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¿Adivinas cuáles son las 15 ciudades españolas patrimonio de la humanidad?

Ponte a prueba

Son localidades que atesoran impresionantes cascos antiguos cuya riqueza les ha reportado el reconocimiento internacional

Una de las calles del casco antiguo de Cuenca

Ciudades Patrimonio de la Humanidad

España cuenta con ciudades y pueblos de valor histórico incalculable; localidades diseminadas por todo el territorio muy distintas entre sí, pero con un denominador común: atesoran impresionantes cascos antiguos cuya riqueza les ha reportado el reconocimiento internacional. Su conservación y el de sus monumentos, la protección medioambiental y su belleza ha llevado a la Unesco a incluirlas en el catálogo de ciudades patrimonio de la humanidad.

Algunas de ellas, tal vez sin saberlo, están cerca de casa. Y es que 15 ciudades -todas ellas agrupadas en la asociación de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España- cuentan con este privilegio que es a su vez una gran responsabilidad. ¿Sabrías de qué urbes estamos hablando? Te invitamos a descubrirlas.

Alcalá de Henares

La Universidad de Alcalá de Henares

Celia Arnelas / Getty Images/iStockphoto

Ciudad culta donde las haya, Alcalá de Henares -la ciudad natal de Manuel de Cervantes- puede presumir de poseer uno de los mayores patrimonios históricos, culturales y artísticos de la península Ibérica, especialmente del Siglo de Oro. Situada a 35 kilómetros de Madrid, sus orígenes se remontan a la época celtíbera y cuenta con importantes yacimientos romanos y un excelente entramado urbano medieval en el que convivieron las culturas judía, cristiana y musulmana. Las construcciones renacentistas y barrocas lucen como nunca, destacando especialmente su universidad .

Ávila

Las murallas de Ávila en plena noche

Getty / Getty

Ávila, cuna de Santa Teresa de Jesús es una auténtica caja de sorpresas. Y es que pasear por el recinto amurallado mejor conservado del mundo, con casi dos kilómetros y medio de longitud y 90 torreones ofrece sensaciones increíbles. Sus edificios religiosos monumentales y calles medievales repletas de encanto, con la catedral -proyectada como templo y fortaleza-, la basílica de San Vicente, el convento dominico o los hornos postmedievales son todo un regalo en una ciudad que el paisaje urbano y natural logran una comunión perfecta.

Baeza

Baeza (Jaén). Palacio Jabalquinto

MATTES René / Getty

Baeza es -junto a Úbeda- probablemente la ciudad más desconocida de las 15 que forman parte del patrimonio español. Situada en el centro de la provincia de Jaén, a poca distancia del parque natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, es la capital occidental de la comarca de La Loma. Su ubicación en lo alto del “Cerro del Alcázar” ha permitido conservar restos de yacimientos y asentamientos urbanos desde épocas prehistóricas, ibérica, romana y musulmana. Es especialmente significativo su conjunto monumental civil y urbanístico del siglo XVI, uno de los más característicos de España.

Cáceres

Cáceres

Andrea Pistolesi / Getty

Con un hermoso casco antiguo de empinadas y estrechas calles empedradas, Cáceres es una urbe de tamaño mediano -no alcanza las 100.000 almas- habitada ya desde los tiempos del paleolítico superior, con uno de los conjuntos urbanos medievales y renacentistas más completos del planeta. Es una villa universitaria viva y llena de actividad cultural en la que el viajero se siente como en casa.

Córdoba

Puente romano de Córdoba, con la mezquita al fondo

Gtres

La mezquita-catedral y la fiesta de los patios cordobeses -ambos declarados patrimonio de la humanidad por méritos propios- son sin duda dos excelentes cartas de presentación de una de las ciudades más antiguas del Viejo Continente. Enclavada en un entorno idílico, a orillas del Guadalquivir y a los pies de Sierra Morena, representa una extraordinaria simbiosis de Oriente y Occidente. Su patrimonio atesorado a lo largo de dos milenios está presente en forma de murallas, conventos, templos, puentes y casas señoriales.

Cuenca

Casas colgantes de Cuenca

pabloarias imágenes / Getty

La imagen más icónica y bella de la ciudad manchega la regalan sus casas colgadas, tres pequeñas viviendas restauradas que se asoman al abismo. Sin embargo, Cuenca es mucho más: su casco antiguo y los barrios que lo rodean conservan idéntica fisonomía desde hace siglos. Conventos de clausura, casonas blasonadas o una preciosa plaza Mayor presidida por el edificio del Ayuntamiento soportado en arcos son sólo algunos ejemplos. Se impone pasear por callejuelas y plazas mientras retrocedemos en el tiempo.

Eivissa

Eivissa

Marco Simoni / Getty

Aunque hoy muchos la conozcan por sus espectaculares playas y paisajes y su afamado ambiente nocturno, lo cierto es que Eivissa -Ibiza- es mucho más. El verdadero encanto de la ciudad está en la huella de las civilizaciones que han recalado en ella durante siglos, gracias a su situación estratégica a orillas del Mediterráneo. Y es que Eivissa es uno de los pocos rincones de todo el mundo que cuenta con cuatro elementos patrimonio de la humanidad: al recinto amurallado del siglo XVI que envuelve la ciudad antigua con la catedral y el castillo-almudaina en la cumbre, hay que añadirle el yacimiento de Sa Caleta, la necrópolis de Puig des Molins y la posidonia oceánica.

Mérida

Teatro romano de Mérida

iStockphoto

¿Sabías que la capital extremeña fue fundada en el año 25 a.C con el nombre de Emerita Augusta por el emperador Octavio Augusto como regalo a los legionarios victoriosos en las durísimas guerras cántabras? La ciudad se convirtió en la capital de la provincia romana de Lusitania, por lo que no es de extrañar que Mérida todavía conserve en un magnífico estado de conservación extraordinarios testimonios de su esplendor, como el teatro, el anfiteatro, los templos, el circo o los acueductos.

Salamanca

Panorámica de Salamanca

Matteo Colombo / Getty

La ciudad dorada , nombre con el que es conocida la capital salmantina, evoca el espíritu de Miguel de Unamuno y la sabiduría de fray Luis de León. Considerada la urbe renacentista española por excelencia, puede presumir de sus espectaculares construcciones, como su centenaria universidad, que data de 1218. Sus palacios, como la Casa de las Conchas, sus dos catedrales -la vieja y la nueva-, o el puente Mayor de Tormes son junto a la plaza Mayor, construida en el siglo XVIII y convertida en todo un emblema barroco, algunas de las maravillas de Salamanca.

San Cristóbal de la Laguna

Una calle de San Cristóbal de la Laguna, con la iglesia de la Concepción al fondo

Marek Stepan / Getty Images

Apenas un cuarto de hora -11 kilómetros- separan Santa Cruz de Tenerife de San Cristóbal de la Laguna, una pequeña distancia, pero una gran sorpresa para quienes no conocen de antemano esta hermosa localidad, ejemplo único de ciudad colonial no amurallada. Situada en el interior de la isla -lo que la libraba de los saqueos de los piratas-, fue fundada en 1497 por el adelantado don Alonso Fernández de Lugo y nombrada capital del cabildo tinerfeño. De calles adoquinadas y salpicada de templos -vale la pena acercarse hasta la catedral y la torre de la iglesia de la Concepción-, conventos y museos, como el de historia de Tenerife, en San Cristóbal el visitante respira cultura.

Santiago de Compostela

Santiago de Compostela

Jon Arnold Images / Getty

Para algunos es el final de un largo camino y para otros es el punto de inicio de una nueva experiencia, pero con seguridad, la capital gallega no deja indiferente a nadie. Y es que Santiago es, junto con Jerusalén y Roma, una de las tres Ciudades Santas del Cristianismo, por lo que su patrimonio religioso -con la catedral como máximo exponente- es uno de los más importantes de Europa. Las calles de su casco antiguo son una auténtica joya. No en vano, desde 1985, esta parte de la ciudad está considerada patrimonio de la humanidad, un reconocimiento que también ha recibido el Camino de Santiago . Además de la catedral, en la plaza del Obradoiro, el auténtico epicentro, se encuentran las construcciones más emblemáticas: el palacio arzobispal de Xelmírez, el Hostal de los Reyes Católicos u Hospital Real –hoy convertido en parador nacional-, el Colegio de San Xerome, en la actualidad rectorado de la universidad, y el Palacio de Raxoi, que alberga el Ayuntamiento y la Xunta de Galicia.

Segovia

Acueducto de Segovia

Michael Zegers / LOOK-foto / Getty

En 1985 la Unesco, seducida por la belleza de su enclave, de su entorno, de sus edificios -como la catedral o el alcázar-, arboledas y calles incluyó a la antigua ciudad de Segovia y su acueducto romano en el listado de ciudades patrimonio, una decisión que tras un simple paseo se nos antoja más que acertada. Fuente de inspiración de grandes escritores de la lengua castellana, la ciudad, ávida de cultura, llena plazas y calles de actividades varias veces al año: conciertos como los de música sacra de Semana Santa o el Titirimundi, que llena los espacios de títeres y marionetas, son un pequeño ejemplo.

Tarragona

El anfiteatro romano de Tarragona, en una imagen de archivo.

ACN

La antigua Tarraco, capital de la Hispania Citerior y en su día una de las principales ciudades de la Hispania romana es uno de los pocos lugares del mundo, fuera de Italia, en la que podemos apreciar la espectacularidad de la civilización romana en todo su esplendor. Recorrer su conjunto arquitectónico -el anfiteatro, las murallas, sus foros, el acueducto...- es sumergirse en un viaje que nos permite retroceder dos mil años. Tarragona es capaz de sorprendernos también con sus construcciones medievales, su catedral gótica y sus edificios modernistas.

Toledo

Toledo

delreycarlos / Getty

Conocida como la ciudad de las tres culturas -la cristiana, la árabe y la judía-, la capital de Castilla-La Mancha cuenta con un patrimonio histórico en un excelente estado de conservación. Más allá del alcázar, pasear por las calles de Toledo se convierte en una auténtica clase magistral de cultura. Su casco antiguo conserva las calles estrechas y sinuosas de la edad media, que nos conducen a puntos estratégicos en los que se suceden construcciones como la mezquita del Cristo de la Luz, la sinagoga del Tránsito, la catedral o la iglesia de las santas Justa y Rufina.

Úbeda

Úbeda (Jaén). Hospital de Santiago

MATTES René / Getty

Asentada en el tramo alto del Guadalquivir y cruce de caminos entre el centro de la Península y Andalucía, Úbeda regala a cuantos la visitan uno de los conjuntos renacentistas más impresionantes del continente. Ente sus máximos exponentes destacan la espectacular plaza Vázquez de Molina y casi dos docenas de palacios y casa señoriales. Y es que la privilegiada situación de esta localidad jiennense de la comarca de La Loma rodeada de olivos -al igual que Baena- es un reflejo de la riqueza de la localidad especialmente durante los siglos XVI y XVII.

España cuenta con ciudades y pueblos de valor histórico incalculable; localidades diseminadas por todo el territorio muy distintas entre sí