiene ninguna pinta de que lo haga ni tarde ni temprano.
¿Será que el dominio de la palabra se ha convertido en algo tan random como lo es el uso de ese comodín para señalar algo aleatorio? ¿Por qué lo complicamos todo? ¿Por qué ahora todo es random y nada es aleatorio? ¿Tan difícil es nombrar las cosas por su nombre? Debe de serlo. Yo misma llevo toda la vida insistiendo en que me llamo Margarita, Margarita hasta el final. Y a los que se empeñan en reducirme a Marga, ¡hasta Lala me han llamado!, les suplico que si no pueden con todas y cada una de las nueve letras de Margarita vayan directamente a por el Puig, de cuatro, mucho más corto.
Mi querido Sergio Heredia, que nunca se atrevería a serrar mi nombre, se divierte como un loco cuando me enfado con eso. No te enojes, hija de Puig, me calma, y nos partimos de la risa. Pero la verdad es que no hace ninguna gracia comprobar que cada vez se habla y se escribe menos: más recortado y patéticamente acelerado. Todo por ganar tiempo. ¿Ganar tiempo para qué? ¿Para disparar más en Brawl Stars ? ¿Para janguear, perrear e ir más de party ? ¿Para no tener que pronunciar, por no teclear hasta el final? ¿Para no tener que pensar más de la cuenta? Y pasa, me temo, en cualquier idioma de modo que su riqueza y sus grandes palabras van cediendo terreno a un absurdo lenguaje semiuniversal que algunos ya han bautizado como el esperanto de los idiotas.
Aquí las palabras que de verdad tiran (y no solo entre los jóvenes) ya no son ni catalanas ni castellanas. Más allá de hipérbole y el obvio o obvi (por obviamente : Stephen King, que siempre dice que de adverbios está empedrado el infierno, puede estar contento) y cuatro más que se han puesto de moda, hay una invasión de acrónimos anglosajones que asusta.
LOL es el me troncho de risa, por lo de laughing out loud. POV, punto de vista, point of view. BAE, before anyone else, mi número uno. IDK, I don’n know, ni idea. DM, direct message, por privado. ILY, I love you, el te quiero de toda la vida. Y NSFW, por not safe for work, refiere a un contenido inadecuado. Mucho peor es la tromba reggaetonera jangueante, perreante y para irse de party que ahora manda en el mundo y construye el esperanto más indeseado. Este esperanto de los idiotas.