¿Tu primera vez en Tenerife?
Escapada
Guía para descubrir la isla en un fin de semana
Este artículo es fruto de la colaboración entre La Vanguardia.com y Travelzoo
La isla de Tenerife es un destino todoterreno. Es decir, vale para todos los gustos. Naturaleza, familia, deporte, cultura, pareja, playa... Teniendo en cuenta que está situada a dos o tres horas en avión desde la Península, permite una escapada de fin de semana. Si a ello le añadimos que la temperatura media anual es de 23º, el destino ya resulta perfecto. Aquí te ayudamos a recorrerla de punta a punta.
Tenerife tiene dos aeropuertos: el del norte y el del sur. La zona norte se caracteriza por un paisaje más tropical y frondoso y sus playas son de arena negra, en cambio, en el sur, el clima es más caluroso y seco. Si lo que buscas es playa, tu destino es el sur. Tú decides.
A lo alto del Teide para empezar
Si dispones de poco tiempo para conocer Tenerife, hay una visita indispensable: el Teide, por lo que te recomendamos que empieces por aquí. Llegar y subir al Teide probablemente te llevará, como mínimo, medio día. Es una excursión que no puedes dejar de hacer. De algún modo, es como tomar el pulso a la isla.
Situado en el centro de la isla (no tiene perdida), es el tercer volcán en activo más alto del mundo y el pico más alto de España gracias a sus 3.718 metros de altura. Existe un teleférico que te llevará a 3.555 metros, aunque para llegar al cráter quedan unos 200 metros más. Para hacerlo, se necesita una autorización y estar un poco en forma, porque el último tramo se debe hacer a pie.
Los Gigantes y las piscinas naturales
Desde el Teide hasta Los Gigantes, en la costa oeste, hay una hora de camino. El paisaje está formado por majestuosos acantilados de hasta 600 metros de horizontalidad. A la altura de Santiago del Teide, es obligado el paso por Masca y el valle del Palmar hasta Buenavista del Norte. Ese es un punto ideal para senderistas, ya que pueden explorar el parque rural de Teno, atravesar el barranco de Masca (tiene vistas brutales del Atlántico), y ascender al Teno Alto.
Desde aquí, bordeando la costa norte, se llega rápidamente hasta las piscinas naturales de Garachico (un pueblo muy bonito, por cierto). Las piscinas se llaman el Caletón y son toda una curiosidad de la naturaleza. La lava que inundó el pueblo en 1706 dejó una serie de piscinas naturales de gran belleza. Cuentan con escalones, pasarelas y puntos de buceo en sus aguas cristalinas. Es un lugar ideal para ir con la familia, puesto que tiene todo tipo de servicios y el baño es seguro para los niños (cuenta con socorristas en verano).
Explorando la costa oeste
Siguiendo la costa, encontramos el parque del Drago, situado en Icod de Los Vinos, donde se levanta un árbol que podría tener unos 800 años (es uno de los árboles más singulares de España), y que además es uno de los símbolos de Canarias: mide 18 metros y su tronco tiene un perímetro de 20 metros. A los que viajen con niños les interesará saber que el Ayuntamiento recientemente ha puesto en marcha itinerarios ecológicos -de la mano de un guía experto- para facilitar el avistamiento, observación y reconocimiento de aves y reptiles canarios.
Otra recomendación es la Cueva del Viento, un tubo de lava volcánica de 17 kilómetros de pasadizos silenciosos que las erupciones del Pico Viejo del Teide formaron en la ladera norte de la isla, en el término municipal de Icod de los Vinos. Por cierto, desde allí hay una de las vistas más espectaculares del pico del Teide.
El valle de la Orotava
Una excelente manera de rematar cualquier atardecer es en el fabuloso valle de La Orotava. Está situado a escasos 25 kilómetros al este de Icod de los Vinos. El centro de su población está catalogado como conjunto histórico-artístico y monumental. Durante varios siglos fue el asiento de los palacios de las grandes familias de la isla. Ese carácter señorial se plasma en las fachadas de sus edificaciones. Vale la pena dedicarle una o dos horas paseando de arriba a abajo. Sus callejuelas contienen el extraordinario colorido que conservan las hermosas casas de la época de los primeros conquistadores.
Sugerimos curiosear por sus edificios religiosos y sociales. Se pueden visitar la iglesia de la Concepción, del siglo. XVIII, y la Casa de los Balcones, construida en 1632 con una balconada y un patio interior fabricados en madera labrada. La villa es acogedora para realizar compras y disfrutar de sus terrazas y restaurantes con cocina tradicional canaria (especialmente judiones y cochino negro).
Santa Cruz en 360º
Rumbo norte, a unos 35 kilómetros, un punto esencial de este viaje es Santa Cruz, la capital. Es aconsejable dar una vuelta a pie por los puntos más interesantes de la ciudad. Hay una zona peatonal cuya principal avenida es la calle Castillo. Desde aquí vale la pena visitar la iglesia de la Inmaculada Concepción, la plaza de España, el cuartel de Almeida, el mercado Nuestra Señora de África, la Rambla de Santa Cruz, el Museo de la Naturaleza y el Hombre, y el Auditorio de Tenerife. La playa de las Teresitas o el mirador de Ifara también son opciones a través de transbordos.
La Laguna, patrimonio de la humanidad
No muy lejos de Santa Cruz, a menos de media hora en coche, llegamos a San Cristóbal de la Laguna, una auténtica maravilla en la que historia y cultura van de la mano. Tiene un aire colonial único -por eso fue catalogada como patrimonio de la humanidad- que seduce rápidamente. Posee gran cantidad de iglesias, museos y conventos y un paseo por sus calles adoquinadas es una delicia.
La torre de la iglesia de la Concepción, el Museo de Historia de Tenerife, el obispado y la catedral, entre otros, son lugares en los que merece la pena hacer una parada. No nos olvidemos que para los amantes del shopping hay tiendas interesantes.
Un consejo antes de despedirse de La Laguna es probar el “barraquito” lagunero (café al que se le añade leche fresca y leche condensada al gusto, unas gotitas de licor, un trocito de corteza de limón y una pizca de canela en polvo).
De camino al sur hasta la Candelaria
De camino al sur de la Isla, Candelaria es una parada muy aconsejable. En este entrañable pueblecito se encuentra la basílica de la Virgen de Candelaria, patrona de Canarias. Las calles peatonales que recorren esta zona están llenas de tiendas en las que podrás encontrar el souvenir ideal de tu visita. El más buscado es una imagen de la virgen de Candelaria. De hecho, la morenita, como la llaman, es punto de encuentro de peregrinos procedentes de todos los rincones del mundo que, en la madrugada del 15 de agosto, llegan a la isla para venerarla.
Pueblecitos camino al sur hasta El Medano
Por la costa este de la isla hasta el sur hay unos 50 kilómetros, aproximadamente. Es interesante este trayecto, puesto que te tropiezas con pueblos con mucho encanto. Son tradición pura. Güimar y sus pirámides, Fasnia, Arico, Granadilla de Abona, San Miguel de Abona, Arona y la Playa de las Américas.
En Granadilla de Abona, hay que echar el freno en El Medano, una de las playas más populares de Tenerife, con su fina arena gris y la hermosa vista del cono volcánico de Montaña Roja. Por cierto, en uno de los tramos de la playa se cumplen las condiciones idóneas para practicar el windsurf y el kitesurf.
Nadar con tortugas en Adeje
Al final de la ruta hacia el sur nos tropezamos con Adeje. Una vez allí, hay que dirigirse al Puertito de Adeje, donde hay una micro reserva marina en la que tortugas verdes, caballitos de mar, cangrejos arlequín y otras especies nadan en libertad. Te colocas las gafas y el tubo de bucear, y al agua. Son 10 metros escasos de profundidad en la que se ven peces trompeta, estrellas de mar o peces arena.
Si viajas con niños, recuerda que cerca de aquí se encuentra Siam Park (considerado uno de los mejores parques del mundo). Los toboganes, piscinas, rápidos y demás atracciones están tematizados según el exotismo del antiguo reino del Siam (Tailandia).
Relax al final del viaje
Al final del recorrido en Costa Adeje, toca descansar en uno de los party spots más populares de Tenerife. Tiene una de las puestas de sol más espectaculares de Canarias. Cuando el astro rey se esconde tras La Gomera llega la fiesta. En ese sentido, El Papagayo Beach Club es una buena decisión: su ubicación es privilegiada para tomarse unos cócteles en primera línea de la playa, contemplar el horizonte, relajarse, escuchar música del DJ de turno y olvidarse del mundanal ruido.