La Fiscalía sueca ha decidido archivar su investigación sobre las fugas en los gasoductos Nord Stream –construidos para llevar gas natural ruso de Rusia a Alemania a través del mar Báltico–, que se produjeron por explosiones en septiembre del 2022, seis meses después del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Dos de las fugas ocurrieron en el Nord Stream 1, en aguas internacionales pero en zona económica exclusiva sueca. “La conclusión de la investigación es que no es competencia de la jurisdicción sueca y que, por tanto, debe cerrarse”, afirmó este miércoles el fiscal Mats Ljungqvist en un comunicado de prensa en Estocolmo.
Hay otras dos investigaciones en curso: una en Dinamarca –pues en aguas internacionales pero de la zona económica exclusiva danesa se registraron las otras dos fugas, en este caso del Nord Stream 2– y otra en Alemania. Ninguno de los dos gasoductos estaba en servicio cuando se produjeron las explosiones. Ljungqvist precisó que las pruebas reunidas durante la investigación sueca han sido transmitidas a la Fiscalía alemana. La policía danesa dijo también este miércoles que informará sobre su investigación “dentro de poco tiempo”.
Las indagaciones continúan
Hay otras dos investigaciones en curso: una en Dinamarca y otra en Alemania, y la Fiscalía sueca ha transmitido sus pruebas a los alemanes
La Fiscalía sueca, que en su momento había confirmado que las explosiones fueron un acto de “sabotaje grave” realizado presumiblemente por un actor estatal, recordó que el objetivo de la investigación era averiguar si había alguna conexión sueca. “No ha aparecido nada que indique que Suecia o ciudadanos suecos estuvieran implicados”, recalca la Fiscalía, razón esta por la que declara que el asunto no es de su jurisdicción.
El Kremlin reaccionó dirigiendo la mirada a Alemania. “Ahora tenemos que ver cómo reacciona Alemania ante esto, como país que ha perdido mucho en relación con este ataque terrorista; será interesante ver cuán minuciosas serán las autoridades alemanas en su investigación”, dijo Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, informa Reuters desde Moscú.
Si ninguna de las otras dos investigaciones halla pruebas concluyentes, el misterio de uno de los mayores sabotajes a una infraestructura en la historia moderna podría quedarse sin resolver. Tanto los países afectados como la UE, Estados Unidos y Rusia hablan de sabotaje, pero discrepan en cuanto a la autoría. Moscú acusó a “países anglosajones” con el argumento de que durante años Estados Unidos se opuso al Nord Stream por intereses económicos. Los países occidentales señalan precisamente a Moscú.
En febrero del 2023 causó revuelo un artículo del periodista estadounidense Seymour Hersh que apuntaba a la inteligencia de Estados Unidos, con la colaboración de Noruega y otros países occidentales. En marzo del 2023, medios de comunicación estadounidenses y alemanes señalaron a un grupo proucraniano como autor del sabotaje.