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Vincennes, cárcel de filósofos, patíbulo de Mata-Hari

Castillos y palacios de la región parisina (2)

Esta fortaleza a las puertas de París llegó a ser la más grande de Europa durante la Edad Media

El castillo de Vincenne llegaría a ser la fortaleza más grande de Europa durante la edad media

David Baron / Wikimedia Commons

El castillo de Vincennes, a las puertas de París y cómodamente accesible en metro, se levantó en el mismo lugar donde el rey Luis VII, en el siglo XII, tenía ya un pabellón de caza. Los monarcas que le sucedieron, en particular Felipe Augusto y Luis IX, construyeron una fortaleza, que llegaría a ser la más grande de Europa durante la edad media, con un imponente torreón de 52 metros. A Carlos V, que nació en Vincennes, le gustaba vivir en esa torre, un auténtico búnker. El castillo fue residencia de los reyes de Francia hasta que la corte se trasladó a Versalles.

Uno de los lugares más extraordinarios en Vincennes es la Santa Capilla, una copia de la que existe, con el mismo nombre, en el centro de París, cerca de la catedral de Notre Dame. Esta construcción, de estilo gótico y con espectaculares vitrales, se prolongó durante casi doscientos años. El objetivo era que albergara las reliquias de la pasión de Cristo.

La Santa Capilla, de Vincennes, una copia de la del centro de París

PocholoCalapre / Getty Images/iStockphoto

En 1788, Luis XVI puso en venta Vincennes y otros châteaux para hacer frente a su difícil situación financiera. En sus instalaciones se montó una industria de porcelana, una fábrica de armas y un convento de monjas.

El castillo ganó notoriedad por ser utilizado durante mucho tiempo como prisión de Estado para reos de renombre. Allí estuvieron recluidos escritores y filósofos como Diderot, Voltaire, el marqués de Sade y el conde de Mirabeau. Después de la revolución de 1848, numerosos republicanos, como Barbès, Blanqui y Raspail, cumplieron allí condenas.

Durante la época napoleónica, el 21 de marzo de 1804, fue fusilado en el foso de Vincennes el duque de Enghien, acusado de traición y de conspirar contra Bonaparte. Fue un episodio que tuvo mucho impacto. Una columna recuerda aquel ajusticiamiento. Sobre ella está escrita, en latín, esta frase: Hic cecidit (aquí cayó).

En 1964, el presidente Charles de Gaulle barajó la idea de abandonar el Elíseo para instalarse en Vincennes

A Enghien, que tenía 31 años, lo capturaron en Alemania y lo trasladaron a París para ser juzgado. El proceso fue un mero simulacro, pues su suerte estaba decidida de antemano. Tras ser condenado a muerte, fue conducido ante un pelotón de ejecución a las tres de la mañana. El duque expresó, como último deseo, ver y hablar con Napoleón. No se atendió su petición, ni tampoco que pudiera escribirle una carta. Enghien solicitó entonces que, al menos, por honor, le autorizaran a dar él mismo la orden a los ocho soldados que iban a dispararle. La respuesta fue no. “¡Cuán horrible es perecer en manos de los franceses!”, exclamó. Como último acto de rebeldía, cuando el oficial había ordenado ya abrir fuego, Enghien gritó: “¡Apuntad al corazón!”

Unos años más tarde, en 1815, en el declive final de Napoleón, Vincennes fue protagonista de una defensa numantina, a cargo del general Pierre Daumesnil. Asediado por las tropas rusas y prusianas, que pretendían apropiarse del arsenal de la fortaleza, Daumesnil y menos de 200 hombres se negaron a rendirse y resistieron durante más de cinco meses. Al final, por órdenes de Luis XVIII, aceptaron capitular, aunque salieron enarbolando la bandera francesa.

Durante el siglo XIX, se agregaron a Vincennes jardines de estilo inglés y se realizaron obras de restauración. Napoleón III donó el bosque adyacente, de casi 10 kilómetros cuadrados, a la ciudad de París para que fuera un parque público.

Bosque de Vincennes

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En el siglo XX, Vincennes volvió a ser testigo de acontecimientos dramáticos. El 15 de octubre de 1917, durante la Primera Guerra Mundial, fue fusilada en el polígono de tiro del castillo la espía holandesa Mata Hari. Al principio de la II Guerra Mundial, la fortaleza albergó durante un corto periodo el cuartel general del Estado Mayor, con Maurice Gamelin al frente. Su tarea era evitar una invasión alemana que se acabó produciendo. En agosto de 1944, tres divisiones de las SS hitlerianas que se habían retirado de Normandía se atrincheraron en Vincennes. Las fuerzas nazis ejecutaron allí a treinta rehenes. Durante la liberación de París por las fuerzas aliadas, las tropas alemanas, antes de huir, destruyeron tres depósitos de armas. El incendio subsiguiente se prolongó durante una semana y causó enormes daños.

En 1964, el presidente Charles de Gaulle barajó la idea de abandonar el Elíseo para instalarse en Vincennes. Al general le parecía que el Elíseo estaba demasiado céntrico y era un lugar pequeño y poco apropiado para la jefatura del Estado. Finalmente se cambió de idea.

Castillo de Vincennes

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