En el Salón del Automóvil Frankfurt de 1963 -hace 60 años-, NSU presentó el revolucionario Spider. El coche no sorprendía por sus líneas, que se correspondían al Prinz coupé, sino por su mecánica. El motor convencional había sido sustituido por uno rotativo Wankel, denominado así porque era obra de Fritz Wankel.
Muchos vieron en ese propulsor una gran opción de futuro. Tanto es así que numerosas marcas pagaron royalties por la patente e investigaron sobre esta motorización. Mercedes, Rolls-Royce, Citroën, Alfa Romeo, Audi, Chevrolet, Nissan, Ford, Suzuki o Toyota probaron este tipo de propulsor e incluso Sbarro lo instaló en un Porsche 914.
Mercedes lo usó como estrategia de marketing
Algunos mostraron prototipos, como el Aerovette de G.M. Otros, como Citroën -además de NSU, por supuesto- lo comercializaron en pequeñas series. Pero la mayoría solo lo estudió e hizo algunas pruebas, llegando a instalarlo en alguno de los modelos que fabricaban. O lo usaron como estrategia de marketing, como hizo Mercedes con el C111.
MAN analizó su viabilidad para los camiones, con una versión diésel. Perkins trabajó en ellos y también en motores náuticos con una potencia de hasta 4.500 CV.
Pero todo se fue el garete a principios de la década de los 70. Había problemas de fiabilidad -o de duración, si lo prefieren: a los 40.000/45.000 km ya había que comenzar a cambiar algunas piezas- y sobre todo consumían más que un motor convencional. La crisis del petróleo y las normas sobre emisiones hicieron el resto.
El NSU Ro 80 no logró las ventas esperadas (menos de 40.000 coches en 7 años) y la marca fue salvada de la quiebra por Audi
El NSU Ro 80 no logró las ventas esperadas (menos de 40.000 coches en 7 años) y la marca fue salvada de la quiebra por Audi, que hizo pruebas con el motor instalándolo en una carrocería del Audi 100 para dar vida al Audi 200. Sin embargo, la versión comercial acabó montando un motor convencional de 5 cilindros.
Solo los japoneses de Mazda preservaron esta vía. Hasta hace una década, el Mazda RX-8 ha sido el ejemplo de un gran y peculiar deportivo con motor Wankel, "el último mohicano". Pero dejó de venderse hace 11 años.
Ahora, Mazda ha lanzado el MX-30 R-EV, un híbrido enchufable que recurre a un pequeño motor Wankel como unidad térmica, pero exclusivamente para recargar la batería. Más que un híbrido es casi un ‘eléctrico de autonomía extendida’
Un motor más pequeño y ligero
Las ventajas del bloque Wankel son claras. Tiene menos piezas (no precisa pistones ni bielas, tampoco válvulas ni árbol de levas), es más pequeño y ligero, así como la lubricación es por ‘mezcla’ de gasolina y aceite, como en las motos de 2 tiempos. Asimismo, no solo ofrece un buen nivel de potencia y par sino que también es suave de funcionamiento.
Se trata de un rotor de forma triangular pero con los lados curvos, que gira dentro de una carcasa fija ovalada. El rotor, al girar sobre un eje excéntrico, va arrastrando la mezcla de combustible y configura cámaras de combustión de diversos tamaños para ofrecer los ciclos típicos de 4 tiempos: admisión, compresión, explosión y expulsión o escape.
Mazda fue la única firma automovilística que apuesto por estos bloques y los preservó más tiempo
Algunas patentes datan de 1925 pero fue en 1951 cuando Felix Wankel comenzó a desarrollarlo. Fichado por NSU, los ingenieros de la compañía trabajaron para convetir la idea en algo práctico. El primer motor NSU ofrecía de 21 CV, todavía con un solo rotor y la carcasa que también giraba -luego se optó por una fija-.
Mazda, que se había interesado por la tecnología desde el inicio, mostró en 1964 motores de dos y tres rotores, más potentes. Sería la única firma automovilística que preservaría estos bloques hasta nuestros días.
Todo hubiera quedado quizás en anécdota si en 1967 NSU no hubiera dado un paso de gigante con la berlina NSU Ro 80. Una berlina de alta gama, muy avanzada en su tiempo tanto por su línea como por su tecnología, que fue elegida ‘Coche del Año en Europa’.
Era de tracción delantera, tenía suspensión independiente en las cuatro ruedas y frenos de disco asistidos. Su motor, construido por Comotor (empresa conjunta de Citroën y NSU), montaba dos rotores y desarrollaba 115 CV. Citroën lanzó asimismo al mercado dos modelos con bloque rotativo, entre ellos una versión del GS con este propulsor.
Citroën lanzó al mercado dos modelos con bloque rotativo, entre ellos una versión del GS con este propulsor
Al mismo tiempo, Mazda lanzó en Japón el Cosmo, un deportivo con motor rotativo. Mazda fue el gran impulsor de este tipo de motorización, resolvió algunos de sus problemas y ha fabricado más de 2.000.000 de vehículos movidas por esta mecánica. Incluso la ha empleado con éxito en competición. Un Mazda 787 B, con un bloque de 4 pistones rotativos y 700 CV ganó las 24 Horas de Le Mans en 1991.
El Cosmo tenía un doble rotor, 491 cc y erogaba 110 CV. A raíz de la primera crisis del petróleo, Mazda trabajó en reducir los consumos (logró hacerlo en un 40%), las emisiones y solucionó parte de los problemas de estanqueidad.
El RX-7 dio un gran salto tanto en el apartado mecánico como en el chasis, diseñado específicamente para un rotativo
Esto le permitió lanzar toda una familia de modelos RX. El RX-7 dio un gran salto tanto en el apartado mecánico (el motor incorporó por primera vez inyección electrónica y turbo) como en el chasis, el primer en ser diseñado específicamente para un coche con un bloque rotativo.
En 1995 llegó el Mazda RX-8, con versiones de 192 y 231 CV. E incluso en el 2000 ensayó una versión del RX-8 de hidrógeno, motor que también se probó en el Premacy Hydrogen HE Hybrid.
También en motocicletas
La desaparecida MZ fue la primera marca que equipó un motor Wankel. Fue en 1965, poco después de que NSU lazara el Spyder. Ofrecía 24 CV, pero no pasó de prototipo. Posteriormente, Hércules lanzó un motor Wankel, pero la más conocida de las motos con este tipo de propulsor fue producida por Norton, que llegó a ofrecer varios modelos movidos con esta mecáncia. Incluso Suzuki llegó comercializar en Japón una moto con motor rotativo, mientras que Suzuki y Kawasaki no llevaron nunca a la producción los prototipos que presentaron en el Salón de Tokio. Además, se hicieron algunos intentos para emplear estos motores en la aviación y la náutica.
Aunque en la historia de la automoción la utilización de motores dos tiempos ha sido importante -los primeros Saab, los DKW, los Trabant, algunos microcoches de los años 50 que tomaban motores de moto- fueron cayendo en desuso. Su elevado consumo, emisiones y sobre todo par motor o potencia en bajos fueron sus problemas frente a la ventaja de ser más sencillos y con menos piezas.
Pero en los años 90, el australiano Ralph Sarich ideó el motor Orbital, basado en el ciclo de dos tiempos, pero con una serie de modificaciones que le permitía evitar las carencias de los 2 tiempos. Se realizó una serie corta de modelos para el mercado australiano, pero los planes para introducirlo en otros mercados no llegaron a ponerse en marcha.