FGC proyecta cinco grandes parkings disuasorios
Movilidad
La creación de 1.500 plazas de aparcamiento en el Vallès y el Baix Llobregat busca ofrecer alternativas a la zona de bajas emisiones
La creación de aparcamientos disuasorios en las estaciones del entorno metropolitano es una vieja reivindicación que empieza a hacerse realidad. La entrada en vigor de restricciones de circulación en Barcelona con la zona de bajas emisiones ha sido el detonante para que las administraciones se pongan las pilas.
Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) tiene en proyecto la construcción de cinco grandes park&ride . Los dos primeros serán en Sabadell Nord y Terrassa Nacions Unides, donde ya se construyó la estructura subterránea del parking cuando se hicieron las recientes prolongaciones de líneas pero no se han llegado a habilitar todavía. El de Terrassa cuenta con 200 plazas y el de Sabadell con 350. La intención del operador ferroviario es poder abrirlos en otoño.
Posteriormente se reformularán las superficies existentes en tres estaciones que ya disponen de aparcamientos abiertos a todo el mundo: Martorell; el polígono Sant Joan, en Sant Cugat del Vallès; y el intercambiador de Quatre Camins, en Sant Vicenç dels Horts. La solución escogida para cada uno de ellos puede ser diferente, en función del espacio disponible. Una de las opciones sobre la mesa es la construcción en altura de varias plantas para dar cabida a alrededor de 300 coches en cada una de las ubicaciones. Entre todos, FGC proyecta crear 1.500 plazas de park&ride en los próximos dos años.
La Autoritat del Transport Metropolità decidirá si el aparcamiento es gratuito, de pago o bonificado por uso
Aunque sea en terrenos suyos, la decisión sobre si esos aparcamientos deben ser gratuitos o de pago, FGC la deja en manos de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM). El presidente de FGC, Ricard Font, considera que “debe ser un modelo homogéneo que puede incluir precios diferenciados: gratis para los usuarios de abonos de uso intensivo, bonificado para los usos puntuales y a precio normal para el resto”. De ser así, sería una modalidad distinta a la que está empezando a desplegar el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) en el entorno de estaciones de Rodalies y del Trambaix, donde se puede aparcar de manera gratuita simplemente con la validación de cualquier billete de transporte público. El más reciente, anunciado justo un día antes, consiste en dar un nuevo uso a plazas del parking infrautilizado de un centro comercial.
Además de facilitar la intermodalidad entre el coche y el tren, FGC apuesta por potenciar el uso de la bicicleta para llegar hasta la estación. En este sentido, pretende incrementar los aparcamientos seguros de bicicletas. El objetivo es llegar al 1,5% de las validaciones de viajeros que van a coger el tren desde su casa o el trabajo en bicicleta. Esto requiere unas 4.000 plazas seguras en el conjunto de las estaciones a corto plazo. Actualmente son apenas un centenar de plazas, con 84 de ellas en Sarrià, 24 en Sant Boi y 20 en la Universitat Autònoma de Barcelona.
En este caso, la medida sí que va alineada con el AMB, que el año pasado puso en marcha un gran aparcamiento con capacidad para más de 100 bicicletas junto a la estación de Gavà. También con la Generalitat, que hizo de manera muy similar un aparcamiento en Granollers. Tanto un modelo como el otro funcionan con una tarjeta o código de acceso que garantiza la entrada exclusiva para los usuarios del servicio.
“La T-Mobilitat debería ser la llave de entrada a todos estos servicios complementarios al transporte público”, considera Font. Sea como sea, el recorrido por delante es amplio. A largo plazo se pretende llegar al 3% de validaciones de usuarios llegados en bicicleta, lo que serían unas 8.000 plazas. En referentes en la materia como Dinamarca, el porcentaje es del 10%.