Al pie de la impresionante Sierra de la Demanda se halla San Millán de la Cogolla, municipio oscurecido por los monasterios que acoge. San Millán es un pueblo, aunque pocos se acuerdan de ello, pues la mayoría va a la búsqueda de los monumentos de gran importancia histórica y artística que en sus afueras se localizan.
Se trata, en realidad, de dos complejos diferentes. El conocido como “viejo”, que es el monasterio de Suso, se halla clavado en la pared de la montaña. Se aprovecharon unas cuevas naturales para realizar añadidos y construir algunas estancias. Estuvo habitado por el propio santo y otros monjes entre los siglos VI y XI. Es conveniente comenzar la visita por este monasterio antiguo, pues es más pequeño. Aunque habrá que detenerse un rato ante el cenotafio de San Millán, situado en la cueva donde vivió buena parte de su vida; los arcos de herradura mozárabes de la iglesia primigenia; o para darle una vuelta al edificio de planta cuadrada y minimalista. Es bastante desconocido que san Millán es copatrón de España, junto a Santiago.
Desde los ventanales de Suso se contempla la bonita panorámica del entorno boscoso de esta parte de la Demanda y del gran monasterio de Yuso, que se encuentra a tan solo un kilómetro de distancia. Hay un camino pavimentado, en una cuesta salvable para todo el mundo, que conecta ambos santuarios.
Hay que reservar por lo menos media jornada para visitar el monasterio de Yuso. Por su tamaño y porque los guías se prodigan en explicaciones artísticas e históricas que ponen al viajero en contexto y le hacen disfrutar de las vicisitudes que allí se han dado.
El primer impacto arquitectónico lo conforman el patio central, la iglesia y el claustro, los elementos exteriores más significativos. Pero luego se va uno adentrando en las salas y conociendo buena parte de los tesoros que alberga este conjunto declarado patrimonio de la humanidad.
Los enamorados de la lengua castellana tienen recios motivos para visitar San Millán de la Cogolla. Cerca está Berceo, cuna del famoso Gonzalo de Berceo. Y en el propio monasterio se conservan documentos escritos en los que por primera vez se utilizó el idioma español. Las Glosas Emilianenses, fechadas hacia el año 950, recogen el castellano, en una época en que el idioma culto y de uso en libros era el latín.
La sacristía del monasterio de Yuso está considerada una de las más bellas de España
Pero es que, además, en ese mismo papel, aparecen dos enigmáticas frases: “izioqui dugu” y “quec ajuteuzdugu”. Los filólogos reconocen en ellas el euskera, que también se recoge por primera vez aquí. Tal vez se trate de una reflexión o anotación personal del monje copista, pero la verdad es que los lingüistas no han sabido, todavía, descifrar su significado. Pero en la edad media el euskera era una lengua utilizada en el valle del río Oja y otras zonas riojanas, por lo que tiene sentido que aparezca en el citado códice.
Además de admirar los hermosos libros que contienen estas frases iniciales de los dos idiomas, el visitante va avanzando por la escalinata real, que conduce a la biblioteca y al museo y que está escoltada por dos leones de piedra un tanto serios; o llega hasta la sacristía, que está considerada una de las más bellas de España. Se trata de una sala alargada con bóveda de cañón, muy decorada en sus columnas y nervaduras. Además de un rico mobiliario barroco con dorados, contiene una buena colección de cuadros pintados sobre planchas de cobre, una técnica bastante dificultosa.
Algunas de las muchas curiosidades que alberga el monasterio de Yuso: a la arqueta de San Millán, con marfiles originales del siglo XI, le faltan algunas piezas, saqueadas por los soldados napoleónicos que convirtieron el santuario en cuartel y caballeriza durante la invasión de España. O que a muchas de las Adoraciones les falta la figura del niño Jesús. Es porque solía ser dorada y las tropas tal vez creyeron que eran de oro y las arrancaron para venderlas.
A San Millán de la Cogolla se llega desde la autovía A-12 tomando como referencia localidades importantes como Santo Domingo de la Calzada o Nájera, enclaves también muy monumentales. Luego las carreteras locales LR-204, LR-205 o LR-206 obligan a un buen paseo con curvas. Sorprendentemente, el acceso a los dos monasterios que conforman San Millán de la Cogolla (Suso y Yuso) se reservan por separado. Aunque en la misma página web.