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Manuel Valls: “Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona”

Crónica

El exprimer ministro francés ha presentado su candidatura transversal a la Alcaldía de Barcelona en un acto público en el CCCB

Manuel Valls durante la presentación de su candidatura

Josep Lago / AFP

Manuel Valls ya es oficialmente alcaldable. El exprimer ministro francés ha presentado este martes en un concurrido acto público en el CCCB de Barcelona su candidatura a las elecciones municipales de 2019, con la que aspira a arrebatarle la Alcaldía de Barcelona a la líder de los ‘comuns’, Ada Colau. Valls concurrirá a los comicios liderando una lista de ambición transversal, a través de una confluencia política con Ciudadanos y numerosos independientes.

“Después de un tiempo largo y serio de reflexión, he tomado una decisión: Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona”, ha proclamado como arranque de su conferencia, que ha pronunciado sobre todo en catalán aunque con fragmentos también en castellano y francés. “Tengo la experiencia de gestión y la ilusión de cambiar Barcelona”, ha defendido. “Pase lo que pase me quedaré en Barcelona”, ha remarcado, en una referencia velada al resultado electoral del próximo mayo.

Valls ha enfatizado que su lengua materna es el catalán y ha ensalzado sus raíces catalanas, de las que ha citado que su bisabuelo Josep Maria Valls fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona y miembro de la cámara de comercio, además de la trayectoria catalanista de su abuelo Magí Valls como escritor y articulista. Ha presumido también de las visitas de grandes intelectuales a su padre, el pintor Xavier Valls, tanto en la casa familiar de Horta como la Costa Brava: Mendoza, Mompou, Pomés, Casamades, Sentís, Capmany, Tusquets, Maragall... Muy culé, ha recordado también que su primo compuso el himno del Barça.

Barcelona todavía es una marca global y todavía nos podemos sentir muy orgullosos de Barcelona, pero la ciudad se está deteriorando”, ha aseverado. Valls ha asegurado que Barcelona ha caído en los rankings mundiales “en todos los indicadores”, lo que ha contrapuesto con que la capital catalana “ha pasado a encabezar las ciudades de España con más delincuencia”. “Barcelona está sumida en una dinámica perdedora que hay que parar y que exige un cambio de rumbo”, ha insistido.

Políticas de seguridad, culturales y urbanísticas

La seguridad, junto a la vivienda, la cultura y el turismo, han sido algunos de los sectores que ha analizado con más profundidad. Entre otras medidas, ha abogado por “dar más confianza a la Guardia Urbana” para combatir los narcopisos, el top manta y el incivismo, ser “más firme que nunca” con la violencia y “gestionar mejor del turismo, que no es el enemigo”. También ha afeado a Ada Colau acabar el mandato “con una ridícula ratio de un piso de cada 22 de los que prometió”. Además ha reclamado más dimensión metropolitana, “desde el respeto a la autonomía” de las ciudades vecinas: “Barcelona constituye una verdadera Ciudad-Estado”.

Ha apostado por “un renacimiento” urbanístico ganando “más espacio y metros hacia arriba”, así como una lucha activa contra la polución mediante vehículos eléctricos, la retirada de los modelos más antiguos y “una mejora contundente en transporte público”. Finalmente ha propuesto un fuerte impulso al sector cultural y artístico para que “esté a la altura de la trayectoria” de Barcelona y más conectado a la escena hispanoamericana: “Tenemos que hablar desde Barcelona a los 500 millones de personas en el mundo que hablan nuestra lengua”.

Independentismo y adhesiones de más partidos

En referencia al procés, ha insistido en que Barcelona “se merece ser gobernada pensando solo en ella misma” y ha criticado al independentismo por verla “como un medio en vez de una finalidad”. Ha defendido que a Barcelona “no es ni le interesa ser” capital de una república catalana, sino “una ciudad global, una capital del sur de Europa, motor e inicio de la solución a la tensión que vive Catalunya”. “Europa ha de ser el antídoto al populismo y somos mayoría los que pensamos que Barcelona debe ser una ciudad donde se respire consenso”, ha dicho.

Valls durante su presentación como alcaldable

David Ramos / Getty

En cuanto a la fórmula electoral, ha explicado que no está “en contra de los partidos”, pero que articulará una plataforma “transversal y amplia” que supere las siglas políticas. “Habrá partidos que me den su apoyo, como ya ha hecho Ciudadanos, pero mi deseo es que sean muchos más”. “Algunos han dicho que no lo harán, pero yo siempre estaré abierto al diálogo, sin sectarismos pero desde el respeto al Estado de derecho”. Así, ha hecho un llamamiento a “aquellos que se reconocen en el catalanismo” pero también a los barceloneses “venidos de otros lugares de España, de Europa, de Latinoamérica o del mundo”, así como “a la derecha y a la izquierda, si es que aún significa algo” esta distinción.

Dimitirá de todos su cargos la semana que viene

Nacido en 1962 en el barrio de Horta de Barcelona de padre catalán y madre italosuiza, Valls se nacionalizó en Francia a los 20 años y escaló en la política francesa hasta llegar a ser primer ministro de Francia desde el 31 de marzo de 2014 hasta el 6 de diciembre de 2016. Debutó en la política española el pasado marzo en una manifestación de Societat Civil Catalana en la capital catalana, donde ofreció un duro discurso contra la independencia de Catalunya.

Este curso Valls impartirá clase en la Esade Law School y la semana que viene, ha anunciado, dimitirá de todos sus cargos en Francia. Actualmente es diputado en la Asamblea Nacional de Francia y concejal del municipio de Évry. “Gané todas las elecciones en Évry durante ocho años y fui el primer ministro en dimitir de alcalde e impulsé una ley contra la acumulación de cargos, así que ahora soy consecuente”, ha dicho.

Precisamente esta semana los medios franceses le han reprochado muy duramente que mantuviera las actas mientras construye su proyecto barcelonés. Por ello, en los próximos días se dirigirá directamente a la ciudadanía francesa para exponer sus motivos. “Quiero a Francia y volveré para visitar a mis hijos y amigos, para ver los paisajes franceses y la luz de París”, ha augurado. El traslado a Barcelona, ha contrapuesto, “no es un sacrificio sino un acto de fe en Barcelona”: “No es una ruptura sino una extensión del mismo camino y, sobre todo, es Europa”, ha enfatizado.

Detalles sin desvelar

El acto de este martes no permitía las preguntas de la prensa, a la que ha emplazado a una rueda de prensa este miércoles al mediodía específicamente para atender a los medios. Quedan varias dudas por despejar, como el nombre de su plataforma o los nombres que el acompañarán en la lista electoral. Ha comparecido ante un nutrido auditorio de asistentes trajeados –muchos interesados en el acto se han tenido que quedar fuera, al superarse el aforo máximo– desvelando, eso sí, el sentido de su misterioso tuit del viernes: los característicos ‘panots’ de las aceras barcelonesas han sido la imagen elegida para enmarcar su presentación y tal vez la seña de identidad de su campaña.

Le han arropado su familia –como su hermana, con la que se ha reconciliado estos días– y también asesores y personalidades que le han ayudado durante su proceso de reflexión, a los que ha agradecido sus diagnósticos e ideas sobre el futuro de Barcelona. La ausencia de líderes de Ciudadanos le ha otorgado la atención mediática en exclusiva a Valls y han evidenciado la “agenda propia” del ya candidato, que se define como un político “sin mochilas”, “sin enemigos” y con “unas enormes ganas de convencer”.