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Elon Musk abraza el trumpismo

La carrera hacia la Casa Blanca

El empresario entrevista esta noche a Donald Trump, a quien rechazó en el 2016 y el 2020, pero terminó respaldando el mes pasado tras su intento de asesinato en Pensilvania

Musk ha hecho donaciones a candidatos demócratas y republicanos a partes iguales desde el 2001; en el 2022, consumó su giro a la derecha radical tras el cambio de sexo de su hija y su compra de Twitter

El magnate Elon Musk, el segundo hombre más rico del planeta, en una imagen de archivo. 

Pool / Reuters

Media hora después del intento fallido de asesinato a Donald Trump en Butler (Pensilvania), el 13 de julio, Elon Musk anunció oficialmente su apoyo a la candidatura del expresidente. Lo hizo público a través de la red social X, de su propiedad desde octubre del 2022, que se ha convertido en un caldo de cultivo del odio, la propaganda de extrema derecha y la desinformación, que es premiada por un algoritmo sesgado y campa a sus anchas sin ningún control con la cuenta @elonmusk como como principal valedora. Su respaldo a Trump llevaba siendo implícito desde hacía años, al menos desde el 2022, pero supuso la culminación de un giro ideológico –le criticó con dureza en el 2016 y apoyó a Joe Biden en el 2020– que se explica por su propia radicalización, así como por su interés personal y empresarial.

Esta noche, los dos aliados formalizarán su enlace en una entrevista en prime time, que será retransmitida a través de X desde una ubicación de momento desconocida. Así lo avanzó Trump en su propia plataforma, Truth Social, y lo confirmó en una rueda de prensa el jueves desde su residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida). “Elon me llamó y, como sabéis, me apoyó con todas sus fuerzas”, dijo el magnate: “Es un gran apoyo. Respeto mucho a Elon y él me respeta a mí. No ha sido fácil para él, se necesita coraje para respaldar a la gente. No creo que haya ganado mucho haciéndolo”.

Desde que Musk anunció su apoyo a Trump, se ha fundido sin tapujos en el movimiento MAGA (Make America Great Again), alimentando la teoría ultraderechista del gran reemplazo poblacional, de la “invasión” en la frontera sur a la que asocia con la criminalidad y llamando a una deportación masiva –el pilar de la campaña de Trump– para evitar la “extinción de la civilización occidental”; ha compartido a sabiendas vídeos falsos de Kamala Harris hechos con inteligencia artificial y la ha acusado de querer provocar un “holocausto para toda la humanidad”; ha amplificado la especulación sobre el fraude electoral del 2020, del que no hay ninguna prueba, y está ayudando a preparar el terreno para que, si los republicanos pierden en noviembre, puedan asegurar que ha sido producto de otra manipulación maligna; ha esparcido el odio tránsfobo aprovechándose de polémicas como la de la boxeadora Imane Khelif, o asegurando que el “virus woke” mató a su propia hija al convertirla en trans; y ha realizado decenas de tuits asegurando que Europa está al borde del precipicio de una “guerra civil”, especialmente tras los violentos disturbios islamófobos producidos en el Reino Unido tras el asesinato de tres niñas en Southport por un hijo de ruandeses.

Estos son tan solo unos pocos ejemplos de un poderoso magnate –el segundo hombre más rico del mundo, según la última lista Forbes– que realiza una veintena de publicaciones y retweets al día, y cuya opinión es más influyente que la de cualquier otro en este foro digital con más de 500 millones de usuarios mensuales activos.

Musk respaldó a Clinton, Obama y Biden, y dijo en 2016 que la elección de Trump sería “vergonzosa”

El CEO de Tesla, SpaceX y xAI comenzó a implicarse políticamente, al menos a nivel económico, allá por el 2001, cuando tenía 30 años de edad. Según la organización sin ánimo de lucro OpenSecrets, que monitoriza el origen del dinero que reciben los políticos en Estados Unidos, realizó entonces sus primeras donaciones a candidatos de ambos bandos del tablero, principalmente cantidades moderadas a representantes demócratas, aunque también republicanos.

Por ejemplo, en el 2004, donó 2.000 dólares al entonces presidente George W. Bush, y la misma cantidad al demócrata John Kerry. Cuatro años después, apoyó a Hillary Clinton en las primarias demócratas que perdió frente a Barack Obama, y a ninguno de los candidatos en la contienda presidencial entre Obama y John McCain, aunque por esas fechas sí financió a los comités nacionales de ambos partidos con más de 40.000 dólares cada uno. En el 2012, dio su apoyo público y económico a la campaña para la reelección de Obama, en el 2016 respaldó a Clinton frente a Trump, y en el 2020 anunció que había votado a Joe Biden.

“Me implico en la política lo mínimo posible”, dijo en una entrevista con Vanity Fair en el 2015, asegurando que tan solo lo hace cuando ve que un candidato o un partido puede beneficiar a sus intereses empresariales. Un año después, cuando Trump dio el salto a la política, dijo que sería “vergonzosa” una victoria del magnate. “Estoy convencido de que no es la persona adecuada (para ser presidente). No parece que tenga el carácter que se requiere para representar a Estados Unidos”, dijo en una entrevista en CNBC en el 2016.

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Durante el mandato de Trump, se opuso a algunas de sus medidas más controvertidas, como el veto migratorio a países de mayoría islámica, que aseguró que “no es la mejor manera de abordar los desafíos del país”. También criticó el plan del republicano de salirse del Acuerdo de París: “El Cambio climático es real. Abandonar París no es algo positivo para América ni para el mundo”, tuiteó el 1 de junio del 2017. En parte, el apoyo demócrata a la transición verde mediante la inversión en el vehículo eléctrico, del que su empresa líder en el sector (Tesla) iba a ser la mayor beneficiada, propulsó su respaldo a la candidatura de Biden en los comicios del 2020.

Sin embargo, desde que el demócrata tomó el poder, Musk se ha ido inclinando progresivamente hacia la derecha radical. Durante la pandemia por coronavirus, abrazó teorías de la conspiración sobre su origen y se mostró escéptico con las vacunas, llegando a vincularlas sin evidencia con diagnósticos de paros cardíacos como el que sufrió el hijo de Lebron James, Bronny James.

El empresario dijo que tras el cambio de género de su hija se propuso “combatir el virus woke” y “estamos logrando progresos”

Su giro definitivo hacia la derecha se dio en el 2022, después de que su hija Vivian Jenna Wilson completara su transición de sexo y cambiara legalmente su género en un tribunal en Santa Monica (California) con la oposición de su padre. Entonces, se propuso “combatir al virus woke” que dijo que la había engañado para hacerse transexual y, desde entonces, “estamos logrando algún progreso”, dijo recientemente en un podcast con el mediático psicólogo de alt-right Jordan Peterson.

Ese mismo año, Musk compró Twitter, lo renombró como X y le devolvió su cuenta a Trump, que había sido suspendida tras haber alentado a la violencia en el asalto al Capitolio, así como a otras figuras de la extrema derecha como Andrew Tate –quien se autodescribe como un misógino y enfrenta cargos penales por violación, agresión sexual, tráfico de personas y evasión de impuestos– o Kanye West –a quien se le suspendió la cuenta después de realizar públicamente comentarios antisemitas–.

Desde entonces, a su cruzada contra la comunidad LGTBI se le ha sumado el rechazo a la inmigración, que considera una “amenaza” para la sociedad americana; al apoyo militar a Ucrania frente a la invasión rusa, instalándose en el aislacionismo del America First de Trump; y al “impuesto a los milmillonarios” del 25% propuesto por Biden, que considera que limita la innovación, así como el aumento de impuestos en California, al que ha reaccionado moviendo la sede social de Tesla a Texas.

Musk se reunió con un grupo de multimillonarios en febrero y expresó en privado su apoyo a Trump

En febrero del 2024, Musk se reunió con un grupo de multimillonarios en Palm Beach (Florida), en la residencia del propietario de la cadena de comida rápida Wendy's, Nelson Peltz. Cinco meses antes del atentado contra Trump que propició su salida del armario, Musk defendió en ese encuentro privado la candidatura del republicano, según reportó The Washington Post. Dos meses después, fundó un comité de acción política, America PAC, destinado a financiar la campaña del magnate, aunque no ha hecho ninguna contribución a su nombre hasta la fecha, y ha negado la alegación –publicada en The Wall Street Journal– de que donó 45 millones de dólares al republicano.

La aparición conjunta de ambos magnates esta noche será el último episodio de una evolución política radical en veinte años, desde una posición cautelosa, moderada e independiente a ser uno de los principales altavoces del marco ideológico –misógino, LGTBIfóbico, xenófobo y fatalista– de la extrema derecha norteamericana e internacional.

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