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Alíev advierte sobre la intervención de Rusia en el conflicto de Nagorno Karabaj

Guerra en el Cáucaso

Armenios y azerbaiyanos se culpan de que no avance la mediación diplomática

Soldados armenios toman posiciones en algún lugar del frente de Nagorno Karabaj, el 25 de octubre

ARIS MESSINIS / AFP

Desde que comenzó la nueva guerra de Nagorno Karabaj, se ha temido que este largo conflicto en el Cáucaso sur termine arrastrando a Rusia y Turquía, considerados socios tradicionales de Armenia y Azerbaiyán respectivamente. Este domingo el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, aseguró que su país está totalmente en contra de la internacionalización del conflicto.

Según el líder azerí, es su enemigo, Armenia, quien se esfuerza en internacionalizar el conflicto pidiendo la ayuda de Rusia. “Le han pedido que envíe a sus militares a la zona del conflicto. Eso no tiene ningún efecto en absoluto y contradice las leyes internacionales. No queremos la intervención de otros países. Nuestra posición implica que ningún país de la región o del mundo deba implicarse directamente”, aseguró Alíev en una entrevista con la cadena Fox News que ha reproducido la agencia oficial Azertag.

Armenia acusa a Turquía de intervenir en el conflicto con sus fuerzas especiales. Bakú niega que Ankara se haya implicad

Armenia, por su parte, acusa a Turquía de haberse implicado ya en el conflicto.

La Fiscalía General de Armenia aseguró el sábado tener pruebas de la participación de fuerzas especiales turcas en las hostilidades de Karabaj.

Desde que se reanudó esta guerra no resuelta, Turquía declaró

su firme apoyo a Azerbaiyán. A pesar de sus declaraciones agresivas, ha asegurado sin embargo que no participa en el conflicto. En la citada entrevista, Alíev aseguró que el apoyo de Ankara es exclusivamente político.

En lo que sí están implicadas las grandes potencias mundiales es en intentar arrancar un acuerdo a Armenia y Azerbaiyán para frenar los combates que comenzaron el pasado 27 de septiembre y que, según las cifras dadas por las partes, ha superado ya los mil muertos.

El presidente de Armenia, Armén Sarkissián, pidió a través de la agencia Armenpress que los “actores globales” den pasos rápidos para alcanzar un alto el fuego. “En el contexto de este conflicto, Rusia es un mediador creíble y proactivo entre las partes. Juega un papel crucial”, aseguró.

Sarkissián ha acusado a Bakú de ser “agresivamente terco y destructivo”. En la citada entrevista Alíev aseguró que no fue Azerbaiyán quien comenzó esta guerra.

Rusia logró este mes que Ereván y Bakú firmaran dos treguas humanitarias que luego no cumplieron

El peso de los trabajos diplomáticos corresponde a Rusia, Francia y Estados Unidos, los tres países que presiden el Grupo de Minsk de la OSCE, creada a principios de la década de los 90 para poner fin de forma pacífica a este conflicto, el primero congelado del espacio exsoviético.

El Kremlin ya ha mediado para que los gobiernos de Ereván y Bakú se comprometieran a un alto el fuego. Y en dos ocasiones, el 10 y el 16 de octubre. Sin embargo, a pesar de que los ministros de Exteriores de Armenia, Zohrab Mnatsakanián, y de Azerbaiyán, Jeihun Bairámov, se comprometieron en Moscú ante su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, ninguna de las partes cumplió después.

Se trataba de una tregua humanitaria para intercambiar prisioneros y muertos, pero el pacto apenas se puso en práctica, porque los combates siguieron y tanto unos como otros acusaban al contrario de no respectar lo acordado.

Refugiados de Nagorno Karabaj, en un centro de acogida de la capital armenia, Ereván, el 24 de octubre

KAREN MINASYAN / AFP

Armenios y azerbaiyanos aseguran estar dispuestos al diálogo, pero cuando algo lo impide culpan al contrario. “Estoy absolutamente seguro de la efectividad de las negociaciones de paz, pero esto también depende del deseo de la parte armenia de tomar parte en ellas”, dijo Alíev.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha mostrado su esperanza de que Estados Unidos ayude a Moscú a lograr una solución. El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, recibió el viernes en Washington a los ministros Mnatsakanián y Bairánov en un nuevo intento por parar la guerra.

Pero la ofensiva diplomática no avanza y, mientras las partes se culpan de bloquear un acercamiento, este domingo continuaban los combates en Nagorno Karabaj. Los armenios acusaron a las fuerzas azeríes de bombardear zonas civiles en Askeran y Martuni, aunque Bakú negó haber matado civiles.

El presidente ruso, Vladímir Putin, afirma que “el saldo total de muertos se aproxima ya a los 5.000”

El Ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj informó que el número total de soldados armenios muertos alcanza ya los 974. Azerbaiyán, por su parte, informa de 65 civiles fallecidos, sin dar datos sobre su ejército.

La destrucción puede ser aun mayor. El presidente ruso,

Vladímir Putin, dijo el pasado jueves en el Club Internacional de Debate Valdái que “el saldo total de muertos se aproxima ya a los 5.000”. Según él, hay más de 2.000 víctimas mortales por bando.

Poblado mayoritariamente por armenios, Nagorno Karabaj es un enclave de 4.400 kilómetros cuadrados en territorio de Azerbaiyán. La guerra se gestó mientras la Unión Soviética se desintegraba (1991) y aparecían nuevos países independientes.

Un ofcial muestra un cohete de tipo Smerch sin explotar en Tap-Qaragoyunlu, a unos 60 km. de Ganja, segunda ciudad de Azerbaiyán, el 24 de octubre

TOFIK BABAYEV / AFP

En 1988 el parlamento local de la Región Autónoma de Nagorno Karabaj pidió a Azerbaiyán y Armenia, entonces parte de la URSS, que accediesen al deseo de su población (80 % armenia) de desligarse de Bakú y unirse a Ereván. Tres años después, en 1991, se celebró un referéndum que ganó por amplísima mayoría la opción independentistas (99,89 %). Ese paso fue el inicio de una sangrienta guerra que se cobró más de 25.000 vidas.

Rusia medió para lograr un alto el fuego en 1994, cuando Armenia ya tenía el control del territorio. También había ocupado siete distritos de Azerbaiyán, el 20 % del país, que convirtió en una “franja de seguridad” para proteger Nagorno Karabaj.

A pesar de esta realidad, la República de Nagorno Karabaj, que los armenios llaman Artsaj, sigue perteneciendo oficialmente a Azerbaiyán. Ningún país del mundo la ha reconocido, ni siquiera Armenia.