Putin acuerda con Trump cesar sus ataques a las infraestructuras y la energía de Ucrania durante 30 días

Guerra en Europa

El Kremlin reitera su exigencia de poner fin a la ayuda militar a Ucrania y confirma que intercambiará con Kyiv 175 prisioneros de guerra en la fase inicial hacia el alto el fuego

Putin acuerda con Trump cesar sus ataques a las infraestructuras y la energía de Ucrania durante 30 días
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Trump explica cómo fue la llamada con Putin: "Hablamos durante dos horas".

Donald Trump y Vladimir Putin han mantenido una larga conversación telefónica, de dos horas y 28 minutos según el Kremlin, en la que han acordado los siguientes pasos hacia la paz en Ucrania y la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Rusia. En vez de la tregua total de 30 días planteada por Washington, y aceptada la semana pasada por Kyiv, Putin se habría comprometido de momento a un alto el fuego parcial, comenzando por las infraestructuras y objetivos energéticos. Este plan, que podría desembocar en una tregua completa, requiere todavía la aprobación por parte de Ucrania.

Ambos presidentes “han acordado que el movimiento hacia la paz comenzará con un alto el fuego energético y de infraestructura, así como negociaciones técnicas sobre la implementación de un alto el fuego marítimo en el Mar Negro, un alto el fuego total y una paz permanente”, ha anunciado la Casa Blanca en un comunicado, y “estas negociaciones comenzarán de inmediato en Oriente Medio”. Steve Witkoff, uno de los asesores más cercanos a Trump, concretó posteriormente en una entrevista en Fox News que las conversaciones “comenzarán el domingo en Yeda”, en Arabia Saudí, con la participación del secretario de Estado, Marco Rubio, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz. Witkoff no precisó quién formará parte de la delegación rusa y si el Gobierno ucraniano estará invitado a ese diálogo.

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El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante una reunión bilateral en la cumbre de líderes del G20 en Osaka, Japón, en el 2019.

Kevin Lamarque / Reuters
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Por su parte, el Kremlin ha confirmado que, como parte de la fase inicial de la tregua, intercambiará con Ucrania 350 prisioneros de guerra, 175 por cada bando, este mismo miércoles. Además, para incidir en su restablecimiento de relaciones diplomáticas con Washington, ambos países han acordado “crear un grupo de expertos sobre el acuerdo de Ucrania” y, en un movimiento diplomático que recuerda a la Guerra Fría, organizarán un partido de hockey sobre hielo entre la selección de Rusia y EE.UU.

Putin reitera su condición de detener por completo la ayuda militar y el suministro de inteligencia a Kyiv

El comunicado emitido este martes por el Kremlin, más exhaustivo que el de la Casa Blanca, asegura que Putin “esbozó una serie de puntos importantes” que requieren mayor consideración y serán tratados en las negociaciones futuras. Entre ellos, el “control efectivo” de cualquier alto el fuego a lo largo del frente de batalla, así como la exigencia rusa de detener la movilización y el rearme de tropas ucranianas, y el suministro de inteligencia por parte de Washington, algo que la Casa Blanca no menciona en su comunicado.

Pero la petición más esclarecedora de Putin, según el Kremlin, es su voluntad de “eliminar las causas profundas de la crisis”, una clara referencia a la expansión de la OTAN. La justificación citada por Moscú para invadir Ucrania fue el riesgo de seguridad nacional que afirma que supone la ambición de Kyiv de formar parte de la Alianza Atlántica, algo que sus líderes declararon “irreversible” tras su cumbre en Washington en julio del año pasado, pero que Trump ha descartado en el pasado, alegando que “eso es lo que lo inició todo”.

Aunque no ha trascendido en las conclusiones iniciales, Trump y Putin habrían hablado también del territorio que podrá ganar Rusia con un acuerdo de paz y, según avanzó el republicano el domingo, esto puede incluir plantas nucleares como la de Zaporiyia, la más grande del continente europeo, que se encuentra en territorio ocupado por el ejército ruso, que lleva asediándola durante toda la guerra.

Desde que Rusia invadió Ucrania hace tres años, mantiene el control de una quinta parte (18%) de su territorio en cuatro provincias al este del país. El ataque a gran escala en febrero del 2022 siguió a la ocupación de la península de Crimea en el 2014, una región que Washington ve “poco realista” recuperar, según afirmó el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en su visita a Europa el mes pasado.

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En su acercamiento a Putin, Trump creó una campaña de presión contra Zelenski, a quien llamó “dictador” y pidió elecciones (uno de los reclamos del líder ruso), le culpó de la invasión de su propio país, se alineó con Rusia en la ONU votando en contra de una resolución para la paz que reconociera al país como “agresor”, y le humilló ante las cámaras en el despacho oval cuando el líder ucraniano viajó a Washington para firmar el acuerdo de explotación de sus recursos minerales. Entonces, suspendió la ayuda militar y el suministro de inteligencia a Ucrania, lo que permitió a Rusia retomar partes de su región occidental fronteriza de Kursk.

Tras la lamentación pública de Zelenski, las delegaciones de EE.UU. y Ucrania se reunieron la semana pasada en Yida (Arabia Saudí) y Kyiv accedió a la propuesta estadounidense de un alto el fuego total y temporal de 30 días, con lo que ambos países declararon que “la pelota está en el tejado de Rusia”. Washington reanudó entonces la ayuda militar a los ucranianos, que se mostraron también dispuestos a cerrar el acuerdo que cederá los beneficios por la mitad de las tierras raras, gas natural y yacimientos de petróleo bajo su suelo. Pero Trump no comprometió en dicho acuerdo ninguna garantía de seguridad para Ucrania en el largo plazo, algo en lo que Zelenski había insistido para evitar que Rusia se vea tentada, como en el pasado, a rearmarse y romper la tregua.

La llamada entre Trump y Putin, dos presidentes con ambiciones autoritarias y expansionistas, ha sido comparada, salvando las distancias, con la Conferencia de Yalta en 1945, donde el presidente Franklin D. Roosevelt y Iósif Stalin se repartieron las esferas de influencia en el continente europeo al término de la Segunda Guerra Mundial. Aquella reunión de una semana, a la que también acudió el primer ministro británico Winston Churchill, tuvo lugar precisamente en la península de Crimea.

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En esta ocasión, sin embargo, no ha habido ningún representante europeo en la llamada. Los países del viejo continente han acordado incrementar la inversión en defensa, conscientes de que no tienen asegurada la seguridad por parte de Washington, pues Trump ha dicho en repetidas ocasiones que no defenderá a los países que no gasten lo suficiente, lo que incumpliría el Artículo 5 del tratado de la OTAN. 

El último movimiento se ha dado este martes en el Bundestag alemán, que ha aprobado la histórica propuesta del vencedor de los comicios, el democristiano Friedrich Merz, de acometer una enmienda constitucional (superando los dos tercios de votos necesarios) para invertir cientos de miles de millones de euros en defensa, infraestructuras y medio ambiente.

Francia y Reino Unido han liderado la propuesta de enviar tropas de paz a Ucrania para garantizar el cumplimiento de un potencial alto el fuego, una medida que Putin ha rechazado y considerado una escalada, pues ambos países forman parte de la OTAN. El jueves, los líderes de los países europeos interesados en formar parte de esta “coalición de voluntarios” se reunirán en Londres por invitación del primer ministro británico Keir Starmer, en una cumbre a la que asistirá también Zelenski.

Trump, que prometió en campaña terminar la guerra “24 horas” después de ser elegido el 5 de noviembre, quiere poner fin a las hostilidades lo antes posible, aunque eso implique importantes concesiones por parte de Kyiv. El presidente estadounidense ha admirado en repetidas ocasiones a Putin, con quien asegura que mantiene una “buena relación”, lo que pretende usar como un activo para lograr la paz. Según el último libro del premio Pulitzer Bob Woodward (War, 2024), Trump y Putin se llamaron en al menos siete ocasiones desde que el magnate abandonó el poder en el 2021.

Desde que volvió a la Casa Blanca, habrían hablado por teléfono al menos en otra ocasión el 12 de febrero, una semana antes de la reunión en Riad (Arabia Saudí) entre las delegaciones estadounidense y rusa, donde ambas potencias nucleares acordaron restablecer relaciones diplomáticas para “sentar las bases” de la paz en Ucrania, en el primer acercamiento entre ambos países tras tres años de aislamiento. 

Tras aquel encuentro, el amigo cercano y enviado especial de Trump, Steve Witkoff, viajó a Moscú y se reunió con Putin durante horas, lo que aceleró la posibilidad de un acuerdo. Durante este fin de semana, el secretario de Estado Marco Rubio, que estuvo presente en el encuentro con la delegación ucraniana en Yida, conversó con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y aseguró que la paz estaba a la vuelta de la esquina. La llamada de este martes supone el indicador más claro de una posibilidad de alto el fuego parcial, que ahora deberá aceptar Ucrania antes de empezar las negociaciones.

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