Los vecinos de La Bisbal: “Nos ametrallaban desde el cielo”
Tormenta violenta
Presenciaron con miedo los diez minutos de tormenta de piedras que les sorprendió el martes
Luna de un coche rota a consecuencia de la tormenta de granizo registrada en La Bisbal d'Empordà
El señor, con sombrero blanco de ala ancha, mascarilla quirúrgica negra en la barbilla y una única muleta, llegó al mediodía a la terraza de la cafetería El Drac y lo soltó: “Tengo un par de piedras en el congelador”. Vecino de La Bisbal de avanzada edad, el hombre nunca en la vida había visto caer del cielo pedrisco de esa envergadura. “Por si alguien no nos cree, en la nevera están”.
A su alrededor, café con leche en mano, los parroquianos seguían en primera fila las labores de los Bombers de la Generalitat que durante toda el día trabajaron saneando elementos de las fachadas de los edificios, afectados por la tormenta de hielo que el martes por la tarde dejó el terrible balance de una menor de 20 meses muerta. La pequeña estaba con su padre en el patio de su casa cuando una de las piedras le impactó en la cabeza, provocando unas graves lesiones de las que no se pudo recuperar en el hospital Josep Trueta, donde fue trasladada de urgencia.
Bolas de granizo de unos 11 centímetros de diámetro se registraron ayer alrededor de La Bisbal d'Empordà, Girona, donde murió una niña de 20 meses de edad y hubieron más de 50 heridos por contusiones provocados por el granizo
La víctima de 20 meses estaba con su padre en el patio de su casa cuando una piedra le impactó en la cabeza
“Mira, este es el padre, la madre y la niña”. Sara mostraba en su teléfono una fotografía reciente de la familia, procedentes de Honduras, y con muchos años residiendo en La Bisbal. “No soy capaz de imaginar cómo se deben sentir”, explicaba consternada la mujer, trabajadora de la cafería, convertida durante este miércoles en el centro improvisado de reunión de una localidad conmocionada por lo vivido.
“Parecía que nos estaban ametrallando desde el cielo. Pero tampoco podías mirar hacía arriba porque las piedras hacían mucho daño”, comentaba desde la barra, terminando su bocadillo de fuet, otro vecino. El bar está ubicado en la calle principal, junto al Ayuntamiento, y dispone de una gran terraza bajo unos soportales de obra que sirvieron de refugio improvisados de decenas de personas a las que la granizada les pilló de sorpresa, sobre las siete y media de la tarde del martes. “Muchos lloraban de miedo. Los vehículos que circulaban se detenían porque se rompían las lunas y se cortaban con los cristales”, relató otra de las trabajadoras de la cafetería.
El tamaño de la piedra que cayó ayer en La Bisbal d'Empordà
Ni uno solo de los vehículos estacionados o que circulaban por el pueblo salvó las lunas de los impactos. Las aves corrieron igual suerte y sus cuerpos yacían este miércoles a ambos lados de la riera del paseo de Marimon Asprer. El bombardeo no duró más de diez minutos. La gente aún tardó en asomarse, por si las piedras volvían a caer. Ni siquiera llovió. Del cielo arrojaban con fuerza piedras de hielo que salían de una gran nube negra que oscureció repentinamente el escenario. A medida que los vecinos empezaron a salir de sus refugios, descubrieron el campo de batalla en el que quedó sumido el pueblo. Y los daños. Muchos de los heridos se dirigieron al centro de atención primaria el CAP, que atendió casi a medio centenar de personas con hematomas, golpes y alguna herida abierta y cortes de vidrios. Otros se trasladaron hasta el servicio de urgencias del hospital de Palamós.
Bombers realizan tareas de mantenimiento en La Bisbal d'Emporda este miércoles tras la trágica tormenta de ayer
Una vecina de Corçà a la que la lluvia de proyectiles le pilló regresando a casa del paseo con su perro, se acercó este miércoles por la mañana a La Bisbal para ver a su hermana, a la que las piedras destrozaron las tejas del tejado de la casa. “En Corçà, Vulpellac, Forallac y La Pera las piedras también han hecho daño, sobretodo en los campos y en las granjas de animales”, contó.
A las puertas de la oficina de seguros Llandrich Feixas se fue formando una cola cada vez más larga y silenciosa de vecinos con imágenes de los daños en sus teléfonos que esperaban su turno para presentar un parte.
En los próximos días algunas aceras permanecerán cerradas al paso. La policía de La Bisbal y los Mossos las han precintado ante el riesgo que suponen algunas tejas y elementos de las fachadas por la posibilidad de que vuelva a llover con fuerza o arranque a soplar la tramuntana .