Carles Puigdemont advirtió este martes al PSOE que la legislatura española podría ir “al colapso” si se tumba la iniciativa que registró Junts para que se debata en el Congreso de los Diputados sobre la idoneidad de que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza. Un hecho, que según añadió el expresidente catalán y líder de JxCat, tendría “consecuencias irreversibles”.
De momento la Mesa de la Cámara Baja ha aplazado la decisión hasta después de las fiestas navideñas, seguramente hasta el 7 de enero, pero el expresident fue contundente al valorar qué pasaría si no se tramita la proposición no de ley, una medida que calificó como “legítima y necesaria”. “Saben [en el PSOE] las consecuencias que tenía dar un portazo a nuestra propuesta, consecuencias irreversibles que hubieran llevado la legislatura al colapso”, apuntó el presidente de JxCat. “Han sido prudentes y ahora están abiertas todas las opciones, pero tendrán que decidir”, agregó el expresident, que se pronunció en esos términos en una entrevista en TV3.

El expresident Carles Puigdemont, el lunes de la semana pasada en Bruselas
A juicio del jefe de los posconvergentes, los socios de la coalición del Gobierno central “han decidido ganar tiempo porque el informe de los letrados dejaba la pelota en el terreno de la política”. “¿Hay voluntad política o no hay voluntad política?”, se preguntó el dirigente independentista, que quiso hacer hincapié en que “no hay impedimentos técnicos” para tramitar la iniciativa. “Era una jugada táctica que teníamos pensada, sabemos los efectos que puede causar. Me preocupaba que no hubiesen dejado tramitar una propuesta que es perfectamente legítima, y es muy necesario que hablemos un año después de la investidura”, argumentó.
Asimismo, Puigdemont justificó su iniciativa de nuevo citando lo que considera incumplimientos de los socialistas y advirtió que “si no cambian mucho las cosas no tiene sentido seguir dando apoyo al Gobierno de Sánchez”. “No los podemos ni negociar ahora mismo”, dijo justo después sobre los presupuestos generales del Estado que el Gobierno central prevé impulsar pasado el parón navideño. De momento, JxCat exige el cumplimiento de los acuerdos previos y que haya una compensación económica para la administración catalana en forma de cheque o de condenación de deuda autonómica por la baja ejecución presupuestaria.
Si no cambian mucho las cosas no tiene sentido seguir dando apoyo al Gobierno de Sánchez
“No hay razones para renovar la confianza [en el PSOE], puedo hacer una lista muy larga, desde la amnistía hasta el catalán. La propuesta se tiene que tramitar sí o sí, no tramitarla tiene unas consecuencias”, dijo después sin más concreción el expresident.
Sin dejar de lado esa cuestión, Puigdemont reprochó a los socialistas que no le apliquen la amnistía en el plano político y consideró que no permitir que tenga escolta implica no aplicarle el olvido penal. “Tener escolta no depende de un juez, depende de la política. No me aplican la amnistía política, me tratan como a un presunto delincuente”, denunció el dirigente de Junts. “Que yo no tenga escolta es un no reconocimiento de la ley de Amnistía”, concluyó. En ese mismo apartado también incluyó el hecho de que ni Sánchez ni el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, hayan acudido a reunirse con él. “No me aplican la amnistía política”, lamentó. “Estoy descontento con el Supremo, pero también puedo ser muy exigente con el Gobierno”, remató el expresident, que tachó de “elocuente” el “silencio de Sánchez” sobre la negativa del Supremo a aplicar la ley que aprobaron las Cortes Generales.
En relación con la negociación para el traspaso de las competencias de inmigración a la Generalitat, que según lo pactado entre socialistas y posconvergentes debe tener un texto cerrado antes de que acabe el año, Puigdemont aseveró que hay tiempo siempre y cuando haya voluntad político y destacó que los temas en los que no hay acuerdo están identificados desde hace tiempo.
El expresident fue entrevistado este martes por la noche en horario de máxima audiencia en la televisión pública catalana a pesar de que Junts dejó vacante el cargo de jefe de la oposición en el Parlament. De todos modos, su entrevista no tuvo la misma duración que la del presidente catalán, Salvador Illa, y sobre esa entrevista en la legislación que regula esa figura no hay nada escrito.
La formación posconvergente ha elevado el tono contra el PSOE en estos últimos días. Hace poco más de una semana, Puigdemont quiso dar un toque de atención a los socialistas por la falta de cumplimiento de sus acuerdos en este primer año de legislatura. Además, JxCat registró una iniciativa para que se debata sobre la posibilidad de que el presidente del Gobierno se someta a una cuestión de confianza.
Se trata de una iniciativa con alto valor simbólico y político, pero no legal. De momento, la Mesa del Congreso, en la que PSOE y Sumar tienen mayoría, ha aplazado a después de Navidad la decisión relativa a la tramitación de la iniciativa parlamentaria. Un informe de los letrados legitima cualquier decisión que adopte el órgano rector de la Cámara.
Lo cierto es que las primeras informaciones apuntaban a un rechazo sin ambages y con amparo de un informe de los servicios jurídicos de la institución y cuatro días después del aviso de Puigdemont a los socialistas, el viernes pasado, hubo una nueva reunión de JxCat y PSOE en el espacio de negociación de Ginebra. De esa cita apenas trascendieron detalles, si bien un día después, el sábado, desde Junts, en la reunión del consejo nacional, se reitero el avisó a Ferraz y Puigdemont fue más allá al pedir a su partido que se prepare para asumir el coste político y personal de una eventual ruptura con los socialistas.