Juan Manuel Bádenas, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de València, se ha convertido en el principal ariete contra la alcaldesa María José Catalá, con mayor protagonismo y notoriedad que los portavoces de los partidos de la oposición, Joan Ribó y Sandra Gómez. Su actitud es tan agresiva, tan fuera de la lógica política que debería aplicar el “socio preferente” del PP, con espectáculos pensados para viralizarse como tapar la tilde de “València” con una bandera de España, que cuesta creer que su incorporación al equipo de gobierno, como pide, vaya a calmar lo que se observa ya como una estrategia de Bádenas para erosionar a la alcaldesa, con un fuerte componente personal. Durante la campaña electoral, se apuntó que entre Bádenas y Catalá había heridas del pasado sin cerrar, y parece que estas están supurando en la figura del edil de Vox; parece que quiera venganza. Es una hipótesis.
Carlos Mazón con la alcaldesa de València María José Català
¿Qué sucedió en el pasado? Pues un fuerte desencuentro entre ambos a propósito de la venta de la Universidad Internacional de Valencia, VIU, ahora participada mayoritariamente por Planeta. Bádenas, entonces rector de esta universidad, prefería otro “socio” comprador; mientras Catalá, como consellera de Educación, apostó por una fórmula, la de la empresa catalana, que hoy ha convertido a la VIU en un referente internacional, con más de 26.000 alumnos.
Bádenas hace más oposición a Catalá que los portavoces del PSPV y Compromís"
Pero existe la otra posibilidad, que debería ser la más fácil y lógica: que Bádenas esté dificultando la gestión de Catalá para que le abra la puerta al gobierno local con un objetivo: participar de la gestión de los presupuestos de la corporación y de decisiones claves en la ciudad como el futuro del Valencia C.F. (sobre esta cuestión en el entorno de la alcaldesa se subraya la buena relación entre Bádenas y el expresident Francisco Camps, quien no mantiene buena sintonía con la alcaldesa).
Catalá se negó a incorporarlos cuando conformó la corporación tras las elecciones del 28M y, hasta el momento, no ha abierto esa puerta, aunque nunca la ha descartado. La alcaldesa sabe muy bien lo que significaría tener a Bádenas dentro de su gobierno; una pesadilla, porque nada apunta a que, una vez dentro, la actitud del edil de Vox pudiera cambiar. Sería como tener el enemigo en casa. Algunos han intentado comparar lo que supuso Unión Valenciana para Rita Barberá con lo que es ahora Vox para Catalá, y es una mala comparación. Lizondo tenía, a su manera, una declarada pasión por València, y no dudó en estabilizar el ejecutivo local de Barberá para evitar el protagonismo de la oposición. En aquellas fechas, UV tenía 7 concejales y el PP 8, lo que convertía a los valencianistas en pieza clave e imprescindible.
Ahora, con Bádenas, sucede lo contrario: es la oposición de izquierdas la que está permitiendo cierta estabilidad al gobierno local para adoptar decisiones frente a las embestidas de Vox. ¿Acabará Catalá dando entrada a Bádenas y sus concejales en el gobierno local? En breve lo sabremos