El contexto
"Barcelona, esport, cultura, convivència". Estas cuatro palabras, escritas literalmente en letras de fuego como colofón a los fuegos artificiales con los que el consistorio barcelonés celebró la primera jornada del Mundial de Fútbol de 1982, resumieron a la perfección lo que pocas horas antes había sido la ceremonia de inauguración en el Camp Nou y el primer partido de la competición.
Con un espectáculo digno de un gran evento internacional diseñado por los publicistas catalanes Víctor Sagi y Leopoldo Pomés, el Mundial arrancaba en Barcelona con claros mensajes de reconciliación que ofrecían la imagen de una nueva España que no sólo había salido de una dictadura, sino que había superado un golpe de Estado.
El primero de ellos, una ceremonia celebrada sin discusión alguna en Barcelona que aunó diferentes manifestaciones culturales españolas poniendo como eje la figura de Pablo Picasso y su paloma de la paz. El segundo, la gran senyera dispuesta tanto sobre el césped al inicio del evento como en los mástiles del estadio junto a la bandera española durante toda la jornada.
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Aunque el tercero fue probablemente el más remarcable: las palabras en catalán que presidente de la Real Federación Española de Fútbol, el barcelonés Pablo Porta, utilizó en la mitad de su breve discurso, que ofrecemos íntegro. Todo ello en una ceremonia pretendidamente sin himnos ni representantes políticos, ya que tras el representante del fútbol español sólo intervinieron el presidente de la FIFA, João Havelange, y el Rey Juan Carlos I.
Eso sí, en el palco también se encontraban el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo; el de la Generalitat, Jordi Pujol; la ministra la Cultura, Soledad Becerril; el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, y ya en segunda fila, el príncipe Felipe y las infantas y el alcalde, Narcís Serra, entre otras autoridades.
Las primeras e inesperadas palabras en catalán de Porta –el vilipendiado Pablo, Pablito, Pablete en las ondas por José María García– recibieron una gran ovación entre los asistentes al estadio, que también aplaudieron las otras dos intervenciones. En su discurso, el presidente federativo no hizo más que dar la bienvenida a los participantes, aunque su gesto supuso todo un cambio de signo.
Panorámica del inicio de la ceremonia de inaguración de España 82 en el Camp Nou
La ceremonia se convirtió así en la perfecta culminación de un largo camino abierto en pleno franquismo, cuando España y Alemania negociaron en 1966 la presentación de sus candidaturas para las citas de 1974 y 1982 en función de la rotación continental. Creado en los estertores de la dictadura, el Real Comité Organizador del Mundial supo adaptarse a los avatares políticos y sumar al apoyo del Estado –que asumió el coste de infraestructuras y facilitó las inversiones en estadios y sedes mediante el dinero de la quinielas– el de los ayuntamientos e incipientes comunidades autónomas.
La única tensión política remarcable se vivió en San Sebastián, frustrada aspirante a convertirse en una de las sedes después de que PNV y Herri Batasuna sumasen sus votos para rechazar el proyecto de construcción de un estadio en Zubieta, ya que el histórico estadio de Atotxa no cumplía los parámetros de la FIFA.
El discurso
“Majestades, señor presidente de la FIFA, señoras y señores:
”Con profunda emoción me dirijo no sólo a los aquí presentes, sino también a los millones de aficionados que estarán oyendo o contemplando este acto inaugural del Mundial 82, para enviarles el más amistoso y cordial saludo en nombre del fútbol español.
”Hemos puesto todo nuestro esfuerzo y la mejor dedicación para lograr un Campeonato del Mundo de Fútbol que satisfaga plenamente a quienes confiaron en nosotros.
”Desitgem el millor per a tots aquells que participaran en aquest campionat i esperem que quan tornin als seus paisos se sentin satisfets en comprovar que el futbol, una vegada més, ha rendit un servei a l'amistat i a la pau entre tots els pobles.
”Barcelonins, catalans, espanyols tots: gràcies, moltes gràcies per l'acollida als nostres visitants.
Últimas entregasEsta pieza corresponde a una serie de contenidos publicados por La Vanguardia que recopila algunos de los discursos más relevantes del siglo XX desde una perspectiva histórica y con ánimo divulgativo.
