El presidente francés, Emmanuel Macron, en una alocución televisada de tono grave, ha explicado este miércoles a sus compatriotas que Rusia se ha convertido en una amenaza muy seria, para Francia y para Europa, y hay que prepararse con urgencia para disuadirla o, en último caso, para defenderse. Eso exige una inversión considerable y rápida para aumentar el potencial militar, para lo cual pidió consenso político y la colaboración de la industria.
“¿Quién puede creer que Rusia se detendrá en Ucrania?”, se preguntó Macron. “Ante este mundo de peligro, permanecer espectador sería una locura”, añadió.
El discurso del jefe de Estado, de unos 13 minutos, fue muy duro con la Rusia de Putin y suave hacia la Administración Trump. Macron admitió que el cambio de política en Washington genera dudas, pero pareció dar a su homólogo estadounidense un margen de confianza, sin querer romper puentes y manteniendo el argumento sobre la continuidad de la OTAN.
Francia quiere extender su protección nuclear a los socios europeos, pero conservando ella sola la potestad de utilizar el arma atómica
Según Macron, a partir de la semana que viene acudirán a París los jefes de Estado Mayor de los países europeos para discutir sobre el envío de una fuerza de mantenimiento de la paz si se alcanza una tregua. El presidente dijo que ha abierto el debate sobre una cobertura europea de la disuasión nuclear francesa, si bien dejó muy claro que la decisión sobre usar el arma atómica está exclusivamente en las manos del Elíseo, según establece la Constitución.
Para el presidente francés, que también se refirió a los aranceles decretados por Trump, “nuestra seguridad y nuestra prosperidad son más inciertas”. Macron advirtió de la actitud agresiva de Moscú, que “prueba nuestros límites asesinando a opositores políticos en países europeos, manipulando elecciones o realizando ciberataques para bloquear el funcionamiento de los hospitales. ”La amenaza rusa está ahí, afecta los países de Europa y nos afecta", subrayó.
El mensaje se grabó antes de la emisión porque a la misma hora Macron recibía en el Elíseo al primer ministro húngaro, Viktor Orban, uno de los líderes europeos más próximos a Putin y también a Trump.
Para el presidente francés, se acertó en apoyar a Ucrania y en sancionar a Rusia al principio de la guerra, y no puede aceptarse llegar a un compromiso que premie al agresor porque sería un pésimo precedente.