Es la época del sakura, o lo que es lo mismo, la floración de los cerezos . Se trata de uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa y uno de los eventos más maravillosos que nos puede mostrar la naturaleza. Una belleza efímera que desaparece tras un breve período de tiempo en el que es casi imposible ver como se marchita su flor, un auténtico festival de color blanco y rosa.
Durante esta época los japoneses se dedican a disfrutar del hanami (hana/flor y mi /mirar), que significa ver las flores. Se reúnen con sus amigos y familiares bajo los cerezos para celebrar la llegada de la primavera. Y aunque este año las circunstancias impiden tales reuniones, no es necesario viajar a Japón para poder gozar de las imágenes que nos dejan estos maravillosos árboles en el país nipón.
La floración de los cerezos varía de año a año y es diferente en cada zona del país, pero suele empezar siempre desde el sur, en Kyushu, hacia el norte, siendo Hokkaido la última región en disfrutar de este fenómeno.
Tokio
Tokio es la capital del país y el lugar donde más temprano ha tenido lugar el sakura que empezó el 14 de marzo. Hay muchos lugares en los que observar los cerezos en flor, pero especialmente en los cinco siguientes son de gran belleza.
En Shinjuku Gyoen, el jardín nacional más grande de Tokio con 70 hectáreas, 1.000 cerezos, 1.700 flores y plantas tropicales, una galería de arte y un restaurante. Está situado entre los barrios de Shinjuku y Shibuya, y ofrece un oasis de paz y tranquilidad dentro de esta gran ciudad.
El río Meguro son casi 8 kilómetros de agua que pasa por varios barrios elegantes antes de desembocar en la bahía de Tokio, y en sus orillas peatonales se pueden ver 800 cerezos en hilera, una imagen que se vuelve increíble durante esta época.
Uno de los doce fosos del palacio Imperial, el Chidorigafuchi, está lleno de cerezos, además la zona se ha convertido en un bonito parque en el que se puede pasear y donde existe un pequeño embarcadero y un cementerio. Lo mejor es que se pueden alquilar pequeñas barcas a pedales para observar la floración desde el agua.
El parque de Ueno fue donado por el emperador Taisho a la ciudad de Tokio en 1924, y es uno de los más famosos de la ciudad. Tiene cerca de 30.000 metros cuadrados y cuenta con 8.000 árboles, de los cuales alrededor de 1.000 son cerezos. En el parque se concentran el Museo Nacional de Tokio, el Museo Oriental, el Museo Nacional de Ciencias, el Museo Shitamachi, el Museo Nacional de Arte Occidental y la Galería Metropolitana de Arte de Tokio, además del santuario Toshogu, varios templos y un zoo.
El parque Sumida, a lo largo del río Sumida, es uno de los mejores lugares para ver flores de cerezo junto al impresionante Tokyo Skytree en un crucero por el río.