Vox vuelve ser el socio preferente que pedía la alcaldesa de València, María José Catalá. Tras unos días de mucha tensión política en el que la ultraderecha asestó al PP la primera gran derrota en una votación, los dos partidos que sí que gobiernan conjuntamente la Generalitat votaron este miércoles unidos la propuesta de los populares para modificar las ordenanzas fiscales. Unas medidas que Vox amenazó seriamente con no apoyar la semana pasada por no haber participado en su elaboración y como medida de presión para entrar a formar parte del Gobierno local, una petición que ayer reiteraron.
Sin embargo, el acuerdo que permitió sacar adelante la rebaja fiscal del 20% del IBI -que la verdadera oposición (PSPV y Compromís) votó en contra-, no implica directamente la entrada de los cuatro concejales de Vox en el Ejecutivo de Catalá, como ayer trataron de puntualizar tanto la alcaldesa como el portavoz de la ultraderecha, Juanma Badenas. Ambos hablaron de un pacto puntual, aunque el dirigente de Voz detalló que seguirán reuniéndose "para tratar cuestiones que afectan al Ayuntamiento, ahora con un poco más de intensidad".
Pese a ello, el PSPV enfatizaba que es "notorio" que Vox formará parte del ejecutivo de Catalá y que existe un "pacto oculto" mientas que Compromís denunciaba que la alcaldesa "está encantada de abrirle sus puertas a la extrema derecha y al resto de sus amiguitos que históricamente ya le habían acompañado".
En en nuevo clima de diálogo entre los dos partidos, la aprobación de los presupuestos se allana
Lo qué sí que parece claro es que, fruto de esta nueva puerta abierta al diálogo, el camino hacia la aprobación de los presupuestos del año que viene se allana. Esta vez Vox -al contrario de lo que sucedió la semana pasada- se mostró dispuesto a apoyarlos sin necesidad de que, antes, Catalá tuviese que integrarlos en su equipo. Eso sí, pidió que se les invitara a participar en la elaboración de las cuentas para 2024.
"No habrá ningún problema por nuestra parte", respondió Catalá que se mostró convencida de que habrá un marco de "diálogo fluido" que "afianzará la confianza" entre los dos socios potenciales. Y es que parece que, tras salvar la comisión de ayer, los votos necesarios para la aprobación de las cuentas del consistorio para 2024 están más claros.
La reunión con Catalá en presencia de Gil Lázaro ha servido para desbloquear la relación entre el PP y Vox
El tono empleado por el portavoz municipal de Vox parece haber bajado el nivel de exigencia empleado hasta ahora. Tal vez tenga algo que ver la reunión que el martes mantuvo él mismo y el diputado nacional y presidente provincial de Vox, Ignacio Gil Lázaro, con la propia Catalá y con el concejal de Grandes Proyectos, José Marí Olano, al que Badenas puso en la picota por su trabajo en la consultora KPMG.
El portavoz municipal de Vox justificó la presencia de Gil Lázaro en la reunión por ser una persona de "su máxima confianza". Sea como fuere, lo cierto es que la presencia de este dirigente muy próximo a Santiago Abascal ha servido para rebajar la tensión en el principal ayuntamiento de la Comunidad Valenciana y encauzar importantes cuestiones pendientes.
Tampoco parece casual que después de ese encuentro al más alto nivel, el consistorio anunciara ayer que ha trasladado al Valencia CF que se ha tomado la decisión de no realizar ninguna negociación sobre el convenio urbanístico hasta que el Club retome efectivamente las obras de construcción del Nuevo Estadio, paralizadas desde hace casi quince años.