Este lunes comienza en Nueva York el primer juicio penal a un expresidente en la historia de Estados Unidos. Donald Trump está acusado de 34 cargos relacionados con el esquema de falsificación documental que creó para sobornar a la actriz porno Stormy Daniels en 2016. En plena campaña electoral, el magnate compró su silencio sobre una relación que habían mantenido una década atrás, y justificó los pagos como parte de sus gastos legales. Unos delitos que podrían llevar al candidato republicano a una década en prisión antes de las elecciones presidenciales de noviembre, creando una situación sin precedentes que, sin embargo, no le privaría de presentarse a los comicios.
El juicio estaba previsto inicialmente para el 25 de marzo, pero el equipo legal de Trump logró retrasarlo argumentando que necesitaba más tiempo para preparar su defensa. La semana pasada, presentó hasta tres apelaciones contra el juez que lleva el caso, Juan Merchan, alegando que tiene un conflicto de intereses porque su hija es una consultora política demócrata. Pero no pudo retrasar más el inicio de un proceso penal que ya es inevitable: las tres apelaciones fueron inmediatamente rechazadas por una corte de apelaciones.
Esta es la imputación menos grave de las cuatro que enfrenta Trump (además de Nueva York, en Washington, Georgia y Florida), pero podría ser su único juicio antes de las elecciones, pues su estrategia de demorar los demás procesos está teniendo un mayor éxito.
El juicio comenzará con la selección de un jurado de 12 ciudadanos anónimos de Nueva York, de entre el centenar que están citados esta semana. Cada uno de ellos deberá responder a 42 preguntas diseñadas para comprobar su imparcialidad sobre el expresidente: "¿Qué medios de comunicación consume?", "¿Se considera un seguidor del movimiento QAnon?", "¿Tiene una opinión firme sobre el expresidente y candidato Donald Trump?", entre otras.
No está claro cuánto se puede alargar el proceso penal, pero se puede esperar un veredicto antes de las elecciones de noviembre. La selección de jurado acostumbra a durar una o dos semanas; y la fase de testimonios, aproximadamente un mes, por lo que el veredicto podría llegar a principios de junio.
Trump puede enfrentar una pena máxima de 20 años en prisión y no le privaría de presentarse a las elecciones presidenciales
Cada uno de los 34 delitos está penado con un máximo de cuatro años en prisión, y varios juristas coinciden en que, en caso de ser hallado culpable, Trump podría enfrentar al menos una década entre rejas. La pena máxima podría ser de 20 años, el límite establecido en el estado de Nueva York para esta clase de delitos (Clase E). Sin embargo, ello no le privaría de presentarse a las elecciones, puesto que ningún artículo de la Constitución lo prohíbe, y probablemente el juez le permitiría asistir a sus actos de campaña.
El caso comenzó formalmente en marzo del año pasado, cuando un gran jurado de Manhattan votó a favor de la imputación presentada por el fiscal de distrito, Alvin Bragg. La acusación alega que, en el contexto electoral, Trump escondió a la opinión pública su pago de 130.000 dólares y eso le ayudó a ganar las elecciones. De este modo, la acusación por falsificación documental se agrava por una supuesta violación de las leyes estatales de financiación de las campañas electorales.
Tump realizó el pago a través de su entonces abogado, Michael Cohen, a quien presuntamente transfirió los 130.000 dólares después de convertirse en presidente y lo registró como gastos legales de la Organización Trump. Cohen, ahora reconvertido en enemigo del magnate, reconoció la existencia de ese pago y se declaró culpable. El exabogado de Trump será el testigo estrella en este caso y su declaración podría ser determinante para el futuro legal de su anterior jefe.
En el mismo periodo, el entonces candidato realizó presuntamente otro soborno similar, de 150.000 dólares, a la modelo Playboy Karen McDougal. En esa ocasión, fue cubierto por la empresa matriz del National Enquirer, en nombre de Trump. Y el fiscal Bragg también cita un tercer pago de 30.000 dólares a un antiguo portero de la Torre Trump para silenciar una historia de un supuesto hijo del expresidente fuera del matrimonio. Sin embargo, ninguna de estas dos alegaciones forma parte de la acusación formal.
De sus cuatro imputaciones, este caso es el que los estadounidenses ven con mayor escepticismo, según una encuesta publicada la semana pasada por Ipsos. Poco más de un tercio de quienes respondieron a la encuesta califican los delitos de "muy graves", a diferencia de los otros tres juicios, que sí son percibidos así por más de la mitad de la población.
En Washington, está imputado por tratar de revertir los resultados de las elecciones del 2020; en Georgia, por su intento de manipular el recuento de los votos en ese estado clave; y en Florida, por llevarse y retener más de un centenar de documentos clasificados en su club privado de Mar-a-Lago, en Palm Beach, al abandonar la Casa Blanca en 2021.