“En la calle cualquier banco era mi hogar”

Sinhogarismo

El testimonio de mujeres sin hogar en la jornada Les inVISIBLES de la fundación Assís

19 - 11 - 2024 / Barcelona / 3a Jornada de Les inVISIBLES, sobre sensellarisme femení i perspectiva de gèneres. A les 12:30 taula rodona amb dones sense llar / Foto: Llibert Teixidó

En el centro, Alba, y a la derecha, Carmen, junto a la moderadora, Marta Cruz, de Assís 

Llibert Teixidó

En febrero tuve que irme de casa porque me agredieron; he estado durmiendo en sofás de amigos, en colchonetas, en la playa, en un portal sin ninguna ropa de abrigo pues me fui con lo puesto... La gente me veía tirada y me daba de comer, me he sentido basura”, relata Alba, una mujer trans de 62 años que ayer participó en la mesa redonda sobre supervivientes de situaciones de sinhogarismo. Alba, que sigue durmiendo a la intemperie, y Carmen, que reside en uno de los pisos de la Llar Rosario Endrinal, ofrecieron ayer su testimonio a las más de 300 personas que asistieron a la tercera jornada Les inVISIBLES, organizada por la fundación Assís en la Universitat de Barcelona (UB).

Assís se ha especializado en los últimos años en la atención de mujeres sin hogar, que ya representan el 48% del total de los 150 ciudadanos que cada día acuden a su centro abierto de Sarrià-Sant Gervasi, un 380% más que en el 2016. Actualmente, el 80% son personas migrantes, la mayoría en situación administrativa irregular.

La violencia de género y las rupturas sentimentales son dos de las principales causas del sinhogarismo femenino, según la última encuesta realizada por la entidad. Assís pone de manifiesto que esta problemática incluye, además de a las mujeres que pernoctan al raso, a las que duermen en sofás de casas de amigos o parientes o en precarias habitaciones de realquiler y a las que, a cambio de un techo, sufren explotación o relaciones de abuso. Es el sinhogarismo oculto, que no sale en las estadísticas.

Alba: “No puedo permitirme el lujo de dormir profundamente, debo mantenerme alerta”

“He sido invisible y de alguna manera sigo siéndolo, los invisibles vamos en aumento. En la calle el miedo se apodera de ti, cualquier banco era mi hogar, perdí mi autoestima y era espectadora de mi propia vida. He estado en centros de todo tipo, pero en ningún caso van a la raíz del problema, en uno de ellos querían salvar sus almas antes que nuestras vidas, no queremos que nos entretengan”, reflexiona Carmen, muy crítica con el papel de algunas entidades.

Alba, nacida en Madrid, cuenta que tenía un buen trabajo como desarrolladora de aplicaciones para bancos, pero que hace tres años le dieron la incapacidad permanente por su precaria salud. “Ahora no tengo nada, eso te va deteriorando física y mentalmente, te hacer perder el amor propio, tengo muchas patologías y he sido víctima de maltrato psicológico”, añade.

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Alba duerme en un lugar apartado en compañía de cinco hombres para sentirse más protegida. Al acabar en la calle vio como algunos vecinos la presionaban para que marchara tirando agua y basura en el rincón que había elegido para descansar. El miedo a ser agredida la llevó a reducir la medicación que tomaba para el dolor pues le provocaba somnolencia. “No puedo permitirme el lujo de dormir profundamente, a pesar de estar acompañada debo mantenerme alerta por si viene alguien con la intención de pegarme cuatro navajazos. Tienes miedo todas las noches, es un sinvivir, lo que te lleva a tener más problemas psicológicos”, añade Alba, usuaria del centro de día de Assís.

Carmen: “El miedo se apodera de ti, perdí mi autoestima y era espectadora de mi propia vida”

Carmen disfruta de una nueva vida en uno de los diez alojamientos de la Llar Rosario Endrinal gestionada por Assís, pero antes también tuvo que sortear todo tipo de adversidades y ha visto morir a demasiadas personas en la calle. “Yo tuve la suerte de recorrer este camino con una pareja, hasta que murió. Me sentía protegida por él. Sí que me pegaron varias veces pero nunca me agredieron sexualmente, he intentado estar siempre muy escondida”, cuenta Carmen, de Barcelona.

Entre el público reunido en el Paraninfo de la UB había otras mujeres que han pasado por lo mismo que sus compañeras. Una de ellas, emocionada, elogia el testimonio de Carmen: “Tú eres el símbolo, tú has demostrado que sí se puede. En la calle nos tratan como si todas fuéramos unas ignorantes, y no lo somos”.

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